Para el reptil bastardo, año tras año.
En sí solo lleva pavos reales.
Me voy a casa La confusión suprime.
Desvergonzada sabana de amapola, enrojecimiento de nuestros caminos.
Pero nadie quiere venir a mí por alguna razón.
Que tu alma ya no será rastro de mi locura.
Más ligero que el viento, más gentil que los propios bailarines,
Y los troncos no se queman al suelo.
Creo que es el tuyo.