Writing between Stories and Letters / Historias de la Vida Sin Dinero [ESP/ENG]

in Writing Clublast year

ESPAÑOL

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Hoy estaba paseándome por varias comunidades, intentando encontrar el hilo conductor que me ayudase a hilvanar las ideas que tenía pululando en mi cabeza y hacerlas bailar en una música en concreto, me encontré con esta iniciativa maravillosa, desencadenada por la celebración del "Día Internacional de los Escritores" a celebrarse el día de mañana (3 de marzo).
 
Leí algunos post muy honestos, muy verdaderos, muy divertidos, pero los que más me han gustado son los de los grandes @fermionico y @vickaboleyn obviamente no los leí todos, pero de seguro estoy, que son geniales.
 
Voy a empezar, diciendo que no recuerdo cuándo fue que empezó a gustarme esto de escribir para contar cosas, siempre he tenido una gran imaginación y creo que buscaba una forma de exteriorizar esas ocurrencias y como en el pasado tenía una gran timidez, creo que la escritura se convirtió en una suerte de terapia y catarsis (eso lo supe con el tiempo). No me considero un escritor, sólo alguien que escribe lo que de alguna manera ya no puede estar recluido en mi imaginación. No tengo preparación académica en el área, soy ingeniero y por eso debo pedir perdón, por invadir un espacio con gente tan brillante con las letras. Lo que para mi siempre ha estado claro ha sido, los libros que me marcaron: Cien años de soledad a los 14 años y Veinte poemas de amor y una canción desesperada a los 25 años de edad, obras nacidas del ingenio y la sensibilidad de Gabriel García Márquez y Pablo Neruda respectivamente.
 
En mi etapa de estudiante universitario, me aventuré a escribir. Escribí mucho, en cualquier parte, relatos, poemas, obras de teatro... La mayoría, hoy perdidos, los que he podido rescatar algunos de los rescoldos de la memoria y en papeles desvencijados y abatidos por el tiempo, están hoy plasmados en las diferentes comunidades de HIVE y además, he vuelto a escribir y ya hay más madurez en lo que escribo y poco a poco me he embarcado en una escritura mayor.
 
La fertilidad "literaria" en esa etapa de mi vida se originó por las aventuras (y desventuras) que se afrontan en la misma, en al que se saborea la autosuficiencia del adulto, se conocen los placeres que habrán de definir nuestros gustos, hay acercamientos hacía esa cosa que llaman amor y todo lo que implica, se tejen fuertes lazos de amistad (y enemistad), se experimenta con el tabú más divino de todos: el sexo; y así, de a poco pero siempre en abundancia se va llenando la mochila de experiencias que han de servirnos siempre para intentar descifrar el significado de esto que algunos les dio por llamar "vida".
 
Luego de cada acontecimiento notable, decía con frecuencia a mis amigos, que escribiría un relato que se llamaría Historias de la vida sin dinero, porque cada vicisitud vivida nos encontraba en una precariedad económica propia de un universitario mal pagado y en algunos casos mantenido. Algunos se burlaban y otros me alentaban a que lo hiciera porque valía la pena inmortalizar estos acontecimientos y mi mejor amigo bromeaba siempre con una pregunta que a su vez me hundía en el desánimo ¿Quién dice que no serás tu el nuevo García Márquez, tamaña responsabilidad para alguien a quien solo le gusta combinar las palabras para que el sentido que obtengan, trasmitan algo profundo.
 
Una noche de tragos y de nostalgias anticipadas (conforme la universidad se iba acabando para nosotros, la melancolía de lo que no se iba repetir nos iba llenando el alma de un vacío que tratábamos de llenar en el aquí y en el ahora), optamos por recordar las aventuras, los malos amores, recapitulábamos los consejos que no escuchamos y las hostias que nos dimos, y me animaron a que tomara nota. Lo hice. En hojas arrancadas de un viejo cuaderno a medio uso y así fui llenándolas de tantas batallas perdidas y guerras ganadas, tantas tristezas enterradas en la ilusión de que a la juventud le sobra tiempo, tantas risas que deseábamos fueran perpetuas y tantas cosas que por mucho tiempo mi principal reto fue imaginarme como empezar el relato (para mi, lo más difícil) y aunque esos manuscritos los perdí en los avatares del desinterés y la decepción, recuerdo de forma meridiana como logré iniciarlo.
 
