
No es para nadie que en los barrios predominan las mujeres con uno o varios hijos (de varios padres), que no tenga pareja o esta sea, en consecuencia, poco estable. Recordemos que la pareja, citando a Moreno
“cumple la necesidad de satisfacer las necesidades básicas, económicas, sociales, afectivas, etc. de uno y del otro miembro” Moreno, pg9.

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Pero, al no tener una pareja, ¿Cómo estas mujeres satisfacen estas necesidades? Pues fácil:a través de sus hijos, especialmente, el hijo varón. El hijo es un vínculo impuesto por la naturaleza, imposible de romper y que perdura a través del tiempo. Se da entonces una suerte de “incesto emocional”:
“El incesto emocional es un tipo de abuso en el que un padre busca en su hijo el apoyo emocional que normalmente sería proporcionado por otro adulto. Se piensan que los efectos del incesto emocional en los niños cuando se hacen adultos se parecen a los del incesto real, aunque en un menor grado.” Wikipedia
Pero, ¿Por qué estas mujeres se les dificultan tanto no tener pareja? ¿Y por qué a las que sí tienen, cumplen un rol tan ausente? Más adelante se explicara. Por consiguiente, la mujer cría a su hijo para que este siempre sea su hijo, y por ende ella siempre se definirá como madre y no como mujer, y no vivirá como
“una mujer pura y simple, en una sexualidad autónoma uno de cuyos aspectos sea la maternidad” Ibídem pg. 10.
Así pues, el varón venezolano tampoco se definiría como hombre, sino siempre como hijo, ya que este es su vínculo más fuerte y estable. El hijo también canaliza sus necesidades afectivas hacia la madre, y ni si quiera una esposa podría suplantar ese papel, haciendo que sus otras relaciones superficiales (aunque él no se de cuenta).

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En el ámbito de la paternidad, el hijo no significa igual para el varón que para la mujer: para él será una prueba de su masculinidad, para ella será su identidad. Cuando la compañera le da un hijo, esta pasara ser la madre de su hijo, siempre la madre, ya que “los hijos son fundamentalmente hijos de la madre”.
Creo que a este punto más de uno le sonara familiar, ya que más de una vez se han dicho cosas como “madre solo es una” “padre cualquiera, madre una sola” “madre es madre” frases tan normalizadas, que las percibimos como una verdad indiscutible, naturalizadas por este modelo familiar.
Dado que predomina el modelo materno, en el proceso de identificación sexual, según Moreno, intervendrían varios mecanismos:
• Que existan hermanos de diferentes sexos que permita la diferenciación sexual, ya que aparte de las diferencias físicas, la madre trata diferente al hijo según su sexo
• La presencia de otras figuras paternas en el hogar o en sus cercanías
• El machismo, del cual, dada sus particularidades, se explicara brevemente.

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Puede que se piense que en Venezuela no existe machismo, ya que este generalmente se asocia con países Árabes y Africanos donde a las mujeres se les prohíba una infinidad de cosas, donde las mujeres sufren de maltratos físicos y psicológicos y se impone el dominio del hombre solo por ser hombre (sexo “fuerte”) atribuyéndole mayor libertad sexual que la mujer, este machismo Moreno lo bautiza como machismo de origen paterno. Sin embargo, esta forma de machismo no predomina en Venezuela si se presenta en Venezuela, (esto no quiere decir que no existan crímenes donde maten a las mujeres por razones machistas a pesar de la falta de estadísticas). El machismo venezolano, principalmente el de las áreas populares, es llamado por el autor como machismo-sexo, que es de origen materno. Para Moreno, la necesidad de este tipo de machismo es demostrar constantemente que se pertenece al sexo masculino, en una especie de “lucha” contra la homosexualidad.
Ahora, ¿Qué pasa con las hijas? Si el sentido del vínculo de la madre con el hijo es la satisfacción de sus necesidades, la de la madre con su hija será la reproducción de ella, la “mujer-madre”. La hija, a diferencia de su hermano, está destinada a hacer su propia familia, que serán sus hijos. Sera una madre, pero sin esposo, una madre abandonada. De ahí que las madres tomen tanta importancia que sus hijas aprendan los labores del hogar y sea más permisiva con sus hijos varones: sus hijas, formadoras de familia no pueden tener el lujo de no saber esas cosas, su hijo, en cambio, no tendrá esa necesidad, ya que la madre siempre “estará con él”. Quizás más de uno se percatara de esto en su familia o con familiares cercanos. En el caso que la mujer no tenga hijos varones, la hija también servirá para satisfacer la necesidad de su madre, pero en menor escala.

Con todo esto explicado, se puede entender el interrogante anterior sobre la dificultad de tener pareja o la ausencia emocional cuando esta esta físicamente presente; la mujer ve al hombre como un instrumento para ser madre y el hombre se reafirmar como varón al tener a su hijo aunque con la mujer “poseída” debe bastar. Y como lo menciona moreno “ninguna guerra se gana con una sola batalla”. El hogar solo pertenece a la mujer y a sus hijos, ella es quien fija los límites y pone las normas. Aquí es donde el hombre extranjero o que realmente desea ejercer su paternidad sufre, ya que es constantemente alejado. En un caso personal, este modelo de vida no lo vi en mi familia materna ya que mi Abuelo es italiano, y si tiene un rol activo como padre, proveedor y participe del hogar con diferentes tareas, de allí que mi madre criara a mi hermano sin esa diferenciación tan marcada (también influiría que mi familia no pertenece, no por lo menos la generación de mi madre, a las clases populares).Pero del lado paterno si lo he notado, son mis tías quienes atienden la casa y se encargan sin chistar de la visitas y del resto de sus hermanos.
Entre otros aspectos que trata Alejandro, está la relación con los hermanos, donde los que realmente importan son los hermanos maternos, y la relación del varón con el padre donde, si bien siempre pondrá a su madre en un pedestal, este no va a dejar de quererlo o ansia tener un vínculo con él, el niño o el adulto sufre por esta separación, ya que el padre es parte de él. Moreno trata otras cosas así como el origen de este modelo, pero esto es la idea principal de su texto. El recalca, que si bien muchos autores se centran en las consecuencias de esta dinámica familiar, hay que aceptarlo como realidad y pudiendo rescatar algunos aspectos de él. No es algo que se pueda cambiar tan fácil ya que arrastramos esto desde la época de la colonial. El primer paso, es estar consciente de esta realidad para poder trabajar en ello. También es de resaltar, que muchas de estas cosas no se hacen de forma consiente, esta tan naturalizado esto en nuestra sociedad que no se nos hace anormal o problemático, condenando a una mujer que deja a sus hijos pero sin que nos cause mayor problema un padre que lo haga. En nuestro lenguaje también esta esto presente: cuando insultamos, ¿Qué decimos? Insultamos a la madre, porque es lo que “más nos duele” o cuando queremos magnificar algo decimos “madre de fiesta” en contraposición con otros países como México con expresiones “que padre aquella fiesta” hasta en las mismas novelas vemos como se magnifica la imagen de la madre luchadora. Es difícil, sin duda, cuestionarnos nuestra familia y más aún la figura de nuestra madre, y diría que es uno de los aspectos más difíciles de las carreras sociales/humanas, (y donde radica gran parte de su dificultad): estudias y cuestionas los aspectos más íntimos de tu vida, lo que te hace “ser tú”.
Referencias:
Moreno, Alejandro. La familia popular venezolana.https://fhcv.files.wordpress.com/2013/05/la-familia-popular-venezolana-alejandro-moreno.pdf
hollé me gusta tu post, soy venezolano
gracias!
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