SpanishChallenge #17 [Relato] - Perdida en la lluvia

in #spanishchallenge7 years ago (edited)

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Todas las mañanas me siento frente a mi ventana y veo la lluvia caer, el sol y cuando tengo suerte alguna nevada. Todos mis días son iguales, las mismas cuatro paredes blancas, la cama, la silla, la mesa, el vaso de agua y las píldoras.

Nunca entenderé cómo todo llego a esto. La verdad es que no tengo muchos recuerdos, veo caras borrosas, lugares, cosas, pero nada conocido. Intentó recordar mirando a través de la ventana, pero lo único que veo es mi mano, la lluvia, y ese pequeño lago de agua que se forma entre las comisuras de mi palma.

Siempre viene a visitarme un chico con el cabello negro, despeinado, sus ojos profundos siempre tocan los míos, me acaricia dulcemente la cabeza, me trae flores o chocolates, besa mi frente y se va, la puerta detrás de él siempre cerrada.

Me levanto de nuevo, todas las mañanas, mi vestido blanco, mi cabello suelto, mis noches de insomnio, su cara, pero no es su cara, no tengo recuerdos, no tengo sueños, no se a donde voy, pero siempre estoy entre cuatro paredes blancas.

Era una tarde de verano, una suave brisa hacia bailar las hojas de los árboles, el parque estaba bastante solo, pero escondidos entre los árboles, acostados en el suelo, mirando la infinidad del cielo azul estaban Isabel y Fernando, riendo como siempre. En el dedo de la chica brilla una reluciente gema, una feliz unión que pronto sería para siempre.

Esa tarde, parecía perfecta, el cielo azul, los pájaros cantando y la suave brisa. Pasaron las horas, el sol se escondió, y se dieron cuenta que era momento de volver a casa, recogieron las cosas y empezaron a caminar por donde siempre lo hacían.

Estaba oscuro, caminaban riendo y bromeando como si el mundo fuera suyo, comenzaron a caer pequeñas gotas de agua sobre sus cabezas, así que empezaron a correr huyendo de la lluvia, entre risas y juegos.

La lluvia se hizo cada vez más intensa, el semáforo en rojo, pero seguían corriendo como si no existiera nadie más en el mundo. Cuando Fernando se percató ya era tarde, Isabel estaba en la mitad de la vía, congelada como hipnotizada por el momento viendo el camión que se aproximaba, no se movió ni un centímetro y la vio salir volando hasta el otro lado. El camión no se detuvo, siguió como si nada hubiese pasado y Fernando se quedo paralizado en ese segundo que cambiaría su vida por completo.

Fernando corrió hasta el otro extremo, sostuvo a Isabel entre sus brazos, todavía respiraba pero sangraba mucho, trataba de balbucear pero nada salía de su boca, - no te preocupes todo va a salir bien - repetía Fernando con desenfreno.

Isabel hacía gestos con las manos, hasta que se detuvo, su mano derecha mirando al cielo empezó a llenarse como un pequeño lago recogiendo poco a poco las gotas de lluvia, tenía los ojos abiertos fijos en su mano y en el agua, de pronto se cerraron y su mano se abatió contra el suelo.

Fernando lloraba desconsolado, a los pocos minutos llego la ambulancia, y separaron a Fernando de su amada, la subieron a una camilla y dentro de la ambulancia. Al llegar al hospital Isabel fue reanimada, la operaron y todo debía estar bien. Sin embargo, el golpe fue tan fuerte que borró su mente, sus recuerdos y su forma de ser.

Isabel en su cuarto sin saber su nombre se levanta cada mañana, mira por la ventana, Fernando la visita y espera que algún día lo recuerde, pero ha perdido las esperanzas, su prometida se queda perdida en la infinidad de las paredes, de su mano, de los pliegos de su palma, de la lluvia.

Todos los días son iguales, pero hoy lo vi y sus ojos tocaron mi alma - Fernando -

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