Sala de parto es una de las rotaciones más algidas pero también más bonitas que tiene pediatría. Verlos hacer es una de las cosas mas lindas y a la vez más bizarras que puedas observar en tu vida. Sin embargo, presenciar ese primer encuentro entre madre e hijo es una experiencia maravillosa, y una de las cosas que más aprecio de mi trabajo.
Cómo pediatra tu siempre buscas lo mejor para al bebé, te preocupas por su bienestar y haces hasta lo imposible por cuidar de esos pequeños seres que inician su tránsito por este mundo con esa primera bocanada de aire. Hace unos días durante una guardia terrible, llegó un residente de ginecología con una interconsulta por un embarazo múltiple triple de 33 semanas. Juro que casi me da un "patatus" como diría mi abuela, cuando leí eso. No solo por el hecho de ser tan pretermino, si no por qué 3 recién nacidos con un embarazo de tan alto riesgo incluye una corredera para el pediatra, y evidentemente 3 ingresos de un solo momento.
Mi corazón latía a 1000 por hora cuando comenzaron abrir por planos el abdomen de esa madre. Cuando el primer bebito salió lloro y respiro espontáneamente mi ansiedad bajo un poco, pero quedaban 2 más. A simple vista se veían bebitos bastante grandes para la edad gestacional que habían presentado. Sin bargo, sacaron el segundo, lloro y respiro espontáneamente, mi corazón seguía latiendo muy fuerte y más que el bebé era yo quien no tenía ventilaciones espontáneas a esa altura del partido. Finalmente llegó mi turno de recibir al último bebito y adivinen que, nació con un estrella, en vista de que nació lo que se conoce como "enmantillado" es decir, dentro de la placenta. Eso me lleno de emoción y una vez más lloro y respiro espontáneamente al nacer. Luego de eso me volvió el alma al cuerpo.
Al pasarlos y tallarlos nos dimos cuenta que eran mucho más grandes de lo que habían calculado por ecografía. Al final obtuvimos 3 recién nacidos dos masculinos y una femenina de 2.400 gr 2.300 gr y 2.200 gr quienes fueron egresados de la institución tras 3 días de recibir oxígeno por qué hicieron una taquipnea transitoria del recién nacido. Fue muy satisfactorio darles de alta a estos tres bebés. La cara de felicidad de sus padres fue algo que verdaderamente me lleno el alma, y me recordo porque vale la pena seguir este camino, a pesar de todas las dificultades.
Acá les comparto la foto con mis toxi trillizos, una experiencia más que suma a esta alocada aventura llamada postgrado. Por ahora me despido, nos vemos en la siguiente publicación.
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Guao.... Increíble... Primera vez que veo un post así. . Que profesión tan hermosa y difícil a la vez. Saludos