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La carta de los pecados
Por: Alcides J. Cádiz #Venezuela
Parte 1: El día que dejó de ser mi mejor amiga
Parte 2: En el patio de las flores
"Regresaste, y eso que te dije que no volvieras, imagino que ya no estoy allí, dime, ¿estás allí con tu amiga de la universidad?, dile que me cae bien, por como me has hablado de ella sé que será una excelente madre para mis nietos.
Lamento haberte alejado de mi, este pueblo esta maldito, y no quería que quedaras atrapado aquí, yo me quedé porque mi alma esta atrapada aquí, en esta casa, en las flores de sangre que comencé a sembrar desde que tu madre y abuela se fueron.
¿Dónde están? Siempre estuvieron entre nosotros, estaban a la vista, en forma de esas flores, solo que sus cuerpos están debajo de todas ellas.
No, no soy un asesino, no les hice, pero tampoco pude evitar lo que pasó.
Llegue a este pueblo a la misma edad que tu partiste, y conocí a tu madre, como me hizo sentir era lo mismo que sientes tu, cada vez que me describías a tu amiga me hacia recordad los años en que conocí a tu mamá.
Lo que yo no sabía es que otro la cortejaba, el hijo del hacendado mas poderoso de aquí, tampoco sabia que la tenía amenazada, y aunque lo hubiera sabido, quizás no hubiera podido evitar lo que pasó.
Nos casamos, compramos este terreno, al año quedó embarazada de ti, siempre fuimos felices juntos, hasta tu abuela fue una señora muy cordial, te atendía y veía como el tesoro mas valioso.
Pero una noche nos invadieron la casa, hombres armados, dirigidos por el ex pretendiente de ella, estaba borracho, y decidido a llevársela, ella se le encaró, sin darme chance de protegerla, quizás porque moría de miedo, ella le gritaba y le exigía que se fuera de inmediato; el entendió el mensaje, se dio cuenta que ella no quería nada con el, pero no se contuvo, le disparo, el sonido más aterrador que he escuchado en mi vida, mi suegra se abalanzó contra el y disparó nuevamente, todo quedó en silencio.
Yo solo tenia fuerzas para mantener la puerta cerrada de tu habitación, no dije nada, mis ojos no dejaban de verle los ojos a ese hombre, lo reconocí cono un ser superior, y asumí que debí aceptar todo lo que pasó sin decir nada; soy el cobarde mas grande de todos.
Me amenazó con matarnos a nosotros, y mandó a sus hombres a enterrarlas en el patio, y que nadie dijera nada de lo que había pasado.
Después de todo eso se fueron, solo quedamos tu y yo, quizás tengas vagos recuerdos de todo. En el pueblo nunca me preguntaron por ellas, nadie decía nada, allí me di cuenta que aquí nadie es libre, por eso reuní dinero de a poco para sacarte de aquí.
No se me ocurrió mas nada, no sirve de nada pedir tu perdón, ¿debí decírtelo, contártelo? Ellas no hubieran vuelto de igual modo.
Ya no tengo más nada que decir, solo espero que no te quedes un minuto más allí, el pueblo no ha cambiado nada, este no es un lugar para ti y tu familia, por favor, vete de aquí."
Han pasado ya tres años desde que leí esa carta, aun no entiendo nada, le fui obediente por ultima vez y salimos de regreso a la ciudad, allí he estado pensando todo este tiempo que hacer, si ser cobarde como mi padre, o prepararme para una venganza.
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