Español

Un cordial saludo Damas y Caballeros, miembros activos de esta comunidad. Contenta de estar aquí de nuevo para participar en el Concurso #179 con la interrogante:

2️⃣ Cuéntanos una cosa que hayas aprendido de tu madre o de tu hermana o de una vecina que no te haya enseñado directamente.

Destellos de virtud

Hoy compartiré con ustedes un poco sobre mi madre. Ella ha sido uno de los regalos más maravillosos que la vida me ha dado. Su infancia y adolescencia no fue nada fácil, estuvo representada por desigualdades, siendo su patrón de crianza, casi exclusivamente al aprendizaje de las actividades del hogar, con una muy escasa educación formal. Ese fue el proyecto de vida que su padre, mi abuelo, concibió para ella... "Según él, esa era la única forma de obtener un matrimonio sólido, ese era su propósito al ser mujer"...

Así lo asimiló mi madre, sin quejas ni reclamos, como su verdad y destino irrefutable. Luego vino el matrimonio y después uno a uno sus tres hijos, siendo yo la primogénita. Mi padre provenía de otra dinámica familiar, con otra concepción cultural, donde no existían desigualdades ni inferioridades de género. La unión de ambos, logró cambios favorables en mi madre, permitiéndole alejarse de arraigadas concepciones, yo diría opresivas y de escasa afectividad. Evidentemente, para bien, influyó en nuestra crianza, forjada en el amor y la comprensión, con valor en el ser.

Mi madre era un dechado de virtudes perenne, una escuela de enseñanzas, muchas de ellas no ilustradas directamente. Hoy resaltaré una virtud que para mí es muy especial y es la perseverancia, como esa llama o fuerza interior para conseguir cambios y acercarte a tus propósitos, que depende solo de ti y que siempre es posible lograr.

Fue un ejemplo vivo, día tras día de perseverancia, expresada en sus acciones que reflejaban voluntad, fuerza y esfuerzo. Dejó atrás su vida pasada, con respeto y sin rencor, en cambio, quizás como mecanismo de defensa, no se aferró a los recuerdos, ni expresó remordimiento, por el contrario, eran antecedentes de su vida, arrojados al olvido, que no le gustaba mencionar ni compartir. A medida que fui creciendo, comencé a obtener respuestas a mis preguntas y comprendí que lo que ella había vivido debía ser olvidado.

De sus mágicos labios, brotaron las melodías de las vocales y las primeras fusiones silábicas, verdadera música para mis oídos. Me inició con mucho amor en la lectoescritura; sin embargo, debido a su débil lectura y frágil escritura, a medida que avanzaba en mi escolaridad, mi padre fue asumiendo la orientación.

Papá siempre expresó toda su disposición y motivación para que ella retomara sus estudios en escuelas de adultos, pero mamá se negaba, diciendo que su tiempo había pasado. Él le presentaba opciones, pero la decisión era suya, sin imposiciones.

Sin embargo, juntas vivimos momentos de mucha complicidad, éramos compañeras de clase, sí, como lo oyen. Cuando me correspondía hacer los deberes, ella se me acercaba con entusiasmo, aunque con disimulo, pidiéndome apoyo para mejorar su lectura, escritura y matemáticas en sus funciones básicas. Aprendía con mis libros de texto y tenía su propio cuaderno de prácticas. Las dos disfrutábamos mucho y yo estaba en modo hija orgullosa. En sus intentos a veces se equivocaba una y otra vez, y muchas veces lo volvía a hacer, no se rendía, hasta que lo conseguía. Celebraba, con gran encanto, todos sus avances, no los minimizaba, todos eran grandes y valiosos, representaban el fruto de su esfuerzo y dedicación, de su perseverancia y esas acciones fortificaban su chispa interior, aumentando su voluntad, para un mayor estímulo, para seguir enriqueciendo sus conocimientos, siempre, siempre con la ventana abierta al aprendizaje, siempre con la fuerza de querer aprender.

A su aprendizaje le dió aplicabilidad y eso la reconfortaba, le entusiasmaba asumir nuevos retos, descubrir los nuevos mundos que le brindaba el conocimiento. Cuando tuvo su primer celular, fue feliz, nuevas posibilidades surgieron para ella, aprendía a su ritmo, horas, días, el tiempo no era un problema para ella, no la afectaba, no se comparaba en su aprendizaje, su meta era valerse por sí misma. Casi siempre fui yo, su orgullosa facilitadora, mamá siempre atenta, y obediente a la guía, no conocí rendición en ella.

