Black Swan (Película): un thriller psicológico muy visual

in #cine4 years ago

Hace una década que la actriz israelí obtuvo el premio de la academia como Mejor Actriz por su papel en la película Black Swan (Cisne Negro) de Darren Aronofsky. En su momento vi la cinta pero carecía del sentido estético y el ojo crítico que creo poseer hoy; por eso quise verla de nuevo para juzgarla a la luz de una nueva madurez.

La película cuenta la historia de Nina, interpretada por Natalie Portman, una brillante bailarina de ballett que desea un papel más relevante en su compañía y por ello se esfuerza a diario, absorbida por completo por la danza y también por la presión de su madre, quien abandonó su propia carrera en ese mismo arte cuando salió embarazada de ella. Aunque es joven, Nina es una de las más experimentadas de la compañia y por eso es una de las favoritas para obtener el papel principal en el nuevo proyecto de su exigente director que se trata de una renovación del clásico espectáculo El lago de los cisnes, en la que ambos personajes, el cisne blanco, inocente, grácil, elegante y el negro, más pasional, salvaje, malvado, serán interpretados por la misma bailarina y no por dos como es lo habitual. Su director confía en Nina para interpretar a cisne banco, pero la siente muy bien portada, controladora e inocente como para poder representar en escena la intensidad de la oscura némesis.

Así que a la presión de su madre y la suya propia por conseguir ese papel, se agrega la poca confianza que tiene el director en su capacidad de salirse de sí misma. Para mayor drama, una nueva bailarina ha arrivado desde otra ciudad y encarna todo lo que Nina no es: libertad, despreocupación y sensualidad. Se trata de Lily, interpretada por Mila Kunis, hermosa además, más joven, lo que lleva a Nina a sentir una amenaza en ella y a desconfiar de su buen trato. Tras obtener el papel, Nina debe demostrar que es capaz de representarlo pero su mente sucumbe a la presion externa (Lily, la madre, el director) e interna porque para poder conseguir esa pasión, esa entrega y ese ánimo oscuro para interpretar al cisne negro, deberá corromperse (las negritas son intencionales). Toda esa presión lleva a Nina a confundir realidad y fantasía, a reaccionar de forma violenta y a actuar en contra de su esencia.

Ahora bien, veamos estos fotogramas un momento:


La paleta de colores empleada en la película está cargada de tonos fríos, blancos, negros y grises. Nina está rodeada de blanco, rosa pálido, en su ropa, en su habitación; es la inocencia, la pureza, esa búsqueda de la perfección. Sin embargo, sus antagonistas (su madre, Lily, el director) utilizan tonos más oscuros, grises intensos y mucho negro. Si estamos atentos a estos detalles, nos daremos cuenta de que Nina sólo utiliza mayor cantidad de tonos oscuros en su vestuario cuando el cisne negro comienza a engendrarse en su interior hasta que finalmente la cubre el negro del traje el día del estreno. Este es uno de los aspectos más destacados en la fotografía de la cinta.

El otro aspecto visual determinante, ya presente en un fotograma mostrado más arriba en el post, se refuerza en estos dos:


Los espejos son muy útiles a la hora de representar la transformación de Nina y sobre todo su lucha interna y su percepción de esos cambios. Además de los espejos, otro tipo de reflejos están presentes en la película, tratados con un tinte sombrío para transformar un drama artístico en un thriller pisoclógico. Ya se ha hablado de la influencia de Satoshi Kon en una obra previa de Aronofsky, Requiem for a dream, pero Black Swan también tiene más de una deuda con el anime Perfect Blue del icónico director japonés, sobre todo en el tratamiento de la debacle psicológica de la potagonista y el uso de esos reflejos oscuros.

La película cuenta con un buen guión, una buena dirección y una excelente fotografía (las secuencias de baile con esa cámara móvil y los cuadros fijos con profundidad), pero es la actuación de Natalie Portman la que justifica todos los demás aspectos. Sin esa excelente representación de Nina, de su ascenso y caída, la cinta no hubiera sido lo mismo. No por nada, a pesar de las múltiples nominaciones de Black Swan, fue sólo Portman quien arrasó en las galas de premios.
Es una historia dramática que habla de la pasión por el arte, la búsqueda de la identidad, la presión de los padres, la pérdida de la juventud y la belleza, la dualidad control-libertad y hasta dónde estamos dispuestos a llegar por seguir nuestros impulsos, nuestros deseos. Al menos un 7,5/10 para un thriller psicológico que, más que en la trama o en los diálogos, se apoya en la fotografía, las imágenes, los colores y muchos elementos visuales para contar lo que pasa. Así que hay que estar atentos, pues para eso se hizo el cine, para ver.

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