LIBERACION

in #steemchurch6 years ago

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INTRODUCCION

Como algunos de los que leen quizá no se encuentran suficientemente enterados con las bases escriturales de la liberación, que los lectores se familiaricen con los elementos ideológicos básicos de la liberación. en la lucha contra el pecado y las personalidades pecaminosas, y aunque todos los seres humanos sufren de algún modo la guerra espiritual, los principales combatientes en la misma son Dios, sus ángeles y sus hijos, quienes se oponen a Satanás y sus demonios. Se trata de una guerra entre el reino de Dios y el reino del diablo.

LA NATURALEZA DE NUESTRA LUCHA

La guerra es incesante, se desarrolla siempre a nuestro alrededor, aunque no podamos verla ni estar conscientes de ella. ¿Alguna vez leyó pasajes de las Escrituras como el que acabamos de leer y se ha preguntado si se trata realmente de una batalla espiritual? En muchas partes de la Biblia vemos ejemplos de ella, pero como el pasaje no dice: Esta es una batalla espiritual, muchos no entienden lo que está aconteciendo en el reino invisible. Para comprender la guerra espiritual pensemos primero qué es la guerra.
Dicho en términos sencillos, es el conflicto que ocurre cuando una parte intenta obtener por la fuerza algo que la otra no quiere conceder voluntariamente, o cuando ambas partes desean poseer algo que no pueden compartir.
La guerra espiritual es la batalla continua entre los ejércitos de Dios y las fuerzas del diablo. No es poesía ni juego; es algo real, sus estragos se producen en las almas de seres humanos dotados de libre albedrío. Si se tratara simplemente de una cuestión de poder, el Dios Todopoderoso podría dominar al príncipe de las tinieblas en un momento. Pero debido a que el desequilibrio de la lucha depende de la voluntad humana de aceptar o rechazar el gobierno divino; de creer o rechazar la gracia divina la lucha por las mentes y los cuerpos continúa. El adversario, que odia todo lo que se parezca remotamente a la imagen de Dios, odia al hombre e intenta controlarlo.
Los siguientes pasajes de la Biblia nos enseñan a cómo ser soldados efectivos en el ejército de Dios.
Al leerlos, use las preguntas para obtener una mejor comprensión de la naturaleza de esta guerra.
Lucas 11.2: Según las palabras de Jesús, el objetivo de nuestra lucha es el dominio de la voluntad de uno de los poderes sobre el otro. Defina qué significa esto en base al versículo.
Mateo 16.18–19: ¿De qué manera describe Jesús el objetivo tanto en términos positivos como negativos? («Puertas» se refiere al antiguo asiento de los consejos militares.)
Lucas 12.31; Colosenses 1.13: Describa los dos reinos en combate.

BASES DE LA LIBERACIÓN

Los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas abundan en relatos donde se ve cómo Jesús expulsaba demonios de muchas personas. Una parte muy considerable de su ministerio mientras estuvo aquí en la tierra, se dedicó a la liberación.
Su propósito al venir a la humanidad, era morir en la cruz y al con quistar la tumba con su resurrección, consistió en derrotar a satanás para nuestro favor y beneficio.
Para esto vino el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo (l Juan 3:8).
Los líderes religiosos judíos se admiraban de la autoridad que nuestro Señor Jesús ejercía sobre los demonios.
Y por eso dijeron: “¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es esta, que con autoridad manda aun a los espíritus inmundos y le obedecen?” (Marcos1:27).
Nunca hizo uso de encantos, ni de ninguna clase de equipo o de elementos extraños; con toda sencillez simplemente hablaba a estos seres reales pero invisibles y le obedecían. “y con la palabra echó fuera a los demonios” (Mateo 8: 16).
Además, Jesús entrenó a los doce y a otros setenta y dos discípulos y les dio la comisión de echar fuera demonios: “Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera... (Mateo 10:1).“
Después de estas cosas, designó el Señor también a otros setenta... Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre" (Lucas 10: 1,17).
Antes de su ascensión a los cielos, Jesús comisionó a su Iglesia para que predicase el Evangelio por todo el mundo y para confirmar la Palabra prometió que les seguirían varias señales. La primera que se menciona es la liberación, es decir, obligar a los demonios a salir de una persona en el nombre de Jesús. “Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas” (Marcos 16:17).

LA AUTORIDAD DEL CREYENTE

A los creyentes en Cristo se les ha confiado un poder espiritual, es decir, de representantes legales, que consiste en obrar o actuar a favor de los intereses de Otro (el Señor), mientras dure su ausencia. Toda autoridad en los cielos y en la tierra pertenece a Jesús (Mateo 28: 18).
Él nos dio poder completo y absoluto sobre satanás y el reino de sus demonios. Inclusive, aunque echemos fuera los demonios, el diablo carece de potencia para volverse contra los cristianos o para hacernos daño. En efecto, Jesús dijo: “He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará” (Lucas 10:19).

