Eras la chica más guay de todas, tu dormitorio era enorme, tenías tu propio vestidor lleno de ropa chulísima, zapatos y todos los accesorios, baño propio con bañera hidromasaje, cama de matrimonio, televisión, ordenador de mesa, portátil, y mil y una cosa de decoración. Fuiste la primera en aparecer con el piercing en el ombligo, y tu primer tatuaje. Todas las del grupo querían ser como tú, eras la líder para ellas, la popular, yo en cambio no sentía eso, no quería ser como tú, no necesitaba tanto, me conformaba con lo que tenía y no deseaba más.
Ser tu amiga parecía ser un privilegio, la verdad, no sé cómo yo era de tu grupo, pero lo era. Quizás porque tú eras tan perfecta, y yo tan imperfecta y conmigo hacías todas las locuras que se me ocurrían, yo era la loca, la de las ideas descabelladas y eso era divertido. Salir o hacer algo conmigo siempre era una locura.
Muchas tardes, muchos crepes, muchos batidos, algún que otro cigarro, y escapadas a fiestas que nuestras madres no tenían ni idea. Crecimos un poco más.
Tú decidiste coger el camino de flores, el de las princesas, todo era perfecto y nada era difícil, si necesitabas algo, lo pedías y te lo daban, te protegían, a ti nadie te haría daño, eras la niña perfecta.
Yo decidí coger el camino de los laberintos, de que no me protegiera nadie, de ser fuerte, de adentrarme en los lugares más oscuros y perderme, para luego encontrarme para que con el tiempo yo sola pudiese encontrar la “luz” y ser quién soy hoy día.
Hace dos años que no hacemos nada juntas. Me acuerdo del último viaje. Ya no éramos las mismas niñas, tu ahora ibas con tu maleta rosa, nueva, impecable, tus ropas de chica perfecta e ideal. Yo arrastraba mi maleta, hecha polvo, una rueda no iba bien y se le salía un cacho de alambre, con cuatro trapos de mercadillo, ropa hippie, cómoda y de colores. Tú, tus zapatos de tacón, y yo mis chanclas básicas de dedo.
Llegamos al destino, te preocupabas tanto en que todo fuese tan perfecto, tan ideal, tan para la foto, que ocupabas tu tiempo planificando e intentando que todo fuese de 10, y en eso mismo se te iba el tiempo, y no disfrutabas. Yo no era así, había crecido diferente. No me preocupaban las fotos, ni me preocupaba estar perfecta, solo quería disfrutar, no quería planes, quería locuras, como cuando éramos pequeñas ¿recuerdas? Pero no te acordabas, parecía que te enfadase que no salieran las cosas como tu querías y que para mí salían las cosas tal y como tenían que salir.
A la vuelta, ya todo era diferente, ese viaje creo que nos marcó, de alguna forma nos dimos cuenta de que no éramos las mismas amigas de siempre, y que ya con los años habíamos seleccionados diferentes caminos, que ahora ya no teníamos nada en común.
Hace 14 años que nos conocemos, y dos años desde la última vez que hicimos algo juntas. Pues la otra noche soñé contigo. Estaba en la discoteca de siempre, y te veía pasar, me acerqué y te dije sonriente ¡hola!, me miraste con cara rara y me respondiste: perdona ¿nos conocemos? Tenías un poco de desprecio en tu mirada, y te respondí: ¡Ay! Lo siento me habré confundido.
Cuando desperté y abrí los ojos, llegó dentro de mí un sentimiento, de perdida de nuestra amistad. Primero no pensaba hacer nada, pero justo esta semana había decidido ir al pueblo a pasar unos días con mi madre, y tu seguías en el pueblo. Así que cogí el teléfono y te escribí: tía, anoche soñé contigo. Al rato me contestaste, pues ahora mismo me acordé de ti, porque pasé por la puerta de casa de tu madre, ¿qué soñaste? No le conté el sueño tal cual, le dije solo que nos veíamos y nos mirábamos raro como si no nos conociésemos, que hay que ver el tiempo que llevamos sin vernos, distanciadas, por una cosa o por otra, pero que en realidad no pasó nada malo entre nosotras, que ahora estaba en el pueblo unos días. Me dijiste pues si mañana o pasado para de llover podemos tomar café. Y yo te dije y si llueve también podemos ir a una cafetería con techo (total, la cuestión era vernos, pensaba yo) a lo que me contestaste, aunque tenga techo la cafetería, hace frio, no apetece salir de casa.
