Érase una vez una niña que vivía en una humilde casita, en un pueblito llamado La Rinconada, en la Isla de Margarita, la despreciaban por su color de piel canela. Su madre la adoraba, la acariciaba en silencio, y le decía: tú eres mi bella flor, locura de un pintor, que un ángel me regaló, con sólo 6 meses de gestación, cuando los médicos creían que no era de vida, después de 3 meses dormida, un milagro ocurrió, apareció un ángel en su cuna, que le dio un beso en su frente, cuando de pronto la despertó, la toma entre sus brazos; y su vida le regresó.
Su madre se sorprendió: Por el milagro ocurrido, ella miraba a su preciosa hija, de forma muy envilecida, no creía en el milagro ocurrido, entre lágrimas, risas, su madre le hablaba con mucha ternura: que linda princesa, eres hija mía, tu piel color canela, tus tiernos ojos bellos, que relampaguean y brillan más que el sol.
Esta linda niña fue creciendo, cada día que pasaba brillaba más, en el mundo de la actuación, debutó por muchos lugares bailando, cantando al mismo son; le pidió a un ángel cantando, que le regalara una preciosa muñeca o una bella flor, para llenar un vacío de un hermano perdido.
Llegó el día de su cumpleaños, en sus pensamientos no estaba pendiente, de la torta, de los caramelos y menos de la piñata, solo pensaba que un ángel, le regalará una preciosa muñeca, que siempre había anhelado. En un abrir de una puerta, al son del tambor, apareció un ángel, que entre sus brazos traía un lindo regalo, cuando la niña lo miro, sonrió, luego comentó: siento que mi corazón, palpita muy fuertemente, parece que algo maravilloso, está a punto de sucederme, cuando aquel ángel la abrazó fuertemente y le entregó aquel bello regalo que era la muñeca que tanto había soñado, de sus ojos brotaron dos lágrimas de la alegría, y de sus labios que nombre le pondré: su mamá con una sonrisa le dijo: tú muñeca ya tiene nombre, ¡oh! mírale su camisa que dice: Isabela, la niña nunca más se sintió sola; ya que había encontrado a su linda muñeca deseada.
Pero una triste mañana, las fuertes lluvias torrenciales, que bajaron de las montañas inundó su humilde casa, se cubrió de mucho lodo, barro, hasta su muñeca perdió, gritaba, lloraba, sin cesar, la pérdida de su linda Isabela, que las aguas, se la habían arrastrado, no sabía, en dónde encontrarla.
Después de varios días, a su mamá se le ocurrió: De ir a pasear por la orilla del río, cuando su mayor sorpresa, fue que debajo de piedras, barro y lodo, apareció Isabela, su fiel compañera viajera, con su linda cabellera, su ropa muy sucia, La tomó entre sus brazos, la apretó contra su pecho, cuando de sus ojos brotaron 2 lágrimas de alegría y dijo: sabía que alguna vez aparecerías, gritaba aquella encantadora niña, con su piel color canela, cuando de repente, se sintió un lindo cantar de pájaros, que bella melodía; que también celebraron el encuentro de su muñeca Isabela, donde la niña le juró que jamás se separarían.
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El equipo de curación del PROYECTO ENTROPÍA
¿Hola mi amigo como estas?
He estado ausente durante 6 meses.
Me alegra ver que todavía estás blogueando activamente.