Los choques. 231112021

in #spanish2 years ago

image.png

Fuente

Ayer fue un día anormal, bueno, lo que viene a ser un lunes normal, para entendernos. Desde primera hora de la mañana, las ocho, mi vecino se encargó de recordarme, que lo de la obra, iba para largo que no era cosa de un día más o menos, si no que sigue hasta minar mi ya de por si limitada paciencia.

Lo único bueno, que hizo calor, la comida, la tenía planteada y fui al gimnasio, con el chandal más de verano y con un sol magnífico y una ausencia casi total de viento. Por redondear la descripción, en los auriculares, Nicki Nicole, en la calle, ausencia de bellas, pero sin estorbos tampoco. Faltaba el olor a pan recién hecho o borrachuelos, para redondear un marco, de por sí, idílico.

Al entrar al gimnasio, cuando voy solo, tengo un momento de tensión, que es la entrada a vestuarios, buscando la taquilla que esté a mi altura y de fácil acceso, para salir lo más rápido posible. Hay mucha temperatura, humedad y demasiada gente sin mascarilla, el marco idóneo para pillarte una buena coronavirada.

Al salir, un padre asiático, me arrasa con su carro de bebé, con el habitáculo lleno. No musita ni una disculpa, parece sorprendido que entre y salga gente de un sitio que es para entrar y salir. Insólito. Intento no enfadarme, subo las escaleras, me cruzo con un señor de unos sesenta años que va secándose la cara y al cruzarnos, su pie, en una medio magistral llave de yudo toca mi pie de apoyo, haciendo que casi me caiga.

Otro que parece ignorarme, o como si eso fuera algo medio normal. Por un segundo, tuve el chispazo de darle una patada en los huevos, o tirarlo rodando por las escaleras. Quemé la mala sangre en mi lucha titánica contra el pres de banca.

En el pres de banca, me encuentro que no le pillo la postura, es una putada, estoy ahora con 40+15 de la barra y me cuesta la misma vida, cuando hace nada estaba cerca de los 70, la cabeza manda mucho, y no encuentro el equilibrio ni la posición de la barra, no me encuentro nada seguro. Las demás máquinas, bien.

Por la tarde, con tal de despejarme, fui al Carrefour, por mis mierdas, por andar, una mezcolanza de todo. En el paso de cebra, cuando se puso verde, un chaval en patinete eléctrico, me pasó por las narices, casi noto el roce de su chaqueta. Seguí la trayectoria, a ver si podía de alguna forma corriendo atajar y llegar a su posición.

Tiró para el lado que menos alcance y con tráfico que tenía. Mejor así, no se que hubiera podido pasar si lo cazo con toda la mala hostia que gastaba en ese momento encima.