Gracias Madre, sus raíces se extienden en mis pasos, en ellos está su impronta. Selló con virtudes, la experiencia de mi vida, mucha luz para Usted.

Esta es mi participación de esta semana. Muchas gracias @merit.ahama , por la oportunidad para generar estas reflexiones a través de tu interrogante.

Si aún no lo has hecho, anímate a compartir en la comunidad "Ladies of Hive"

Gracias por su visita

English

A cordial greeting Ladies and Gentlemen, active members of this community. Happy to be here again to join Contest #179 with the question:

2️⃣ Tell us about one thing you learned from your mother or sister or a female neighbour that she didn't teach you directly.

Glimpses of virtue

Today I will share with you a little bit about my mother. She has been one of the most wonderful gifts that life has given me. Her childhood and adolescence were not easy at all, it was represented by inequalities, being her upbringing pattern, almost exclusively to the learning of the activities of the home, with a very scarce formal education. That was the life project that her father, my grandfather, conceived for her... "according to him, that was the only way to obtain a solid marriage, that was his purpose in being a woman"...

That is how my mother assimilated it, without complaints or claims, as her truth and irrefutable destiny. Then came the marriage and then one by one their three children, me the firstborn. My father came from another family dynamic, with another cultural conception, where there were no gender inequalities or inferiorities. The union of both, achieved favorable changes in my mother, allowing her to move away from ingrained conceptions, I would say oppressive and of scarce affectivity. Evidently, for the better, it influenced our upbringing, forged in love and understanding, with value in being.

My mother was a perennial paragon of virtues, a school of teachings, many of them not directly illustrated. Today I will highlight a virtue that for me is very special and it is perseverance, as that flame or inner strength to achieve changes and get closer to your purposes, which depends only on you and that it is always possible to achieve.

She was a living example day after day of perseverance, as expressed by her actions that reflected will, strength, and effort. She left her past life behind, with respect and without rancor, instead, perhaps as a defense mechanism, she did not hold onto the memories, nor expressed remorse, on the contrary, they were antecedents of her life, thrown into oblivion, which she did not like to mention or share. As I grew older, I began to get answers to my questions and I understood that what she had lived through had to be forgotten.

From her magical lips, the melodies of the vowels and the first syllabic fusions sprouted true music to my ears. She initiated me with much love in reading and writing, however, because of her weak reading and fragile writing, as I advanced in my schooling, my father took over the guidance.

Dad always expressed all his willingness and motivation for her to resume her studies in adult schools, but Mom refused, saying that her time had passed. He presented her with options, but the decision was hers, without impositions.

However, together we lived moments of great complicity, we were classmates, yes, as you can hear. When it was my turn to do my homework, she would approach me with eagerness, albeit with dissimulation, asking me for support to improve her reading, writing, and mathematics in their basic functions. She learned from my textbooks and had her practice notebook. We both enjoyed it very much and I was in proud daughter mode. In her attempts, she sometimes made mistakes over and over again, and many times she did it again, she did not give up, until she succeeded. She celebrated, with great charm, all her advances, she did not minimize them, they were all great and valuable, they represented the fruit of her effort and dedication, of her perseverance and those actions fortified her inner spark, increasing her will, for a greater stimulus, to continue enriching her knowledge, always, always with the window open to learning, always with the strength to want to learn.

Her learning gave her applicability and that comforted her, she was excited to take on new challenges, to discover the new worlds that knowledge gave her. When she had her first cell phone, she was happy, new possibilities arose for her, and she learned at her own pace, hours, days, and time were not a problem for her, it did not affect her, and she did not compare herself in her learning, her goal was to fend for herself. It was almost always me, her proud facilitator, mom always attentive, and obedient to the guide, I knew no surrender in her.

Thank you, Mother, your roots extend in my footsteps, in them is your imprint. Sealed with virtues, the experience of my life, much light for you.

Here's my share for this week. Thank you very much @merit.ahama for the opportunity to generate these reflections through your questioning.

If you haven't done it yet, encourage you to share in the "Ladies of Hive" community.

Thank you for your visit

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_{Las imágenes son de @marilour

05 de Abril de 2024}

_{The images are by @marilour.
April 05, 2024}

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Destellos de virtud || Glimpses of virtue ✨ LOH-179✨

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