Hola Hivers, reciban de mi parte un abrazo fraterno, cargado de energía positiva y deseos de salud para ustedes y para quienes les rodean, que como decía mi abuelita "lo demás llega solito".
Hoy 10 de Febrero es un día muy especial para mí, hace exactamente 12 años inicie mi rumbo en la carrera de medicina, venía de graduarme de ingeniero en sistemas, y aunque me gusta el mundo de la informática, lo que de verdad me apasiona es el área de salud.
Así pues sin miedo, decidí cumplir mi sueño, sueño que gracias a Dios logré y hoy doy mi mejor esfuerzo para brindar sanación a quien lo requiera y dar oportunas recomendaciones a quien lo necesité.
Aunque, ser médico no es una profesión sencilla, considero que no hay nada más satisfactorio que la sonrisa de un paciente agradecido y a pesar de que ha pasado algún tiempo todavía recuerdo cómo ayer cuando inicie este hermoso camino, aquí se los cuento:
Mi primer día en el mundo de la medicina
Tenía 22 años de edad, estaba joven y temeroso, al igual que la mayoría, nuestra primera clase la recibiríamos a las 6 de la mañana, empezaríamos con anatomía, y nuestro profesor nos llevó a la sala de disecciones.
Creo que no era del todo consciente de que estaba rodeado de cadáveres. El profesor con voz burlona nos dijo "Piensen que son muñecos".
Teníamos que dejar el alma en suspensión, como los ordenadores, para olvidar durante una hora y media que alguna vez aquellos cuerpos tuvieron pulsaciones, miedos e inquietudes.
Mis compañeros rodearon un cuerpo entero que tenía el tórax abierto como un libro, mientras yo no podía dejar de mirar una mesa en la que sólo había un brazo.
Así que me puse los guantes de látex, me acerqué y toqué la punta de los dedos de la mano uno por uno.
Sentí que esos nervios y vasos sanguíneos eran como carreteras cortadas que no llevaban a ningún sitio. Pensé, "No hay nada ni nadie al otro lado de estos dedos sintiendo ahora mismo".
Desde entonces, valoro mucho más cada estímulo sensorial que recibo como por ejemplo, pisar la arena o un suelo de madera, agarrar una taza caliente, el roce de las sábanas,un beso, o el abrazo de un amigo.
Pienso que todos los días hay cosas que nos "tocan los dedos", y nosotros deberíamos estar al otro lado sintiendo al cien por cien.
Mi consejo como medico es que no pongan nunca el alma en suspensión.
vivan, rían, lloren sientan, no les de vergüenza vivir.
En realidad, no soy mucho de dar consejos pero, después de ver y estudiar de que estamos constituidos por dentro, estoy seguro de que tenemos todo lo necesario para salir adelante en cualquier situación.
Grácias.
Dios sobre de Cabrestero.
PD: Fotos de mi propiedad, forman parte de mi galería personal.
English.
Hello Hivers, receive from me a fraternal hug full of positive energy and wishes for health for you and for those around you, as my grandmother used to say "the rest comes by itself".
Today, February 10, is a very special day for me, exactly 12 years ago I started my career in medicine, I had just graduated as a systems engineer, and although I like the world of computing, what I am really passionate about is the health area.
So without fear, I decided to fulfill my dream, a dream that thanks to God I fulfilled and today I give my best effort to provide healing to those who need it and give timely recommendations to those who needed it.
Although being a doctor is not an easy profession, I consider that there is nothing more satisfying than the smile of a grateful patient and even though some time has passed I still remember how yesterday when I started this beautiful path, here I tell you:
My first day in the world of medicine
I was 22 years old, young and scared like most, we would have our first class at 6 in the morning, we would start with anatomy, and our teacher took us to the dissection room.
I think he was not fully aware that he was surrounded by corpses. The teacher with a mocking voice told us "Think they are dolls."
We had to leave our souls in suspension, like computers, to forget for an hour and a half that those bodies ever had pulsations, fears and concerns.
My companions surrounded a whole body whose chest was open like a book, while I couldn't stop looking at a table with only one arm.
So I put on the latex gloves and went over and touched the tips of the fingers one by one.
I felt that those nerves and blood vessels were like closed highways that led nowhere. I thought, "There is nothing and no one on the other side of these fingers feeling right now."
Since then, I value much more every sensory stimulus I receive, such as stepping on sand or a wooden floor, grabbing a hot cup, the touch of the sheets, a kiss, or a friend's hug.
I think that every day there are things that "touch our fingers", and we should be on the other side feeling one hundred percent.
My advice as a doctor is never to put your soul on hold.
Live, laugh, cry, feel, don't be ashamed to live.
Actually, I'm not much of a person who gives advice, but after seeing and studying what we're made of inside, I'm sure we have everything we need to get ahead in any situation.
Thank you.
God above Cabrestero.
Mano ha pasado mucho tiempo.. aún con camino que recorrer