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When God changes plans or changes our dreams, he does so simply for the greater good because he has a better plan for us. Let us trust in him.
Do not fret because of evildoers,
Nor be envious of those who do iniquity.
2 For they will soon be cut down like grass,
And wither like green herbs.
3 Trust in the Lord, and do good;
And you will dwell in the land and feed on truth.
4 Delight yourself also in the Lord,
And he will give you the desires of your heart.
5 Commit your way to the Lord,
And trust in him, and he will do it.
6 He will make your righteousness appear like the light,
And your justice like the noonday.
7 Be still before the Lord, and wait for him.
Do not fret because of him who prospers in his way,
Because of a man who does evil.
8 Forsake wrath, and forsake anger;
Do not be stirred to do wrong.
Psalm 37:1-8
The Lord promises in His word that He will grant us all the desires of our heart, but it is easy to quote a text with the excuse that God will fulfill our every whim. It is easy to use this text outside the context in which it was written. We pronounce this but forget that our attitude is key in all of this. We must also be responsible in using God's promises. This means that we take words out of context without understanding them.
Delight yourself also in the Lord,
And He will give you the desires of your heart.
Each of us who have believed in the Lord, the children of God, are called to rejoice in God. This is because we trust and know, we are certain of what God has promised for us. This gives us complete security, and we rejoice in His promises.
Commit your way to the Lord,
And trust in him, and he will do it.
As I've said before, this isn't about God specializing in fulfilling the whims of his children. God has the ability to transform any desire we have that isn't in accordance with God's will.
At the same time, the Word urges us to trust in him, since he is omniscient, merciful, and all-powerful. Let us entrust our dreams and hopes to God. This, in turn, means we can't rely on his promises, believing that he will answer and always do what's best for us. We direct our prayers and our attention to God, seeking to know him through his Word. He will transform our vision and aspirations according to his will.
And all of this leads us to wait on Him. Let us remember in this case that the Lord Jesus Christ had to wait more than 30 years to begin His ministry here on earth. This tells us that waiting is key, but waiting on God's will, hopeful that He is working in our lives for our good.
May our desires align with God's purpose and plan. May we long for a constant search for His presence through His word, praying and presenting all our situations to God. May the joy of God flourish in our lives through the conviction that God does all things for our good. May we follow in His footsteps, and He will grant the desires of our hearts.
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En que Dios cambia los planes o cambia nuestros sueños, esto lo hace simplemente por un bien mayor porque tiene un mejor plan para nosotros, confiemos en el.
No te impacientes a causa de los malignos,
Ni tengas envidia de los que hacen iniquidad.
2 Porque como hierba serán pronto cortados,
Y como la hierba verde se secarán.
3 Confía en Jehová, y haz el bien;
Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad.
4 Deléitate asimismo en Jehová,
Y él te concederá las peticiones de tu corazón.
5 Encomienda a Jehová tu camino,
Y confía en él; y él hará.
6 Exhibirá tu justicia como la luz,
Y tu derecho como el mediodía.
7 Guarda silencio ante Jehová, y espera en él.
No te alteres con motivo del que prospera en su camino,
Por el hombre que hace maldades.
8 Deja la ira, y desecha el enojo;
No te excites en manera alguna a hacer lo malo.
Salmos 37:1-8
El señor promete en su palabra que nos concederá todas las peticiones de nuestro corazón, pero es fácil cita de texto con la excusa de qué Dios cumplirá todos nuestros caprichos, utilizar este texto fuera del contexto en el que fue escrito, pronunciamos esto pero olvidamos que nuestra actitud es clave en todo esto, debemos ser responsables también en la utilización de las promesas de Dios, esto quiere decir que nos tomemos las palabras fuera de contexto sin comprender el contexto.
Deléitate asimismo en Jehová,
Y él te concederá las peticiones de tu corazón.
Cada uno de nosotros que hemos creído en el señor, los hijos de Dios estamos llamados a regocijarnos en Dios, esto es porque confiamos y conocemos, tenemos certeza en lo que Dios ha prometido para nosotros, esto nos da total seguridad y nos gozamos en sus promesas.
Encomienda a Jehová tu camino,
Y confía en él; y él hará.
Como he dicho antes, esto no se trata de qué Dios se especializa en cumplir los caprichos de sus hijos, Dios tiene la capacidad de transformar cualquier deseo que tengamos nosotros y que éste no esté bajo la voluntad de Dios.
Al mismo tiempo la palabra nos insta a que confiemos en él ya que él es omnisciente, misericordioso y todo poderoso, confiemos nuestros sueños y nuestras esperanzas en Dios. Esto a su vez no se va a poder descansar en sus promesas creyendo que él responderá y ahora lo mejor siempre para nosotros. Dirigimos a Dios nuestra oración y nuestra atención en conocerle a través de su palabra, el transformará nuestra visión y nuestras aspiraciones conforme a su voluntad.
Y todo esto nos lleva a esperar en él, recordemos en este caso que el señor Jesucristo tuvo que esperar más de 30 años para iniciar su ministerio aquí en la tierra, esto nos indica que esperar es clave, pero esperar en la voluntad de Dios esperanzados en que está trabajando en nuestras vidas para nuestro bien.
Que nuestros deseos se alinean con el propósito y con el plan de Dios, anhelemos una búsqueda constante de su presencia a través de su palabra orando y presentando a Dios todos nuestras situaciones, que el gozo de Dios florezca en nuestras vidas a través de la convicción en que Dios todo lo hace para nuestro bien, sigamos sus pasos y el concederá las peticiones de nuestro corazón.
Muchas Gracias por compartir esta lectura, deseo que el Espíritu Santo de Dios traiga revelación de su palabra a nuestras vidas.