Érase una vez cuatro desconocidos, con el corazón hinchado de emoción y con el miedo arrumado bajo el brazo, que coincidieron en la vida con el firme propósito de hacerse compañía. Luego se dieron cuenta que, como los puntos cardinales, estaban destinados a pertenecerse aún en la distancia, pero más que nada a quererse. Esta, es la historia de cómo, estos desconocidos aprendieron uno del otro a quererse, teniendo como maestras a las experiencias -no siempre bonitas-, pero siempre divertidas. Cuando se conocieron sólo había entre ellos una cosa en común: que nunca tenían dinero... Y aquí su historia...
 
Graduarnos, las despedidas y las mudanzas me alejaron de mis manuscritos y al descubrir el Poema XV y el Poema XX mi alma se derramó en un género en el que podía desperdigar sin daños a terceros toda la ruina que la tormenta del primer amor había dejado en mi. Tenía 25 años y estaba recogiendo los pedazos y limpiando la sangre derramada de mi corazón roto. Y así, como sin quererlo, la escritura se volvió la mejor de la terapias, la mejor confesión y el más sano desahogo, es un drenaje emocional maravilloso, una catarsis, una liberación, una forma de llorar sin lágrimas o celebrar sin algarabía, pero que llena de una manera maravillosa los vacíos del alma.
 
Escribir es una fotografía de un tiempo que dejó enseñanzas. La forma más sublime de volverse eterno, que no es igual a ser famoso. Nuevamente pido perdón por la osadía de mezclarme en un mundo de letrados y tratar de ocupar un lugar que seguro estoy no merezco...
 

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Gracias por leerme y celebro en grande esta iniciativa...!!

Nota: Las fotografías son propias y todas pertenecen a mi paso por la universidad

ENGLISH

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Today I was wandering through various communities, trying to find the common thread that would help me thread the ideas I had swarming in my head and make them dance in a particular music, I came across this wonderful initiative, triggered by the celebration of the "International Day of Writers" to be held tomorrow (March 3).
 
I read some very honest, very true, very funny posts, but the ones I liked the most are the ones from the great @fermionico and @vickaboleyn obviously I didn't read them all, but for sure I am, they are great.
 
I'll start by saying that I don't remember when I started to like writing to tell things, I've always had a great imagination and I think I was looking for a way to externalize those occurrences and as I had a great shyness in the past, I think that writing became a kind of therapy and catharsis (I learned that with time). I don't consider myself a writer, just someone who writes what somehow can no longer be confined to my imagination. I have no academic preparation in the area, I am an engineer and for that I must ask forgiveness, for invading a space with people so brilliant with letters. What has always been clear for me has been the books that marked me: One Hundred Years of Solitude at the age of 14 and Twenty Love Poems and a Song of Despair at the age of 25, works born from the wit and sensitivity of Gabriel García Márquez and Pablo Neruda respectively.
 
When I was a university student, I ventured into writing. I wrote a lot, everywhere, stories, poems, plays? Most of them, today lost, those that I have been able to rescue some from the embers of memory and in rickety papers and beaten by time, are today embodied in the different communities of HIVE and also, I have returned to writing and there is already more maturity in what I write and little by little I have embarked on a major writing.
 
The "literary" fertility in that stage of my life was originated by the adventures (and misadventures) that are faced in it, in which the self-sufficiency of the adult is tasted, the pleasures that will define our tastes are known, there are approaches to that thing they call love and all that it implies, strong bonds of friendship (and enmity) are woven, and we experiment with the most divine taboo of all: sex; and so, little by little but always in abundance, we fill our backpack with experiences that will always help us to try to decipher the meaning of what some people call "life".
 
After each notable event, I often told my friends that I would write a story called Stories of life without money because each vicissitude we lived through found us in an economic precariousness typical of a poorly paid and in some cases maintained university student. Some mocked and others encouraged me to do it because it was worth immortalizing these events and my best friend always joked with a question that in turn plunged me into discouragement. Who says you won't be the new García Márquez?, such a big responsibility for someone who only likes to combine words so that the meaning they achieve conveys something profound.
 
One night of drinks and anticipated nostalgia (as college was ending for us, the melancholy of what was not going to be repeated was filling our souls with an emptiness that we were trying to fill in the here and now), we chose to remember the adventures, the bad loves, we recapped the advice we did not listen to and the blows we gave each other, and I was encouraged to take notes. I did. On sheets torn from an old notebook half used and so I was filling them with so many battles lost and wars won, so many sadnesses buried in the illusion that youth has plenty of time, so many laughs that we wished were perpetual and so many things that for a long time my main challenge was to figure out how to start the story (for me, the most difficult) and although I lost those manuscripts in the vicissitudes of disinterest and disappointment, I remember clearly how I managed to start it.
 
