Agradecer es maravilloso, debería ser un proceso natural de la convivencia humana. Por ello, apreciar lo que otros hacen por nosotros correspondiendo con algún gesto o acción es esencial para establecer relaciones empáticas. Hacer el bien en todo momento es nuestra mayor recompensa, es muy satisfactorio ayudar a los demás y sentirte valorado por esos pequeños -o grandes- actos sin esperar alguna retribución. Actuar con el corazón nos hará seres más plenos. En fin, dar y recibir para alimentar la energía del universo y que todo fluya de forma armónica. Saludos.
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