Ja, ja, ja...cualquiera diría que has leído a Tim Robbins en obras como 'La fuerza de su mirada', que trata, precisamente, de unas creencias muy antiguas, donde besar una estatua o colocarle un anillo en el dedo, puede tener consecuencias funestas. Particularmente, me emociona esa forma en la que los grandes escultores, como Rodin, aplicaban las tesis platónicas del mundo de la idea y de la forma, al moldear el mármol, como si fuera un caldo de cultivo en plena ebullición. Y por supuesto, estoy de acuerdo contigo: la piedra es inmortalidad. De alguna manera, hasta Jesús lo sabía, cuando decidió poner a una Piedra (Pedro, Petrus, Piedra) como base fundamental para fundar su Iglesia. Abrazos desde este lado del charco.
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