Pareceré de la era de las cavernas pero en internet me siento vigilada, espiada y desplazada. Ya casi nadie quiere reunirse para conversar, interactuar, tocarse, reírse a carcajadas, ni siquiera para darse un abrazo de feliz cumpleaños. Todo quieren hacerlo desde Internet. Ni una llamada se estila ya para saber como estas. Ahora todo es a través de las redes. Los hijos ya no hablan con sus padres ni los padres con sus hijos. Todo es robotizado. No me opongo a los avances de la tecnología pero no perdamos la brújula ni el sentido común. Todo tiene su tiempo debajo del sol. Aparte de eso muchas personas cometen el error de publicar en sus cuentas demasiada información personal y familiar. Se exponen demasiado.
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