6 Puntos Suspensivos Y Una Mísera Coma ..., ...

in Writing Club13 days ago (edited)

Este lugar está incompleto y yo siempre me rompo cuando visito su lado níveo.

La superficie de la pizarra donde hablamos está partida en estos momentos. En sus recovecos, nuestras atemporalidades se van desplomando. En alguna de las fisuras guardo todo lo que no dijiste, porque uno de nuestros abecedarios también se ha diluido.

¿Qué se hace con este espacio en blanco que no tiene nada escrito? Acá todavía yacen los restos físicos del grafito de un alguien que trata de decir cualquier cosa para que la nada no lo convierta en menos que un ninguno.

Todavía eres incapaz de responder y yo mantengo la imposibilidad de ordenar bien a mis alifatos para acertar en alguna de tus réplicas. Lo que sí poseo es la destreza de escribirte, aunque siempre me quedo en blanco, excepto en el espacio de mis epístolas, donde sí estamos sucediendo a lo colorido.

En mi mente, allí sí somos cómplices elocuentes..., ...allí no soy el confidente de un etéreo silabario.

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Lamentablemente, usurpar tus líneas debido a tu ausencia, vulnera la fábula de que yo no existo. ¿No ves, acaso, el esperpento? Escribirte, y que no haya una contestación, daría por hecho que yo soy una leyenda almacenada en lo no leído.

Es que es así... tristemente, aún no ocurro en el otro lado del departir. Alguno padece de una desconexión.

¿Tan difícil era responder? ¿Qué hice para ganarme el lado lóbrego de tu silencio? ¿Por qué sólo me visita tu ausencia?

Observo mi menuda virtualidad y no entiendo, ¿por qué no me ha visto?, ¿cuándo me he defraudado del lenguaje informático artificial?, ¿y cómo he caído, de pronto, en esta incomunicada red?

En mi exiguo e hiperbólico papiamento, he redactado el mismo predicado para los verbos copulativos, pero seguimos por separado. En la oración hay dos sujetos y el dialogo aparece con sospechosa connivencia para el desprevenido narratario.

Sigo deteniéndome en el vórtice de las respuestas incompletas, obnubilando si me dedico al olvido, o si recaigo en otro intento de deletrearnos.

Y es que mientras algo se podría decir, algo también se fue pudriendo. Mientras yo maldecía, también mal decía lo que interpretaba en la nada. Mientras recurría a saberte como tratamiento, por un lado tengo mi propia omnisciente trata y por el otro, como testigo, me miento. La impotencia me ha llegado a la tibia, e igual de tibias se me han puesto las venas literarias.

Estoy muy pendiente de la pendiente en la que estoy. Es que el olvido jamás había apresurado tanto su don para añejarme de don. Ha pasado demasiado tiempo y la paradoja es que tus apócopes siempre terminan con dobles sentidos.

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¡Señores, me he vuelto invisible! No ocurrió de la forma en que lo había imaginado de niño, porque una cosa es elegir el poder para que nadie te vea y otra -muy cruel y distinta- es que todos elijan no verte, por costumbrista omisión, por alegórico descuido, o con el adrede acento que literalmente marca a la antítesis de dejarte en visto.

Hasta hoy, sólo hay frases mías tramando el abecé de nuestro rudimento y tú no te has enterado que puedes agregar fonemas al diálogo que declamo por partes.

Ninguna palabra provino de un lado, y tampoco se escribió. En la narrativa, no se ha dejado por sentado que yo sí existo, ni que es tan real esa parte de mí que te inquiere, te conversa y se muere porque uno de tus trazos me dirigiese vocales y letras en romántica oratoria.

Todavía no me rindo. Estoy interpretando las señales que emite la indiferencia con su mudo lenguaje. No odas más aquí y date prosa

Quizá, no te has enterado..., ...Yo ya no deseo escribir más en este muro. Es que me invade la aliteración extrema durante mi estadía en la telarañosas página donde te recurro.

Haberme convertido en invisible no me volvió un gran significante. Todo lo contrario, arruinó mi sinestesia, porque mis palabras sólo las observo yo.

En ninguna moribunda noche ubico tu exclamación sobre mis signos interrogativos, no me queda nada de concordancia ante tu tónica presencia, tan sinónima de soledad, tan dedicada a volvernos hiatos que ni siquiera tienen un guion en el medio para saberse divididos, porque alguien le dibujó seis puntos suspensivos y una mísera coma para que la gente no olvidara que tienen la misma raíz.

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He dicho mi parte sin presenciar los ápice de la nada, sin avizorar la minúscula fracción del inmenso todo de mi existencialismo.

No te aseguro que eso me baste, es obvio que no. Lo que sí me reclamo es que el espacio se mantenga en blanco y a mí se va poniendo un tanto gris la retórica de saberte.

Desconozco, también, si aparecerá el siguiente símbolo del guion, advirtiendo el inicio de la plática, por ello merodeo ansioso el lugar, constantemente, aguardando a que el romance ocurra en nuestro paralelismo.

Ojalá que alguien coloque el final del soliloquio "entre comillas" para darme por aludido. Pero no quiero ser yo el que deje de citar palabras de sí y para sí mismo..., ...me falta tu versión.

Jamás has escrito siquiera una coma y eres mi punto más débil. Tus párrafos siguen en blanco. Tal vez por eso tengo más clara la confusión y sigo vigilando al descuido.

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Link de imágenes creadas en Canva Pro.

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Uyyy que fuerte,,,, bueno a mi también me dejaron la hoja en blanco, no hubo ni un punto ni una coma, ni siquiera sospeché el adiós, y nunca existió tampoco, solo una hoja en blanco vacía y al igual que tu sigo esperando...

Me dejaron en visto al cuadrado... Jjeeeee

a veces sucede así, la reciprocidad no aparece por algún motivo y un lado de la charla no se ejecutó. Lo doloroso es no saber o entender el motivo y quedarse a solas conversando sin el otro interlocutor. La vista gorda, la omisión o el siquiera enterarse de que hay palabras enviadas que no se han visto

Es doloroso cuando cuando sólo habita la sombra y su casa es nuestra memoria. Un saludo muy grande @miguelmederico

Esta fue la triste sombra blanca de lo que, quizá, jamás sucedió, de lo que no sucedió en las hojas, en las pizarras y que tal vez sólo ocurrió en la imaginación. Saludos y bendiciones de vuelta, amigo

O quizás ocurrió (en otra vida, la mía) y es mi sombra la protagonista. Muy buen texto. Un saludo muy grande @miguelmederico