FUNDAMENTOS PARA LA LIBERACIÓN

La Palabra de Dios establece tres requisitos estrictos que deben cumplir quienes desean ser verdaderamente libres de los perversos espíritus opresores.

PRIMERO, un arrepentimiento genuino y real de todo pecado. El arrepentimiento consiste en tomar con toda firmeza una resolución en el Señor para abandonar el pecado y dar un giro completo, de ciento ochenta grados, a fin de andar en los caminos de Dios. Seguir con el pecado en la propia vida, es una invitación abierta a los demonios. Ceder al pecado es ceder a "alguien," a "aquel," a una persona, es decir, al diablo, como dice la Escritura: “¿No sabéis que si os sometéis a ALGUIEN como esclavos para obedecerle, sois esclavos de AQUEL a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?” (Romanos 6: 16).

SEGUNDO, debe haber un perdón incondicional hacia los demás, sin importar lo que hayan hecho, cuántas veces lo hayan hecho, o si siguen en la misma ofensa. El perdón hacia uno mismo es también obligatorio y esencial. Cualquiera que tenga la más leve reserva sobre el perdonar a toda otra persona, pasará a ser víctima de los demonios atormentadores (verdugos), hasta cuando pague la deuda de perdonar en amor. “Entonces su señor, enojado con aquel siervo que no quiso perdonar a su propio
Consiervo, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía. Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas” (Mateo 18:34-35).

TERCERO, debe haber una separación completa de todo lo que signifique asociaciones, no importa cuán casuales puedan ser, con lo oculto, las sectas y las religiones que dan veneración y culto a dioses falsos, como en las religiones orientales. Esta separación incluye destruir todos los libros y los elementos que tengan algo que ver con el campo del ocultismo, la magia, la idolatría y con movimientos supuestamente espirituales que sean distintos a la adoración que sólo se debe dar a Dios, nuestro Padre Celestial. (Deuteronomio 7:25-26; 18:9-13; Hechos 19:19-21).

MALDICIONES HEREDADAS

Primero que todo, las maldiciones heredadas dan a satanás derechos legales. Dios dijo:
“yo soy Jehová tu Dios, fuerte celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen” (Deuteronomio 5:9).
Por todas partes hay niños que nacen desde con unas pocas hasta con muchísimas maldiciones debido a las iniquidades de los padres (Éxodo 20:5). Abuelos, bisabuelos, tatarabuelos, han transgredido los mandamientos de Dios, y la maldición ha pasado de una generación a la que sigue. Quizá ha habido idolatría, hechicería, prácticas de ocultismo, incesto, fornicación, ilegitimidad, adulterio, bestialidad o cualesquiera otras transgresiones en el árbol familiar. A menos que estas maldiciones sean desalojadas, que se reciba el beneficio del sacrificio expiatorio de Cristo, con todo el poder que representa su sangre preciosa, y que se expulsen los demonios de la maldición, entonces el diablo tendrá derecho para perpetuar tal maldición a las generaciones siguientes.

Por consiguiente, hemos visto que el cambiar de hábitos es una empresa de dos caras que requiere paciencia estructurada y constante para postergar y continuar. La deshabituación es más que eso; también implica la rehabilitación. Cuando el que está siendo aconsejado le da la espalda a sus antiguas costumbres, al mismo tiempo debe darle la cara a las nuevas de Dios.
El principal enemigo que enfrentaremos es nuestra propia naturaleza caída. Es nuestra carne que apetece la satisfacción. Dentro de estos rincones es que aguarda el pecado. Aunque estemos bajo ataque desde afuera, si podemos ganar la guerra por dentro los enemigos exteriores caerán ante nosotros..
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Un inmenso saludo a todos los lectores que pasan por mi post este es el comienzo de una serie de temas que se estarán impartiendo espero su mayor colaboración dejando sus comentarios y si están interesados en que siga escribiendo del tema ya que es un tema muy interesante y aun falto tela que cortar deje en su comentario la palabra CONT y retomaremos la continuación del tema en su segunda parte...

Gracias a los amigos @jorge.neveralone @UNISAT por su incentivo a seguir trabajando en steemit para alcanzar nuevas metas..

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@steemchurch @maivileros @covapalm

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Me gusta mucho este post @covapalm, gracias por la mención y espero poder seguir leyendo mas posts tuyos.