A la ribera del templo de Philae, uno de los templos que os mostré y que, bajo mi punto de vista es uno de los más bonitos de los que pudimos ver en nuestro viaje a este impresionante país africano, Egipto.
Un templo al que solo podíamos acceder por barco y cuyo camino era un auténtico espectáculo. Estas aguas del río Nilo, que bordean la isla donde se levanta este templo y que, como os expliqué con anterioridad, fue trasladado de una isla a otra por la construcción de una presa que, en caso de no haberse tocado, hubiera inundado un templo con un altísimo valor histórico y cultural.
El paseo en barco fue súper bonito, ya que el tiempo acompañaba y no hacía mucho calor, acompañado con la brisa del río, lo hizo perfecto. Totalmente aconsejable si pasáis por esta parte de Egipto.