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Venezuela es un país megadiverso y como tal, alberga en sus ecosistemas naturales muchos tipos de ofidios, que prestan un excelente servicio en el seno de los ecosistemas que ocupan, no solo por formar parte de las cadenas de alimento, sino por su aporte a la investigación médica de las enzimas digestivas que constituyen el veneno que algunas de ellas inoculan a sus presas para paralizarlas y poderlas atrapar, sin olvidar que muchas serpientes, son constrictoras y atrapan a sus presas a través de fuertes mordidas y abrazos que, las aprisionan hasta causarles la muerte por asfixia mecánica.
Mi amigo Juan Carlos sostiene el cuerpo inerte de una serpiente mapanare barriga amarilla que mataron frente a la entrada de la habitación de su hermana menor, en el caserío Usera, al norte del Edo. Lara.
Podemos seguir la pista taxonómica de las serpientes hasta la categoría de Familia y luego se debe detallar cada caso en particular, para una mejor comprensión de los nexos existentes entre estos grupos de animales.
De modo que, las serpientes pertenecen al Dominio Eucariota, Reino Animalia, Filo Cordados, Clase Sauropsida, Orden Squamata, Suborden serpentes.
Ahora vamos a detallar las Familias de serpientes presentes en el Edo. Lara:
Familia Colubridae. Comúnmente, llamadas culebras. En esta familia se incluyen a todos los ofidios inofensivo para el hombre, motivado a que tienen dientes aglifos (Sin canal inoculador), por lo que no inoculan veneno.
Mastigodryas boddaerti (sabanera, Cazadora, Culebra boba, corredora), fotografiada en el patio de nuestra casa del caserío Palmira, municipio Andrés E. Blanco, Edo Lara.
Falsa mapanare (Leptodeira annulata), culebra cazadora, mutilada al confundirla con una serpiente venenosa, en la sede de un taller metalmecánico ubicado en el sector Los Flores, Quíbor, Edo Lara.
Noten en las imágenes que estos animales tienen la cabeza lanceolada, y sus pintas corporales son llamativas, y raramente buscan hacer cripsis con su entorno, las escamas de la región cefálica son lisas y no están levantadas, la pupila del ojo tiene forma circular, mientras que la cola es delgada y muy larga, les gusta cazar durante el día y dormir durante la noche.
Todos los ofidios pertenecen al Suborden Serpentes y solamente, a las especies pertenecientes a la Familia Colubridae les corresponde que las llamemos culebras.
Familia Viperidae.
Esta familia incluye serpientes venenosas, que presentan dientes perforados cual si fueran agujas hipodérmicas, llamados colmilos, los cuales son usados para inocular el veneno que paraliza a sus presas, que puede tener acción hemolítica o neurotóxica. Presentan fosetas loreales en la parte baja de la cara, entre el ojo y el orificio nasal, cuya función es termorreceptora.
Incluye los siguientes Géneros y especies:
Género Bothrops: Conocidas como mapanares, de las cuales en Venezuela se han identificado por lo menos 8 especies:
B.venezuelensis (mapanare barriga morada), B. taeniata, B. punctatus, B. medusa, B. brazili, B. bilineata (lora), B. atrox (mapanare barriga amarilla), B. asper (terciopelo).
Imagen nocturna de una mapanare, fotografíada cerca de una laguna artesanal poblada por pequeñas ranas, en el sector El Toro, caserío Usera, al norte del Edo. Lara.
Para identificar una sepiente bothrops deben fijarse en la diferencia entre el ancho del cuerpo y el inicio de la cabeza triangular. Tienen figuras geométricas que les permiten confundirse con el entorno, ya sea en forma de "X", o rombos y lineas curvas y rectas. Presentra colmillos extensibles en la parte delantera superior de la mandíbula, les gusta cazar de noche y dormir durante el día. Las escamas de la cabeza son grandes y prominentes, las pupilas de los ojos son verticales y el iris puede ser de tonos claros, como el amarillo, verde o rojizo. El cuerpo es robusto y largo, hasta dos metros o más, les gusta perseguir a sus presas, pero no a los humanos. Cazan a sus presas, detectando su calor a través de las fosetas loreales, y luego les tienden una emboscada, les inoculan el veneno y esperan a que este haga su efecto paralizante. En presencia de seres humanos, estas serpientes se arman de forma circular y se alistan para atacar si son agredidas.
