Ni el cielo las cambia

Luego de un terrible accidente de tránsito, muere Luisa a los 59 años de edad. Al llegar al cielo, ve entre las rejas del paraíso reunidos en una mesa y disfrutando de una rica comida a sus padres, primos, tíos y su hermano mayor, todos fallecidos antes que ella.

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Sigue caminando fascinada cuando se encuentra a San Pedro cuidando las puertas del paraíso, al que le pregunta:
-Qué lindo lugar, me inspira mucha paz y felicidad, además allá veo a mi familia con la que tengo muchos deseos de poder compartir. ¿Cómo hago para poder entrar?
-Es muy fácil hija mía, si logras deletrear correctamente una palabra en el primer intento, puedes entrar al paraíso, sino vas directo al infierno por toda la eternidad.
-¿Cuál es la palabra? Pregunta Luisa.
-La palabra es PAZ.

Por supuesto Luisa deletreó correctamente la palabra y le fue concedido el acceso por toda la eternidad al paraíso, donde por fin se reencontró con sus seres queridos y pudo disfrutar de la felicidad eterna.

Años después, San Pedro le dice a Luisa que cuide las puertas del cielo. Para su sorpresa, vuelve a ver a su marido luego de haber pasado 20 años de su muerte.

-¿Qué haces aquí? Le pregunta.
-Te comento: al año de tu penosa muerte me casé con tu mejor amiga, luego de eso a los dos años me hice rico gracias a mis inversiones en Bitcoin, viajé por muchos países con mi nueva esposa, compré la casa de mis sueños, una mansión con 7 habitaciones y 7 baños. Me compré el Ferrari de mis sueños y estando de vacaciones de invierno en Los Alpes suizos, me caí golpeando mi cabeza con una roca, y aquí me tienes. Supongo que he muerto, una lástima porque era muy feliz.

Luisa, con una mirada de fuego, lo ve a los ojos y le dice:
-Querido, para entrar al paraíso tienes que poder deletrear correctamente una palabra en el primer intento, si no lo haces, vas directo al infierno a sufrir eternamente.

-¿Cuál es la palabra?
-Desoxirribonucleico.

¿Cual es la moraleja: Jamás de los jamases le digas toda la verdad a una mujer (aún estando ya muerto). Corres el riesgo de vivir un infierno por toda la eternidad.