La ermita de Nuestra Señora de Gracia, en la localidad oscense del Run, es un tesoro arquitectónico que simboliza el encanto y la belleza de las pequeñas ermitas que se encuentran dispersas por los pueblos del Pirineo de Huesca. Este rincón de Aragón es una región que alberga un rico patrimonio románico, y la ermita de Gracia no es una excepción.
Situada en un entorno montañoso, la ermita se yergue con modestia, pero su estructura de estilo románico cautiva a quienes la visitan. Las líneas sencillas y los arcos de medio punto de su fachada, así como los detalles esculturales que adornan su entrada, reflejan la destreza de los artesanos de la época medieval.
La historia de la ermita de Nuestra Señora de Gracia se remonta a tiempos lejanos, vinculados a la devoción religiosa de la zona. A lo largo de los siglos, ha sido lugar de peregrinación y refugio espiritual para los habitantes de la región. Su ubicación en medio de la naturaleza y la serenidad que emana del lugar la convierten en un espacio de contemplación y reflexión.
Visitar la ermita de Gracia es adentrarse en la historia y el arte del Pirineo oscense, una oportunidad para conectar con la esencia espiritual de la región y apreciar la armonía entre la arquitectura románica y el entorno natural que la rodea. Estas pequeñas ermitas son tesoros que nos transportan a épocas pasadas y nos permiten disfrutar de la belleza eterna del románico en el corazón de Huesca.