Una mapanare barriga amarilla colgada de una cuerda de alambre de puas, cerca de una vivienda rural, en el sector El toro, caserío Usera, al norte del Edo. Lara.
Una perra cazadora que fue mordida en la oreja por una serpiente mapanare . Noten el edema en la región anterior.
Después de 15 días de tratamiento sintomático con antibióticos, vitamina K y electrolitos, la perra se recuperó. La mordedura ocurrió durante una jornada de cacería en el sector de la montaña Mucuragua, al norte del Edo. Lara.
Genero Crotalus: Conocidas comúnmente, como serpientes de cascabel, por la estructura sonora que presentan en las parte terminal de la cola, se caracterizan por su cuerpo robusto, que puede medir más de dos metros, presentando figuras en forma de rombos o diamantes sobre su cuerpo, lo que les ha valido el nombre de diamantinas, la cabeza es de forma triangular y sobresale sobre el ancho del cuerpo, las escamas de la región cefálica son grandes, alargadas, puntiagudas y prominentes. Presentan colmillos glifos, acanalados en la mandíbula, que usan para inocular el veneno. Presentan fosetas loreales, entre los ojos y la nariz, que les permiten detectar el rastro térmico de sus presas. En presencia de seres humanos se arman de forma circular y se alistan para atacar si con agredidas.
Vista frontal de la cabeza de una serpiente de cascabel, donde vemos en detalle la nariz, las fosetas loreales, y las escamas.
La mejor forma de identificar una serpiente de cascabal es oir su cascabel sonando, con el cual nos avisa que no está interesada en gastar su veneno en una presa humana, pero si la molestamos no nos va a ir muy bien.
Un par de cascabeles que obtuve a partir de serpientes del Género Crotalus, que fueron cazadas por campesinos del sector Charco Largo, parroquiá Águedo F. Alvarado, municipio Iribarren, Edo. Lara.
Extrañamente, estos cascabeles están formados por estructuras independientes, que son huecas y no tienen ningun elemento interior que amplifique el sonido, el cual se produce por el contacto y movilidad de las partes individuales.
Un cascabel en mi mano, que les da una idea del tamaño comparado con mis dedos, y muestra que es hueco.
Familia Elapidae. El veneno de estas serpientes es muy activo y mortal, destacando que el antiveneno o suero antiofídico es muy escaso, y en Venezuela no está disponible. Son faciles de identificar porque presentan colores aposemáticos, que le indican a sus posibles depredadores que su veneno es muy tóxico. La cabeza y el cuerpo tiene un ancho muy similar. Presentan colmillos proteroglifos (dientes pequeños y fijos, ubicados en la parte delantera de la boca, cuyo canal tiene una abertura pequeña). La dimensión de la boca abierta es pequeña, lo que dificulta que atrape presas grandes o muerda a una persona, pero si nos atrapa en un dedo, o en la cara, la mordedura casi siempre es mortal.
Las serpientes de coral venezolanas son parientes directas de las cobras, mambas y serpientes marinas, todas muy venenosas.
Una coral verdadera del Género Micrurus, muy común en el Edo. Lara, que presenta coloración aposemática (Dos bandas rojas encierran tres bandas negras y dos bandas blancas)
Muchas culebras, pertenecientes a la Familia colubridae tienden a hacer mimetismo batesiano, imitando la coloración de las corales verdaderas, pero carecen del veneno, por lo que la mejor forma de actuar ante una presunta sepiente de coral es alejarse de inmediato.
La coloración de las serpientes de la Familia Elapidae, Género Micrurus, presentes en el Edo. Lara, cumplen un patrón que nos pudiera servir de guía para identificar la coral verdadera: Entre dos bandas de color rojo, existen tres bandas de color negro, y dos bandas de color blanco. Existen otros casos, en los cuales dos bandas rojas encierran bandas impares de color negro y bandas pares de color blanco, sin limitar el número de bandas.
