SEÑOR, ¿ADÓNDE ME LLEVAS?

in #spanish6 years ago (edited)

“text-justify”>En aquellos días después del 20 de Junio de 2007, regresé a Valledupar la ciudad en donde nací, no había cambiado mucho a excepción del transporte, ahora la mayoría de las personas se transportaban en moto taxis, ----“Wilmer, hace dos días que llegué y muchos de los que van pasando en moto por la calle me saludan, yo también los saludo, aunque en realidad no me acuerdo quiénes son, a veces pienso que fueron compañeros del colegio, aunque no recuerdo quienes, y otras veces no sé” --- dije. ----- Ah, esos son moto taxistas, ellos pasan pitando cerca de las personas para recoger pasajeros. Sí, es que con el problema de desempleo que hay en la ciudad muchas personas tienen hasta más de una moto y las dan a trabajar recogiendo pasajeros en las calles, ahora la mayoría de las motos que circulan se les llama moto taxi y a los conductores moto taxistas, muchas personas están de acuerdo con eso, porqué el transporte en Valledupar es malo, y así ahorran tiempo y dinero, aunque no es seguro----- “ Vea, y yo que pensaba que me saludaban, aunque se me hacía extraño; entonces me preguntaba: ¿dónde lo conocí?, pero no me acordaba”.

“text-justify”>Estaba feliz de estar en casa, bueno era de mi mamá, pero allí crecí y la mayoría de personas de mi familia conservan sus recuerdos en ella, y del viejo barrio, prefería llamarlo así porque era quizás el segundo más antiguo de la ciudad, aunque todas las administraciones lo descuidaron y sólo se acordaban de visitarlo en época de campañas políticas para prometerle a la comunidad el pavimento de la calle, así sumaban más votos para el puesto administrativo.

“text-justify”>En esos días estaban haciendo oraciones en la noche, Wilmer estaba pensando en retomar sus estudios de teología, él estaba trabajando en un taller de electricidad, me contó que hacía más de una semana llegó a la casa borracho y se acostó, luego vió que un hombre se acercó a él y no le dijo ni una palabra, estaba casi desnudo y lleno de sangre, sostenía un manto en el hombro izquierdo para cubrirse el cuerpo desfigurado, una corona de espinas en crustada en la cabeza y mostraba ambas manos y la sangre salía de las perforaciones que tenía en cada una, sin duda era Jesús el que murió en la cruz. Wilmer todo lo que dijo fue: por mi culpa, por mi culpa, por mi culpa. A la mañana siguiente decidió hacer algunos cambios, fue entonces cuando se le ocurrió volver a la iglesia cristiana.

“text-justify”>Me aceptaron en la universidad después de tanto insistir, entré dos semanas tarde, así que tenía que ponerme al día con los contenidos académicos. Como resultado de la carga laboral y académica que tenía en Bogotá me quedó un problema de agotamiento, debió haber sido por que no dormía lo suficiente, con los días comprobé que también tenía miopía, los objetos distantes los veía borroso. No era fácil estudiar así, pero tocaba.

“text-justify”>El 3 de julio de 2007, eran más de las 9:00 pm cuando me fui a cepillar para luego acostarme, de repente esas voces aparecieron en mi mente y comenzaron a maldecir en primera persona, pensé que me estaba volviendo loco e intentaba detener lo que me pasaba, pero maldecían a Dios y decían: “inmunda la sangre del cordero inmolado” --- Dios mío, ¿cómo puedo estar pensando eso?--- dije en mi mente. Pero las voces continuaban maldiciendo sin parar, Me fui a mi habitación, me senté en la cama, le pedí perdón a Dios por esos pensamientos, fue a partir de ese momento que empecé a escucharlas fuera de mi cabeza, gritaban con odio y maldecían sin parar, aunque no los veía supe que habían seres invisible que andaban por la habitación, podía sentir que eran bastantes, maldecían a Dios, a Jesús, al Espíritu santo, también con mucho odio me rodeaban y me maldecían cerca de mis oídos, comencé a reprenderlos, pero no se iban, por lo contrario, maldecían de forma violenta, entonces recite el salmo 91, aun así, no podía dormir, entonces llamé a Wilmer mi cuñado y le conté lo que me estaba pasando, él hizo una oración por mí, me sentí un poco mejor pero nada funcionaba, esa noche no pude dormir.

“text-justify”>Ya han pasado tres días y aún no he descansado, aunque a veces el sueño ha sido más fuerte que los gritos de estos seres que me maldicen, si me quedo dormido, me encuentro con estos imbéciles que quieren destruirme, tienen la capacidad de hacer me olvidar de pedirle ayuda a Dios mientras duermo, nada de lo que sueño es agradable, allí gente maligna me buscan para matarme, aún hasta los que conozco hacen cosas extrañas como ofrecerme comida, pero no es normal resulta siendo carne de muerto o algún bebedizo, en los sitios públicos de repente todos se van, y no puedo encontrar la salida del lugar, así que me dejan solo. Incesables son las maldiciones que he estado escuchando, ya mis pobres oídos no aguantan, siento que están a punto de sangrar; leo la Biblia y le pidó a Dios que me ayude, esta mañana estuve en una iglesia cristiana, fui a un ayuno y oraron por mí, pero nada ha funcionado.

