pero caí al mar y salí pintada de violetas.
Sus besos ardían como la sal en una herida,
el arte quema y sus labios eran una obra maestra,
dolían en ese pedazo de nada que nos pertenecía.
era el salpicar de las gotas en los charcos,
las hojas marchitas que caen en otoño,
el reflejo en la ventana anunciando el amanecer.
en un camino de piedras, con los ojos desorbitados,
el pensamiento en un abismo y un laberinto en mi pecho,
me deshice cual cenizas, escapando por los bordes de tus manos.
el haberme enamorado,
pues volví a nacer en las praderas,
cuando ya el invierno se escondía y se tornaba primavera.
y te veía en la penumbra taciturno y melancólico.
Pues se disfrazó la inocencia y ya no había pies descalzos
Había encontrado mi navío
Para volver a mis naranjos.
Hola, me gusto mucho. Sigue publicando poesía, tienes talento.
¡Muchas gracias ericandre!
Excelente
¡Muchas gracias!
Buen texto! Sigue escribiendo :)
Bella inspiración poética, felicitaciones. Buen comienzo.
Me ha cautivado cada frase de tu poema por las palabras usadas, por lo que dicen por lo que quieres expresar, enhorabuena, gracias por compartir, el equipo Cervantes apoyando el contenido original y de calidad.
Esto no me lo esperaba, no tengo palabras para agradecerles. Gracias por fomentar al arte, y que las personas queramos mejorar. ¡Saludos!
Esto es sin duda jugoso, genial, sigue así.
Me gusto mucho, brutal!!
Precioso lo que hiciste aquí.