El autoconocimiento es una gran práctica para el crecimiento interior, nos permite identificar patrones y cómo estos influyen en nuestro comportamiento, las decisiones que tomamos y el cómo nos relacionamos. Nuestra amiga @damarysvibra, nos invita en su iniciativa: "Los recovecos del mundo interior", a reflexionar e identificar los tres estados del yo: yo niño, yo padre y yo adulto. Como ella explica, de acuerdo con la teoría del análisis transaccional, estos tres estados se manifiestan en nosotros día a día, algo que me parece bastante interesante. Esta iniciativa me pareció una maravillosa oportunidad para seguir profundizando en mi autoconocimiento, así que me puse manos a la obra.
El Yo Niña: soy creativa, tengo una gran curiosidad e iniciativa por crear, ya sea un dibujo, manualidad, o escritura. También tengo un gran apetito por el conocimiento, me gusta aprender de todo un poco siempre y cuando esté entre mis intereses, de lo contrario, moriré de aburrimiento y voy a bostezar más que pestañear.
Tengo un lado rebelde al cual le gusta ir contra la corriente y hacer todo lo que dicen que no puedo hacer. Hago rabietas si no consigo lo que quiero y me expreso de forma explosiva cuando me siento atacada o que estoy en una situación injusta. Me gusta hacer amigos, al igual que compartir y hacer felices a personas que considero valiosas. A veces manejar este lado es difícil, porque algunas emociones son muy intensas, como la rabia, la tristeza o impulsividad, pero en general me llevo bien con ella.
El Yo Padre: tengo un gran instinto protector. Si veo a alguien con dificultades o que se vea muy vulnerable, no puedo evitar querer ayudarlo o guiarlo, creo que se debe a que me recuerdan a mí y termino actuando como me hubiese gustado que lo hicieran conmigo. También me preocupo y doy consejos a las personas que veo que están a punto de cometer un error. Sé que de los errores se aprende, pero prefiero evitarlos. Por esto me repito siempre que solo puedo dar consejos, no imponerles algo, aunque me preocupe el resultado.
Yo cuidé a mi hermano desde que nació y fue una responsabilidad bastante grande, tuve que aprender a cambiar pañales, hacer tetero, bañarlo, calmarlo e identificar qué necesidad tenía por sus acciones o llanto. Fue complicado, a veces no quería hacerlo, pero mi instinto me hacía trabajar en automático. Sin darme cuenta, corría a buscarlo para calmar su llanto, periódicamente revisaba que estuviera respirando y otras cosas más. Así que puedo decir que mi yo padre es muy bueno, aunque a veces es frustrante, por eso en algunas ocasiones lo ignoro.
El Yo Adulto: muy responsable y cuidadoso, analiza muy bien antes de realizar cualquier acción y evita conflictos innecesarios. Este yo adulto a veces me exige más de lo que puedo dar y me impulsa a buscar siempre lo mejor de mí. Me permite estar centrada en el presente y mirar objetivamente el futuro; es la parte racional que mantiene mis pies sobre la tierra. Este es mi lado favorito, aunque a veces es agotador por el nivel de expectativas que pongo sobre mí misma.
Hacer este tipo de reflexiones, en el que tuve que explorar los lados que forman parte de mí y me hacen lo que soy, me permitió entender mejor mis emociones y reacciones, también la forma en la que me relaciono. Sin duda alguna, este es un buen paso hacia el crecimiento personal. Agradezco a @damarysvibra por proponer una iniciativa que nos permitió mirar en esos espacios profundos de nuestro ser.
Gracias por leer
English
Self-awareness is an excellent practice for inner growth. It allows us to identify patterns and how they influence our behavior, the decisions we make, and how we relate to others. Our friend @damarysvibra invites us to join her initiative, “The nooks and crannies of the inner world,” to reflect on and identify the three states of the self: “the child self, the parent self, and the adult self.” She explains that, according to transactional analysis theory, these three states manifest themselves in us every day, which I find very interesting. I thought this initiative was a wonderful opportunity to continue deepening my knowledge of myself, so I got to work..
The Child Self: I am creative, I have a great curiosity and initiative to create, whether it be a drawing, craft, or writing. I also have a great appetite for knowledge, I like to learn a little bit about everything as long as it is within my interests, otherwise, I will die of boredom and I will yawn more than I blink.
I have a rebellious side that likes to go against the grain and do everything they say I can't do. I throw tantrums if I don't get what I want, and I express myself explosively when I feel attacked or that I'm in an unfair situation. I like making friends, as well as sharing and making people I consider valuable happy. Sometimes managing this side of me is difficult because some emotions are very intense, such as anger, sadness, or impulsiveness, but in general, I get along well with it.
The Father Self: I have a strong protective instinct. If I see someone in difficulty or who seems very vulnerable, I can't help wanting to help or guide them. I think it's because they remind me of myself, and I end up acting as I would have liked others to act toward me. I also worry about and give advice to people I see who are about to make a mistake. I know that we learn from our mistakes, but I prefer to avoid them. That's why I always tell myself that I can only give advice, not impose anything on them, even if I'm concerned about the outcome.
I took care of my brother since he was born, and it was quite a big responsibility. I had to learn how to change diapers, make bottles, bathe him, calm him down, and identify what he needed based on his actions or crying. It was complicated, and sometimes I didn't want to do it, but my instincts kicked in automatically. Without realizing it, I would rush to calm his crying, periodically check that he was breathing, and other things. So I can say that my fatherly side is very good, although sometimes it's frustrating, which is why I ignore it on occasion.
The Adult Self: very responsible and careful, analyzes things thoroughly before taking any action and avoids unnecessary conflicts. This adult ego sometimes demands more than I can give and pushes me to always seek the best in myself. It allows me to stay focused on the present and look objectively at the future; it is the rational part that keeps my feet on the ground. This is my favorite side, although sometimes it is exhausting because of the level of expectations I place on myself.
Engaging in this type of reflection, in which I had to explore the aspects that are part of me and make me who I am, allowed me to better understand my emotions and reactions, as well as the way I relate to others. Without a doubt, this is a positive step toward personal growth. I am grateful to @damarysvibra for proposing an initiative that allowed us to look into those deep spaces of our being.
Thank you for reading
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Que bonito tu instinto protector, que te permitió cuidar diligentemente a tu hermanito, seguramente eso te hizo madurar más, porque es una gran responsabilidad.
Saludos👋.
Gracias, y si, me hizo madurar bastante porque no fue nada fácil. A pesar de tener solo unos 12 años en ese momento, lo maneje bastante bien. Muchas gracias por el comentario, saludos.