“text-justify”>Debes ir al psicólogo” me recomendaron. ----Nadie se vuelve loco de la noche a la mañana.--- pensé. Lo que me pasaba era real, no era el producto de mi imaginación, de todas maneras fui al psicólogo sólo para que me escuchara, así que deje de perder el tiempo en eso.

“text-justify”>“Ahora me encuentro caminando por el andén de la avenida hacia mi casa, llevó mi bicicleta agarrada de los manurios con ambas manos, me la regaló mi mamá hace algunos años, está intacta por el cuidado que siempre le he tenido, pero esto, ¿desde cuando lo cambiaron?, esos árboles grandes y ese terreno poblado por el prado no estaba, ya no veo la avenida y ahora ¿cómo hago para llegar a mi casa?, hay tumbas por todos lados y puedo sentir que algo oscuro esta en este lugar, parece que estoy perdido en un cementerio y no encuentro la salida, ¿ahora qué voy a hacer? ¡Dios ayúdame!
“text-justify”>---Ah, solo era una pesadilla, aún continúan a mi alrededor estos seres de la oscuridad, sentí que me tocaban la cabeza; ¡fuera!, ¡en el nombre de Jesús les ordeno que se vallan! “Jesús está durmiendo” decía uno de estos que era una mujer que vestía de blanco. --- Tengo que tener fé, leeré el salmo 91. ---

-- Ahora estoy aquí, en este bosque con estas personas que están refugiadas, escuche a un hombre que montaba un caballo color marrón gritaba: ¡ahí vienen!, ¡ahí vienen!, entonces todos están haciendo oración y buscan esconderse de tras de las rocas. Es un ejército de hombres con armaduras vienen en caballos, traen lanzas en sus manos, y estos pobres no tienen con que defenderse, sólo le piden a Dios; ¡pero yo no les tengo miedo, saldré en este caballo y los enfrentaré a muerte! , nada me importa, comenzaré a exterminarlos, pues lo que hacen es una maldad hacia estos indefensos. Ya varios han caído por mi espada, pero me hirieron con una lanza justo debajo del corazón, mejor me voy para mi casa, ya casi llego, allí está mi casa. Esperaré aquí por ayuda o quizás me toque morir. “te alejaste del campamento” --- me dice un señor de edad, tiene el cabello blanco, viste con un traje blanco y monta un caballo blanco. Parece salido de una leyenda --- Si señor, ¿pero que podía hacer?, tenía que atacar, no podía haberme quedado mirando como acababan con todos. No se preocupe por mí, Dios me ayuda. --- dije. El hombre asintió un si con la cabeza y se fue.

“text-justify”>Cada vez que despertaba veía sombras oscuras y blancas de seres malignos, alrededor de mi habitación, escuchaba las pisadas fuertes contra el piso, y no paraban de maldecir, de forma espontánea gritaban maldiendo. Leía la Biblia y algunas veces ayunaba, esperaba la ayuda divina, pero nada funcionaba.

“text-justify”>El 17 de Julio de 2007, eran las 2:15 pm cuando me fui a acostar, tenía mucho sueño y no tenía clase en la universidad sino hasta después de las cinco. Al instante aparecí en un lugar, llevaba puesto un traje, era más bien como un atuendo de color blanco, un cinturón de lana de color rojo y en los pies llevaba puestas unas sandalias. El lugar tenía una larga extensión cubierta de hierba de color verde y en otros partes parecía seca como el color del trigo, allí corría en el aire sin pisar la hierba, ya no escuchaba las voces que maldecían, además allí tenía ocho años, corría hacia el horizonte donde había a lo lejos unas montañas no tan altas y por encima de estas brillaba la luz del sol, era consiente que estaba fuera del cuerpo físico en otro lugar, y desde que llegue allí, lo que hacía era correr en el aire y también gritaba: ¡señor! , ¡Señor! ¿Adónde me llevas? Y volvía otra vez a repetir ¡Señor! , ¡Señor! ¿Adónde me llevas? Entonces Jesús se paró frete a mí, apenas me miró sentí que toda mi vida era como una línea horizontal de unos ocho centímetros delante de sus ojos, él lo podía leer todo. Rápidamente comencé a buscar los registros de los pecados que había cometido pero no encontraba ninguno, no aparecían, era increíble, ya no estaban.

“text-justify”>El señor acaricio mi cabeza con sus manos y me dijo: “todavía no”, él sabía que estaba enamorado y que aspiraba casarme al terminar la carrera en la universidad. Pero al saber que volvía me indigne por lo que había vivido y ahora tenía que volver.---- Señor, ¿Qué son esas voces que he escuchado?-----
le pregunté. “Cuando escuches esas voces di: soy hijo de Dios, soy la sal de la tierra y soy la luz del mundo y mientras volvía repetía una y otra vez: soy hijo de Dios, soy la sal de la tierra y soy la luz del mundo.

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COLECCIÓN DE CUENTOS: RECUERDOS MACABROS.