Valeri en la isla de los Ex's

in Writing Club2 years ago

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No estaba preparada para tal compromiso, el miedo me invadió cuando el padre preguntó si yo aceptaba estar con él para siempre, algo que implicaba más allá de la salud y la muerte, el hecho de no ser alguien libre y tener que ceder siempre a las buenas costumbres más que al verdadero sentir que en su mayoría se vuelve negativo ante la rutina y el verdadero conocer de la otra persona cuando se vive bajo un mismo techo.

No quiero pensar en todo lo que debe estar odiándome, seguramente debe dolerle más todo lo gastado que el hecho de negarme ser parte de él para siempre.

Necesitaba escapar para ordenar mis ideas, y quizás luego arrepentirme de no haber sido valiente y formalizar lo nuestro ante nuestra familia y amigos. No es que estaba del todo aliviada, realmente la estaba pasando tan mal como él; no fue nunca una mala persona, solo fue una mujer estúpida que no estaba segura de lo que quería.

Al día siguiente estaba ya en el aeropuerto con lo que sería la maleta ya preparada desde hace un par de noches antes de la boda. No tenía ni la más mínima idea de lo que traía adentro y eso que fui yo quien ayudó a mi mejor amiga a escoger las cosas que llevaría para la luna de miel.

Para mi suerte el boleto todavía se podía utilizar, algo que me dio un tanto de curiosidad porque fue él quien las pagó, y suponiendo en todo lo que terminó ese día, pensé que los había cancelado.

Mientras estaba sentada esperando el aviso para subir al avión, empiezo a pensar en él y todos los momentos y recuerdos hermosos que tuvimos en nuestro noviazgo. En ese instante pensé que era una tonta, que incluso era yo quien debía ser rechazada.

Seco mis lágrimas rápidamente para no manchar mi rostro con maquillaje, cuando de pronto alguien se sienta a mi lado. Supe que se trataba de un hombre por lo que destilaba su perfume, yo estaba cabizbaja, así que solo vi sus zapatos elegantes que hacían juego con su correa y combinaba casi que a la perfección son su pantalón y camisa semi abierta. Nunca llegué a mirarle el rostro porque no quería que me viera la cara hinchada.

En ello avisan que podemos abordar el avión, el hombre se levanta primero que yo, cosa que agradecí, pues aproveche de sacar un espejo de mi bolso y darme unos retoques.

Caminé hasta la entrada del puente que conecta con el avión, revisaron mi documentación y boleto, para luego darme la bienvenida y el pase. Me dirigí hasta donde era mi asiento, pero antes de eso quería dejar una de mis maletas pequeñas en el portaequipaje superior de los asientos.

A pesar de que era pequeña, me costaba un poco meterla dado que estaba un poco alta, entre ello al meterla y darme la vuelta me asusto porque un hombre estaba detrás de mí, lo supe porque mi cara de una forma muy descuidada terminó a parar en su pecho algo peludo.

Por supuesto que me sentí tonta y tosca, le pedí disculpas aunque él solo se reía, algo que si bien no era una mala respuesta, tampoco me hacía sentir bien. Rápidamente me senté, y mientras me calmaba un poco del momento bochornoso, me di cuenta a detalle que se trataba del mismo hombre que se había sentado a mi lado en el aeropuerto.

Encendí la pantalla que tenía en el asiento del frente y me puse los audífonos inalámbricos para no incomodar a los demás. Pasaron solo 5 minutos cuando me quedé totalmente dormida. Fue hasta un par de horas que una de las aeromozas se me acercó para despertarme y avisarme que debía colocarme el cinturón porque iban a descender.

Lance mi vista por la ventana y se podía ver la isla, la cual era nuestro destino final.

Al salir del avión unos carros 4x4 nos estaban esperando para llevarnos al hotel que se encontraba un poco dentro de la isla, para ser específicos estaba en el centro de la misma.

El recorrido fue bastante agradable, pude ver algunas guacamayas volar de un lado a otro e incluso me causó curiosidad ver un pequeño riachuelo entre los árboles del camino.

Al cabo de unos minutos ya habíamos llegado al hotel, me ayudaron a bajar mi maleta y a llevarla hasta mi habitación. Ya era un poco tarde, más de las 5 pm y yo estaba un poco cansada por el viaje y que no había dormido esa noche anterior por todo lo sucedido, suponiendo que me estaba carcomiendo la culpa.

