Capitulo 3

in #spanish3 years ago

Pink miraba a la nada, en una sala de espera completamente gris, de un gris que solía ser blanco, donde solo ella y la incertidumbre se encontraban sentadas, esperando un desenlace, rodeadas de un horrendo aroma a cloro concentrado, “oye mujer”, una canción vieja que aun solía poner la gente mayor, sonaba a lo lejos mezclada con el llanto de un niño y los regaños de una madre.

  •      Señorita, ya puede irse, mire, no le podemos dar medicamento porque no está dada de alta en el sistema, de hecho no me aparece ningún registro ¿Tiene alguna credencial? ¿Dónde dice que trabaja?
    
  •      ¿Perdone? ¡Ah sí! Trabajo en… No importa, gracias.
    

Pink salió con un gran dolor de cabeza, una duda plantada en su sistema como un malware ¿Recuerdos? ¿Y si es cierto que soy humana? Pink sabía que debía comprobarlo, la primera forma en la que pensó, fue en unos estudios de sangre, donde se puede saber si la sangre es orgánica o sintética. Así que Pink, aun con los dolores y heridas frescas se dirigió a su apartamento.

El transporte público nunca se había sentido tan lento, las ansias hacían sentir a Pink sensaciones que no había experimentado, unas tan intensas que carcomían su piel y le provocaban un sudor frío, comenzaba a reconocerse cómo un ser sensible mientras el viejo vagón del metro se agitaba turbulentamente ¡Próxima estación, Bellas artes! Una enorme multitud de gente se metió a la fuerza al vagón, dejando a la ausente chica aplastada entre muchos obreros de ciudad.

Pink volvió en sí cuando una mano aprovechada se colocó con toda alevosía y ventaja sobre su trasero. Entonces, sintió el impulso de renegar, lo cual no era posible en un ser pre programado.

  •      Soy real y estoy viva, soy real y estoy viva.
    

Susurraba entre dientes apretados, mientras aquella mano seguía invadiéndola. Pink se dio cuenta que aquel que cometía esa violación de espacio tan común en la ciudad, era un señor de unos 1,60 de estatura y playera roja, tras haberlo localizado, la chica llena de cólera, porque ese ser representaba todo lo que ella detestaba de la humanidad, se dio la vuelta y le plantó un puñetazo.

  •      ¡Déjame, cerdo!
    

Es cierto, en algún momento, un evento de ese tipo hubiera sido todo un escándalo en redes sociales, pero ya no, no en este presente. La gente se quedó callada y mirando ¡Próxima estación, Pino Suarez! Una enorme tensión invadió el metro, aquel señor, no demostró un gramo de vergüenza, en su lugar se puso agresivo con la chica, hasta que un par de espectadores intervinieron.

  •      ¡Quieto, marro! Deja en paz a la señorita
    
  •      ¡Sobres, hijo! ¡Por pasarse donde no debe! – dijo uno de los sujetos mientras sostenía al degenerado por la espalda, sometiéndolo.
    

Eran un par de cholos, los cuales agarraron al sujeto y lo sacaron del vagón, en cuanto este abrió sus puertas, Pink miró placenteramente cómo los dos sujetos golpeaban al infeliz, mientras decían cosas cómo ¡Te vamos a enseñar a respetar a putazos! ¡Los polis nomas están de adorno! ¡De esta no te salvas! ¡Respeta a las morras, mijo! Poco a poco estas voces se fueron oyendo más lejos, el convoy de vagones se puso en marcha ¿Qué fue eso? Algo cambió, por primera vez se había sentido persona antes que objeto.