GRACIAS @mundomanaure , por tan emotivo comentario; es grato saber de otro autor que acepte y manifieste su gusto por un escrito; tu comentario me emocionó aunque no tengo idea de cómo pudiste beber de unas botellas vacías! En este tipo de relato es imprescindible la descripción con la ayuda de la figura de la repetición muy empleada en la poesía lírica: se crea el efecto, determinado efecto, en este caso: frío y humedad en la habitación, frío por tanta agua y el frío de la muerte, la muerte del personaje que yace en un sillón de cuero negro. Me ayudó mucho el momento; cuando lo escribí estaba lloviendo a cántaros y esa lluvia tan copiosa y fría era impresionante; el solo contemplar por la ventana, la calle solitaria, daba la sensación de que la naturaleza del aguacero era más grande que la humanidad, que no había escapatoria para evitar mojarse en aquel diluvio. Eso ocurrió pocos días después del suicidio de un pintor cuyo nombre me reservo y tal vez lo diga en otro relato, dentro de 100 años. Saludos.
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