Creo en ti cuando me miras, con esos ojos silenciosos que aún guardan algo. Creo en ti cuando sonríes, cuando quieres expresar que puedes amar, pero aún sueles recordar el pasado.
Creo en ti cuando haces figuras en policromías, las atrapas, me las enseñas y luego las dejas ir como si nada, creo en ti cuando ofreces libertad.
Creo en ti cuando entristeces, porque no hay sentimiento más común en el ser.
Creo en ti cuando ostentas felicidad, cuando sueñas y cuando no estas.
Creo en ti y me entrego en tu lecho, como jamás lo soñarían los hombres a través de los tiempos.
Creo en tu fuego cuando muerdes las sendas de mis labios, cuando tu corazón fabrica ecos en el azar de tu exigua paz, creo en verdades que algún día fueron solo alucinaciones.
Creo en ti tanto como tú en mí…
Fuente
PROMETEHUM