La esclavitud trasciende el tiempo y el espacio.
Todos somos libres. Lo que realmente nos atrapa, a menudo no es un tirano, sino las amistades.
La separación duele. Mucha literatura alababa el “para siempre”, muchas relaciones interpersonales prometen el “para siempre”, muchas personas dudan en poner fecha límite a etapas de su vida antes de que ésas terminen, porque la separación duele. La rotura duele. Muchos matrimonios se conforman con estar en una unión dañina antes de hablar del divorcio, muchas parejas se quedan uno con el otro en una relación abusiva antes de hablar de la separación, muchas personas atrapadas en relaciones de dependencia vacilan a la hora de alejarse, porque la rotura duele.
A lo largo de la historia, la clase gobernante ha obligado a los sirvientes a hacer tareas contra su voluntad, con amenazas a sus más queridos bajo el pretexto de protegerlos. Todos somos humanos. En toda literatura, mítica o real, los héroes se han destacado por ser indiferentes ante la muerte. Pero todos los héroes tienen su talón de Aquiles: sus seres queridos.
Para que decidamos irnos sin mirar atrás, la circunstancia que nos empuja a agarrar un cuchillo y cortar las relaciones, tanto las difíciles como las queridas que tanto nos han esclavizado, suele ser grave.
Atrapada.
... continuará...