Los días previos a recibir tu invitación al @talentclub fueron días bastante desesperantes para mi, estaba en un interminable estado de reflexión, preguntándome qué pude haber hecho mal para dejar de recibir votos, sintiéndome culpable y avergonzada por haber escrito un post gigantesco agradeciendo al proyecto Cervantes tal y como lo solicitaron, para que justo a partir de ahí metieran la gran patada en el culo no solo a mi, sino a muchísimos que conozco.
Como si a raíz de la muestra de gratitud, vieron cuánto nos hemos beneficiado y dijeran "bueno aquí fue, ahora nos la vas a tener que mamar".
Estaba preguntándome si era el fin de mis días aquí, si ya había perdido el toque y demás porque no quería sucumbir ante el pago de bots pero al mismo tiempo quería buscar alguna garantía, una forma de ser recompensada por mi trabajo, una señal de que si estaba haciendo las cosas bien.
Y ahí estaba al que conocí como el Quijote, el que me llevó hasta donde estoy con su apoyo mientras formó parte de ese equipo que hoy tiene las intenciones marchitas y contaminadas, tendiéndome la mano para formar parte de la iniciativa más poderosa consolidada en la comunidad hispano hablante, @talentclub, el empujón que necesitaba para seguir esforzándome y no tirar la toalla, seguir intentándolo para llegar más lejos aún.
Ahora somos un equipo de 72 que cuidamos la reputación y la armonia del club, comprometidos con la excelencia por la que se nos consideró calificados para mantener en alto su nombre.
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