Familia Boidae. Son serpientes constrictoras, de cuerpo muy robusto y gran longitud que pude sobrepasar los 5 metros, . Su cabeza es grande y alargada, sobresaliendo de las dimensiones del cuerpo, presentan coloraciones muy llamativas, y son muy pacientes, pasando desapercibidas en el entorno, lo que les permite capturar a sus presas, que atrapan con sus dientes y luego los aprisionan con sus anillos corporales, matando por asfixia mecánica. Luego enguyen a la presa, dislocando su mandíbula, para poder tragarla. La mejor forma de identificarlas es a través de las dimensiones y forma de la cabeza, su coloración corporal y su gran tamaño. Se les considera inofensivas para los seres humanos, aunque pueden infringir severas mordidas.
El Género más común en Venezuela, es Boa, del cual se conocen varias especies, entre las que destacan Boa arcoiris, Boa emperador, etc.
Boa emperador (Boa imperator, Familia Boidae). Imagen tomada en la ciudad de Barquisimeto, Edo. Lara. donde los empleados de una empresa de alimentos la encontraron entre la materia prima usada, y por desconocimiento y temor la mataron.
Boa arcoiris (Boa cenchria, sinónimo de Epicrates cenchria). Imagen tomada en la ciudad de Quíbor, Edo. Lara, en momentos cuando esta serpiente intentaba penetrar en un invernadero, probablemente en busca de presas.
El gran dilema con las especies que conforman el Orden Squamata, Suborden Serpentes, es establecer si son peligrosas para los seres humanos y sus mascotas, destacando el hecho de que la fobia y odio que sienten las personas por estos animales es notorio y perjudicial, sin olvidar que los mismos forman parte de los ecosistemas naturales, donde ocupan un hábitat y juegan un rol importante dentro de su nicho ecológico, controlando el número poblacional de numerosas plagas, alimañas y bichos perjudiciales para la naturaleza, el hombre y sus cultivos, así que, antes de tomar la decisión de matar a las serpientes, debemos tener presente que somos nosotros los que estamos invadiendo sus espacios naturales, incluyendo en esta acción a los campesinos y agricultores.
Mis amigos campesinos del caserío Usera, al norte del Edo: Lara, han dado muerte a una culebra mapanare barriga amarilla, la cual tenía en su estómago un ratón silvestre.
Las especies del Suborden Serpentes juegan un papel fundamental en la disminución del número poblacional de roedores, que dañan los cultivos agrícolas, nidos de aves e insecros, y hasta nuestras comidas.
Además, debemos recordar que las serpientes no nos van a atacar porque nosotros no formamos parte de su menú de alimentación, y si no las molestamos ellas no se verán obligadas a defenderse, ya sea infringiéndonos una mordedura o tratando de aprisionarnos con su cuerpo, ya que esa sería una muy mala economía para la especie natural, que estaría malgastando su arma fundamental, que es su veneno, o la energía corporal, en morder a un individuo que no se podrá comer.
Imagen que nos permite comparar dos de mis dedos con el diámetro de una culebra mapanare barriga amarilla, que mataron mis amigos campesinos del caserío Usera.
Recordemos que las especies silvestres son temerosas de la presencia de los seres humanos y sus mascotas, y muy sensibles a los venenos, agroquímicos, la tala, quema y movimiento mecánico de la tierra, lo que las hace retroceder en el ecosistema natural, o simplemente, defenderse de quién la está atacando.
Las estadísticas favorecen a las serpientes, ya que el número de personas muertas por emponzoñamiento ofídico al año es de unos 5 millones, de un total poblacional mundial de 7900000000, lo que representa un 0,063%, de los cuales fallecen 130mil personas al año, equivalente a un 0,00164%, todo esto, según estimaciones de la Organización Panamericana de la Salud, que considera esta crítica situación como una de las Enfermedades Tropicales Desatendidas (ETD), que afecta con mayor frecuencia a las poblaciones de las áreas rurales.
Vista ventral de una culebra cazadora, muy útil en el ecosistema, que mataron mis amigos campesinos del sector El Toro, caserío Usera. Esta culebra no es venenosa.
