Mi pequeño hotel

in #spanish3 years ago

Mi pequeño hotel


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Veo a mi alrededor y siento que el mundo se ha venido abajo. Todo es un caos, y debo decirlo, tengo un poco de culpa por ello.

No fui la autora intelectual de lo que está suscitando. Pero si puedo decirles que permití mucho y ahí entra mi culpa por ver y callar.

Todo empezó hace dos años, en mi sitio de trabajo. Soy recepcionista de un pequeño hotel del que soy dueña a las afueras de la ciudad. No hay mucho movimiento de turistas salvo en días festivos del lugar. Así que fui feliz cuando iniciado el mes de mayo de hace dos años tuve la visita de unos peculiares clientes. Y digo peculiares porque el hombre estaba vestido muy elegante para la zona, con traje caqui y gafas de sol negras, me recordó a penas lo vi a una nueva versión de los hombres de negro.

Apenas la campanilla sonó corrí desde la parte de atrás de la recepción y le brinde una amplia sonrisa. Yo imagine que simplemente vendría por una investigación policial, lo cual me intrigaba pues el sector es sumamente tranquilo. Pero el señor me solito una habitación por todo ese día y la noche hasta las 7 de la mañana para él y una acompañante, la cual estaba ausente en ese momento.

Como protocolo siempre hemos pedido identificaciones en el lugar, para llevar nuestro registro interno, únicamente anotamos el nombre de la persona en nuestros libros pero siendo verificadas con el documento de identidad en mano. Y he ahí mi primer error, cuando el señor me dijo que prefería dejar todo en anonimato y él pagaría en efectivo. Viéndome necesitada de clientes simplemente acepté, y decidí colocar un nombre cualquiera, inventado por mí, para llevar un control contable. Supuse que aquel hombre estaría engañando a su mujer y no quería que nadie lo supiera.

Entregué las llaves de la habitación y él haciendo caso omiso del costo de la habitación que le di, me entregó una gran suma de billetes que correspondía incluso a 1 año de clientes, y se marchó al estacionamiento, sin siquiera permitirme hacer réplica de aquella suma.

Guardaba el dinero fuera de la caja registradora cuando veo que entra por la puerta principal el hombre con una mujer agarrado de la mano y de la otra colgando una maleta. Pero a aquella desconocida no se le veía ninguna facción. Su rostro estaba completamente cubierto por un velo negro que le colgaba de su amplio sombrero de copa.

Incluso el vestido, que también era negro, cubría cada parte de su cuerpo, aunque marcaba una deslumbrante figura.

Sin voltear a verme subieron las escaleras y únicamente supe de ellos cuando me llamaron horas más tarde para solicitar cena.

En la mañana el hombre me despertó una hora antes de la pautada cuando llamó a la campanilla para entregarme la llave, supuse la mujer estaría en el vehículo y que por dormir no la vi salir.

El mismo hombre volvió una vez por semana, siempre con una mujer misteriosa envuelta en velos y ceñidos vestidos y un vehículo nuevo cada visita. Siempre pagaba muy bien, excesivamente bien debo reconocer. Tanto así que pude arreglar el aire acondicionado central, comprar nueva lencería para las habitaciones, y algunos otros lujos personales que hacía mucho no me daba. Yo irradiaba felicidad por aquel huésped misterioso.

Al llegar las fechas de celebraciones, unos turistas empezaron a aparecer por aquel lugar. Una mañana cuando atendía a dos extranjeros cubiertos por completo de protector solar y mucho entusiasmo cuando llegó mi huésped favorito.

Obviamente corrí a recibirlo, pero en esta ocasión no estaba muy amigable, e inmediatamente me solicitó que denegara todas las habitaciones, que él me pagaría el doble. Así que no dude en decirle a los turistas que no habían vacantes y estos se marcharon con su entusiasmo lejos de mi hotel.

Así que yo tenía reservadas todas las fechas y todas las semanas sin mucho esfuerzo, pasando así los días las semanas, los meses y estos dos años.

Hasta que hace un mes todo lo que para mí era maravilloso se destruyó.

Posterior a una de las visitas del señor, la policía llegó a mi recepción. Los oficiales, se mostraron sumamente hostiles desde el momento que pisaron mi pequeño hotel. Buscaban a una mujer desaparecida, hacia 4 días. Me mostraron la foto de la mujer pero no pude identificarla ya que nunca les veía los rostros a las damiselas.

Pero si pude reconocer el vehículo con el que había llegado mi huésped hace tan solo 3 días.

Pero luego de que mi expresión de reconocimiento me delatara pensé que perdería una gran fuente de dinero. Aunque ya era muy tarde. Los oficiales vieron en mí información, y querían todo lo que tuviese para decirles. Así que mentí.

Les dije que si había llegado un hombre a aquel hotel, en ese carro pero que yo únicamente había visto a la mujer de lejos y estaba toda cubierta por lo cual no pude identificar su aspecto, y di el nombre falso con el cual registre a mi querido cliente.

Presentía que los oficiales no me creían, pero no tenía más que decir. Cuando me lo pidieron, les mostré la habitación la cual siempre quedaba en perfecto estado, limpia y ordenada, tanto que yo solo debía cambiar las sábanas y toallas y limpiar un poco las superficies.

Registraron los alrededores de mi pequeño hotel y me indicaron que había una falta de seguridad al yo no tener cámaras de vigilancia, pero se marcharon. Para volver 4 días después.

Habían encontrado a la mujer en un lago, a 5 kilómetros de distancia. Estaba metida en una maleta totalmente desmembrada. Y no solo a ella, a muchas más, para ese día habían retirado 50 cuerpos y solo habían revisado un pequeño segmento del lugar.

Todos cayeron sobre mí, revisaron todo el lugar, habitación por habitación, me culparon de inmediato cuando verificaron que los datos que yo les proporcionaba de los clientes eran falsos, les juré que había sido solicitud del cliente pero ya el principal sospechoso era yo.

Lo peor llegó cuando se determinó que las muertes fueron en la habitación de mi hotelito. Al hacer la prueba con luminol todo el lugar resplandecía, indicando que todo había sido salpicado por sangre.

Así que salí esposado de aquel lugar, que por muchos años fue mi hogar, siendo culpado por asesinatos que nunca cometí, por hacerme el ciego y poner nombres falsos en mi registros, únicamente por tener más ingresos.

Ahora todo a mí alrededor se derrumba, mi mundo se destruye. Y sé que ya no hay nadie que pueda ayudarme a salir de este lugar.

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