Te apoyo cuando dices: "...Así que antes de caer en tentación, asegúrate de qué lado de la orilla estás, si del lado del valor o del de la cobardía..."
Coincido contigo amigo ya que tenemos que asumir las consecuencias de nuestras acciones. No se puede ir culpando a los demás de lo que se hace.
Se hizo y punto. Y se tiene el valor de asumirlo.
En el amor muchas veces es preferible recordar pequeños instantes de felicidad que son eternos y se quedan en la mente para toda la vida. A no haberse atrevido por miedo.
Un abrazo.
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Exactamente, desde ese punto de vista el que los recuerda no se arrepiente y sin arrepentimiento, no hay culpa. Entonces las tentaciones no son necesariamente malas; sólo en aquellos casos en los que no se está convencido de lo que se quiere y lo que se puede. Usando la metáfora, cuando no se sabe en qué orilla se está parado. Allí sí. Muchas gracias por su valoración y su comentario. Saludos.