El veneno de la serpiente. Después de Maduro, ¿qué?

in #spanish5 years ago

Las democracias tienen un problema: no entienden del todo a las dictaduras y a menudo se duermen.
Mientras el mundo libre se empeña en crear sistemas sólidos de alternancia en el ejercicio del poder, los gobiernos autoritarios y déspotas se dan el lujo de trazar estrategias a largo plazo en las que apuestan al caos y la desestabilización. Y es precisamente eso lo que los Castro idearon para ese maravilloso país que hoy agoniza.
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Foto: cortesía de pixabay.com

Nicolás Maduro es una figura del pasado. Hoy solo vemos un espectro de su gobierno tristemente sostenido por barricadas extranjeras. Mientras tanto, el sucesor de Chávez se ocupa de inocular las últimas pociones del veneno que la inteligencia militar cubana pone en sus manos.
Lo que algunos desean llamar madurismo no es más que el castrismo adaptado a Venezuela y que trascendió a Fidel Castro y a Hugo Chávez. El primero dejó a sus herederos –Raúl Castro y su familia-, al mando de la gran maquinaria; el segundo fue el soldado entreguista que abrió las puertas a un ejército imperial y luego falleció en circunstancias dudosas: Chávez fue útil para los Castro; Maduro, hoy, lo es más.
Fidel Castro, el desquiciado maestro de intrigas y tormentas insanas, logró que Chávez abriera las puertas a la inteligencia cubana y los asesores militares, muchos de ellos con batas blancas con apariencia de médicos ingenuos, con el propósito de infectar a la sociedad, la nación. No lograron someter del todo a Venezuela: la prueba está en las manifestaciones que no cesan y el evidente rechazo de la población a un gobierno que ya no tiene país para gobernar.
Pero el veneno de la serpiente está en la tierra y en las calles.
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Foto: cortesía de cubanet.org

Cuando Maduro deje Miraflores, bien sea porque Washington llegó a un acuerdo con Moscú en el que le asegure recuperar el dinero invertido –que no es poco-, o por alguna gestión armada para enfrentar la crisis humanitaria, quedarán las células del Hezbolá, las zonas controladas por el ELN y otros grupos de procedencia insospechada, muchos de sus personeros con identificaciones fabricadas por los cubanos, quienes tienen a su servicio un ejército de hackers y programadores empeñados en crear y suplantar identidades.
Porque sí, los cubanos apuestan a marcharse de Venezuela mientras dejan la secuela de la inseguridad en toda la región.
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Foto: cortesía de pixabay.com

Algo así hicieron los Castro en El Salvador, donde una democracia débil asumió la complicada tarea de reconstruir un país devastado por la violencia marxista. Fue Castro quien se encargó de minar la sociedad salvadoreña con la venta de armas a bajo costo entre la gente. De ahí las maras y su legado de muerte y oscuridad.
Venezuela tendrá que hacer algo para impedir una tragedia peor. Deberá encontrar un antídoto para curar tanta violencia y odio que deja a su paso un socialismo que nunca lo fue.

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Hola como estas?? Espero que en algún momento Venezuela pueda tener un gobierno que sea elegido por el pueblo. Los funcionarios del estado están para administrar lo que es del Pueblo, No para apropiarse creyéndose dueños del país.
Saludos y buen artículo.

@lennaliv. Al final, creo que los destinos de Cuba y Venezuela están muy unidos. Creo que la libertad de uno traerá la del otro. Saludos.