Once upon a time, there were four strangers, their hearts swollen with emotion and their fears tucked under their arms, who met in life with the firm intention of keeping each other company. Then they realized that, like the cardinal points, they were destined to belong to each other even in the distance, but most of all to love each other. This is the story of how these strangers learned to love each other, having as teachers the experiences - not always beautiful - but always fun. When they met there was only one thing in common between them: they never had any money... And here is their story...
 
Graduating, goodbyes and moves took me away from my manuscripts and upon discovering poem XV and poem XX my soul poured out in a genre in which I could scatter without harm to third parties all the ruin that the storm of first love had left in me. I was 25 years old and I was picking up the pieces and cleaning up the spilled blood of my broken heart. And so, as if without wanting it, writing became the best therapy, the best confession and the healthiest outlet, it is a wonderful emotional drain, a catharsis, a release, a way to cry without tears or celebrate without fanfare, but that fills in a wonderful way the emptiness of the soul.
 
Writing is a photograph of a time that left teachings. The most sublime way to become eternal, which is not the same as being famous. Once again, I apologize for the audacity of mixing myself in a world of the educated and trying to occupy a place that I am sure I do not deserve.
 

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Thank you for reading me and I am delighted with this initiative!

Note: The photographs are my own and all belong to my time at the university.
Translated with www.DeepL.com/Translator (free version)

Sort:  

Agradezco su amable mención.

También soy ingeniero prestado a las letras..!

Pero desde pequeño tuve inquietud por los libros y la escritura.

Mi gratitud por hablar de nuestro trabajo.

Saludos

Buenas tardes, gracias...

¡Hola, @linarev ! Antes que nada, muchísimas gracias por leer mi escrito 😄; me da gusto saber que el relato fue de tu agrado.

Leyendo tu post, me acordé de mis épocas de secundaria; ahí la literatura hizo su primer acercamiento con los cuentos de hadas de Charles Perrault, los hermanos Grimm, Oscar Wilde y Lafcadio Hearn. Mi abuelo (qepd) me regaló un libro de literatura infantil en ese entonces; estaba terminando la primaria, si mal no recuerdo. A lo largo de la secundaria, la preparatoria y la universidad, de tiempo en tiempo, leía cuanto estaba en mi alcanzo; ahora ya no leo tanto como quisiera, pero tengo la esperanza de encontrar un momento de paz para retomar algunas lecturas pendientes.

Has dado en el clavo con respecto a la escritura: es una terapia, una catarsis en la que desahogas todo lo que llevas dentro, sin ninguna hipocresía y con mucha franqueza. Y siempre he dicho y diré que todos, de un modo u otro, somos escritores. Algunos tienen buen pulso en el área, otros intentan mejorar ese aspecto y otros más se reservan esta habilidad para otros ámbitos en donde son buenos. Todos los que escriben tienen como común factor la práctica. Practicar, cometer errores, corregirlos, leer el relato, modificar lo que no nos gusta... Eso es ser un escritor. Así tal cual, sin tapujos.

Por supuesto, habrá cursos que te ayuden a mejorar; no está de más tomarse uno o dos, pero la práctica, mi estimado, es la mejor maestra de todas. O al menos eso es lo que yo siento en particular, hablando desde la experiencia.

¡Saludos y que pases un bonito fin de semana!

Mil gracias!!!

Hola. Bienvenido a Writing Club, muchas gracias por participar en nuestra iniciativa, espero que tengas un Feliz Día del Escritor y disfrutes de nuestros espacios para el encuentro de la lectura, la literatura y la poesía.

Muchas gracias a ustedes por esta inciativa.

Escribir sana, y no existe edad ni profesión que pueda impedirte a hacerlo. Por supuesto que eres escritor, un gran poeta, alguien que transmite sentimientos a través de las palabras. Que hayas retomado la escritura después de tanto tiempo, a pesar de lo que perdiste en el camino, significa que estás en el lugar en el que debes estar. Sigue creando, amigo, dejando volar esa imaginación que tienes, porque el dominio del lenguaje que posees está más que demostrado en tus poemas. Aprecio tu humildad. Saludos.

Muchas gracias por tus palabras. Si, escribir sana y renueva. En los momentos más grises de mi vida fue la terapia soñada y el remedio efectivo. Gracias por leerme y por disfrutar lo que lees. Yo pongo las letras, los lectores los sentimientos. Los poemas son solo llaves con las que se abren distintos tipos de sensaciones... Un abrazo en la distancia.

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