En este punto está sembrada la duda, acerca de sí debemos matar o no, a las serpientes que encontremos a nuestro paso, cuando recorremos los ecosistemas naturales, sobre todo por considerándolos a todos como venenosos, sin ningún basamento científico, donde imperan el miedo y la desinformación, sin importarnos el nicho ecológico de las serpientes, venenosas o no, en las cadenas de alimentos y en los ecosistemas.
Una culebra ratonera, cazadora de otras serpientes, que mataron mis amigos del caserío Usera, por creer que era muy peligrosa y parecida a las pintas de una serpiente venenosa.
Lo más conveniente es tener alguna guía que nos permita establecer un patrón de conducta cuando nos encontremos con estas especies del Suborden Serpentes, en su hábitat, que no es el nuestro y, por tanto, debemos respetar.
Lo más elemental es diferenciar a las especies de la Familia Colubridae y Boidae (no venenosas), de las especies de las Familias Viperidae y Elapidae (venenosas), circunstancia que es fácil de resolver, si prestamos atención a las señales del cuerpo de las serpientes, tales como la forma de la cabeza, presencia de colmillos glifos, glándulas de veneno, pupilas verticales, figuras sobre el cuerpo, coloración aposemática con patrones definidos, sonidos estridentes, escamas grandes y prominentes, y presencia de fosetas loreales.
Una culebra coral vedadera, recien nacida, en momentos cuando la entregaba al serpentario del Parque Zoológico y Botánico Bararida, en Barquisimeto, Edo. Lara.
Dado que existe la posibilidad de que seamos sorprendidos por una serpiente al caminar por los espacios naturales, lo más conveniente es usar ropa y calzado apropiados para protegernos de las mordeduras, y estar preparados mentalmente para alejarnos del lugar donde esos animales estén presentes, ya sea que estén cazando, durmiendo, apareándose o alimentándose, y debemos tener por seguro que las serpientes no nos van a seguir para atacarnos.
Mis amigos del caserío Usera, Edo. Lara, tienen por costumbre andar en chancletas por todo el terreno aledaño a sus casas, hecho que es riesgoso por la excesiva cantidad de serpientes venenosas presentes en esos campos.
Las serpientes son animales maravillosos, y juegan un importante papel en la conservación del equilibrio de los ecosistemas, razón más que suficiente para preservarlas, y cuándo ocurra una mordedura, con ánimo de preservar la vida del ser humano, es conveniente y necesario acudir de inmediato a un centro de salud, presentar ante el médico tratante la serpiente responsable de la mordedura, no aplicar torniquetes ni cortaduras que agraven la zona afectada, mantener en estado de reposo al afectado, preservar su estado de vigilia, solicitando que se active el protocolo adecuado para cuadros de emponzoñamiento ofídico, sin olvidar que, en el Edo Lara, así como en toda Venezuela, no existe el antiveneno o suero antiofídico, por lo que se deben prepara para ubicarlo en la única institución que lo elabora, con normas científicas válidas, ubicado en la ciudad de Caracas, Universidad Central de Venezuela, oficina de BIOTECFAR (@biotecfarffucv); con el agravante de que es costoso, se necesitan varias unidades de antiveneno y el transporte corre por cuenta del afectado, en medio de la crisis por escases de combustible.
Detalle corporal de una culebra mapanare, que mataron mis amigos del sector El Toro, Caserío Usera, muy cerca de las casas de esa zona montañosa.
video subido desde mi cuenta de YouTube, que pueden seguir como Ali Riera
Bibliografía sugerida:
Crotalinae.
FUENTE
Bothrops.
FUENTE
Crotalus.
FUENTE
Lachesis.
FUENTE
Elapidae.
FUENTE
Micrurus.
FUENTE
serpiente falsa coral.
FUENTE
Colubridae.
FUENTE
Mastigodryas.
FUENTE
Cada año, aproximadamente 5 millones de personas son mordidas por serpientes y más de 130.000 mueren por complicaciones en el mundo
FUENTE
¿Cómo reconocer si una serpiente es venenosa?
FUENTE
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Ali Riera
Todas las imágenes, excepto las que indican la fuente, fueron tomadas con un equipo celular Xiaomi Redmi9C y son propiedad de @aliriera.
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