Esa tarde decidí descansar en mi habitación, pero realmente era solo cerrar mis ojos porque no podía conciliar el sueño. Al cabo de un rato me asomo por la ventana y allí abajo estaba el hombre conversando o tal vez pidiendo algo a uno de los trabajadores del hotel, en ello se percata que le estoy mirando.

— Es una bonita noche como para no ir a aprovechar y cenar bajo la noche estrellada ¿no cree? — me dice el hombre desde donde estaba. No tuve respuesta alguna, a lo que él sonrió y siguió su camino.

Pensándolo bien, ahora que miro a mi alrededor y el cielo, no era una mala idea lo que había dicho ese hombre, tenía que espabilar, estaba de vacaciones para reencontrarme y conseguir respuestas sobre mi. Me duche y vestí algo casual y con un maquillaje suave. Baje hasta el lobby y pregunte por el famoso restaurante que decía que decía en uno de los folletos que suelen dejar en las habitaciones.

Me guiaron hasta un pasaje verde casi parecido a un bosque, y al final estaba el restaurante construido de pino con un suave y elegante fragancia a madera. Bastante iluminada y agradable a la vista.

En ello el mesero me dirige hasta mi mesa, pero no fue el trastabillar de mi tacón lo que me dejó sin aliento, fue haberlo visto a él sentado solo a unas 3 mesas de donde estaba; mi ex a quien había dejado plantado, estaba allí.

Por supuesto estaba nerviosa, por unos momentos cruzamos miradas pero sin decir nada y mucho menos expresar algo con nuestros rostros. En ello el mesero me pregunta sobre lo que iba a pedir, y la verdad es que no sabia que decir, las palabras se me habían ido de la boca.

El sentimiento de culpa vino a mi, porque mirarlo fue como extrañarlo de nuevo y quería tenerlo cerca, abrazarle y decirle lo arrepentida que estaba.

Sin embargo me levanté porque sentía que me estaba ahogando, corrí hasta la salida y escuche cuando él me decía que me detuviera, aún así seguí mi camino por el túnel verde. Me detuve a la mitad de camino llorando y tratando de respirar, era como si me tomaran por el cuello, por más que intente no podía hacerlo, intente toser varias veces hasta que caí completamente al suelo desmayada.

Desperté en una cama que no era la de mi habitación, me dolía un poco la cabeza y aun me sentía un poco asfixiada. Me senté en la cama cuando de pronto escucho pasos de alguien saliendo de la puerta del baño.

Quedé anonadada de ver a aquel hombre en la misma habitación que yo, esta vez estaba sin camisa y con pantalón largo. Quedé sin aliento al ver su escultural cuerpo marcado con tinta, tenía varios tatuajes en su brazo y parte de su dorso, realmente era más atractivo de lo que me podía haber imaginado.

Me levanté para preguntar qué hacía yo en su habitación, pero él sin mediar palabras se acercó a mí y me abrazó. Intenté zafarme de sus brazos, pero él tenía fuerzas. Fue entonces cuando vi una marca en su cuello que me hizo recordar a alguien importante para mi.

— ¿Ya me recuerdas? — dice mientras me toma del rostro y sonríe.

Dicen que en la vida las personas se enamoran de verdad una vez en toda su vida. Cuando recordé quién era él supe que ese pensamiento era real. Había pasado tanto tiempo que no me acordaba de él, pues tan sólo teníamos 15 años cuando su familia tuvo que irse del país por cuestiones económicas.

Eddy y yo siempre anduvimos juntos, estudiamos primaria y parte de la secundaria juntos. Todos decían que íbamos a terminar casándonos. Fue un verdadero dolor verlo partir porque sabía que una parte de mi se estaba yendo con él.

— Si, tanto tiempo — le respondí correspondiendo con una sonrisa y lágrima escapada de mi rostro.

Sort:  

Hola querido amigo buena historia, por un momento pensé que algo le dio alergia a la protagonista y por eso se asfixiaba, seguramente despertara en una cama de hospital, ¡pero no!, este fue otro de tus dramáticos giros a la historia que hacen al lector estar atento en todo momento de lo que viene. Disfrute mucho leerla. Un abrazo.

Ya sabes como soy, siempre le doy la vuelta a lo que se supone tal vez iba a suceder, o lo que tal vez es lógico, yo lo convierto ilógico, pero pues, esto fue otro sueño más de mis noches, así que esta plasmado tal cual.

Ahorita solo estoy escribiendo sobre mis sueños, la verdad es que mi musa se fue de vacaciones.