Una parte de mí pensó, bueno sé que no va a parar de llover, quizás nos vemos otro día. Pero la otra parte de mí dijo ¡Lo siento! Me habré confundido.
Foto propía
Me encantó este relato... A veces, dejamos de vivir y disfrutar momentos invaluables, por circunstancias banales: como el frío que cala en los huesos o la lluvia que esponja nuestro cabello; me alegra ver esta última foto y pensar que esta vez "NO será así". <3
Abrazo! @pepiflowers
... vaya... así son las cosas mi amor!
Hola @pepiflowers, estoy aprendiendo espanol y disfrute leyendo tu blog.
Muy bien, gracias.
Hay gente que va y que viene, tengo últimamente muchas personas que si mantengo yo el contacto, no se nada de ellos y cuando quedamos, me siento un extraño, se han quedado en algún extraño hueco, de los 90, atrapados en una juventud y unas carencias que hace años que se fueron. Apena, pero no nos podemos permitir quedarnos quietos :-)
Asi es, pero bueno yo me alegro de haber crecido por el camino que para mi es el correcto.
A veces no nos damos cuenta de lo que estamos dejando atras a medida que avanzamos en esta vida, en tu propio camino, pero si en tu avanzar ya no hay personas que antes si estaban obvio que es por algo, así como los nuevos rostros que van apareciendo. Quizás tu momento con esas personas que ya no están ya pasó; lo que tenías que aprender de ellos ya lo aprendiste; lo que tenían que aportarte ya te lo aportaron; lo que te tenían que mostrarte ya te lo mostraron...
Lo mismo tu sueño te lo mostró tal y como es, que ese vínculo ya está roto y ser consciente de ello te generó sentimientos, tristes supongo... Sentimientos que te impulsaron de nuevo a querer retomar el contacto, pero que de nuevo en la realidad, recibiste la misma respuesta que en tu sueño, esa confirmación, ese lo siento me habré confundido que sentiste...
Muchas veces no sé qué poner cuando alguien empieza a relatar algo que termina siendo personal, ya que el típico "Cosas mejores vendrán" no siempre cae bien, pero aquí voy: Cambios van y vienen, eso es evidente, sin embargo, es un poco triste que las personas olviden tan fácilmente, y en el camino no sólo se olvide lo que es o no importante, sino el eterno enfoque en lo que realmente no lo es. Muchas personas son de grandes sentimientos y memoria corta, y sólo queda aceptarlo y seguir. Me gustó la forma tan natural en la que describes los hechos y me fue bastante agradable leerlo. Un saludo y muchos éxitos, Pepiflowers.
Asi es, es algo que comprendo, pero tenia que soltarlo por algun lado, decir un adios aunque nunca lo lea
Son situaciones de la vida... Experiencias que sentimos y vivimos a diario. Saludos @pepiflowers
Me gusto mucho y lo siento muy ligado a mi de alguna manera. Me gusto la parte del sueño y el final. El final es muy bueno. Esta narrado de manera natural que uno vuelve a ese lugar común que todos tenemos. La vida es así, una maraña gigante de caminos que se entrecruzan y se pierden. Un abrazo amiga, éxitos. Me alegra haberte leído.
Gracias por el comentario.
En cierta parte me identifico con tu historia, pues me ocurrio algo muy similar, es triste ver como una amistad de infancia se desvanece con el tiempo y la distancia, al cabo de meses solo son desconocidas.
Pero bueno, es ley de vida.
¡Hola! Me identifiqué con tu historia. Hoy precisamente andaba nostálgica recordando viejos amigos con los que hace años no comparto y que hoy en día son casi extraños para mi. Pero así es la vida y no por eso somos malos o ellos son malos, simplemente cada quien siguió su camino. Siempre atesoraré los recuerdos de lo que vivimos juntos.
Un abrazo @pepiflowers y gracias por compartir esta historia.
Exacto eso es, pero bueno, yo me siento bien por haber seguido el camino adecuado para mi.