Ningún hijo debería de pagar nunca los errores de sus padres. A veces, la ficción no es más que pura, perversa, dañina realidad que nos hace comprender la verdadera miseria del mundo en el que vivimos, porque de la educación de los hijos depende siempre nuestro futuro. Daniela sólo es una pieza más en el terrible puzzle del egoísmo, la miseria y la desesperación. En ocasiones, el destino se ceba en quien no debe, aunque de alguna manera lo justifique. Y en otras, paradójicamente, parece que en hogares aparentemente felices, crecen monstruos disfrazados con piel de cordero. Un abrazo
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Lamentable, pero es la realidad, @juancar347. Hasta las culebras tienen sus crías y hacen nido. A veces no solo es la sociedad, también es la familia, los padres...Abrazos para ti