En anteriores publicaciones les he comentado sobre la competencia que existe entre particulares por la distribución de gas en mi comunidad.
Todo comienza por una falla crónica en los planes de distribución implantados por las autoridades, estos se han vuelto completamente infuncionales, no hay manera en que la gente pueda tener un servicio oportuno. A veces el tiempo entre un operativo y otro es hasta de cuatro meses, lo que perturba el ánimo de la gente al no poder contar con un servicio que es indispensable en la realidad cotidiana.
Ese vacío prolongado a través del tiempo se fue haciendo insostenible, había la imperiosa necesidad de resolverlo de algún modo. La respuesta vino de personas ingeniosas que vieron en la distribución de gas la posibilidad de un negocio rentable.
Paso a paso fue surgiendo un sistema donde personas de la comunidad tomaron contacto con choferes distribuidores de gas, entre ambos se pusieron de acuerdo y han creado un negocio que le viene bien a los dos. El resultado de esa alianza ha sido una mejora sustancial en la entrega de las bombonas, ya el tiempo entre el pedido y el despacho se ha reducido a menos de una semana, y en algunos casos se hace de un día para otro.
Claro que este tipo de servicio prestado por los particulares es mucho más caro que el de los operativos oficiales. Pero aún así, pagando un precio más alto por el servicio de gas, la gente valora y agradece lo oportuno de estas entregas, una alternativa que se ha ido multiplicando al ritmo de una necesidad creciente e insatisfecha.
Esta semana apareció en el mercado otro de esos distribuidores espontáneos. Generalmente son gente del mismo barrio que logra el contacto adecuado con los camiones y con alguien que tenga un espacio disponible que sirva como depósito transitorio para las bombonas.
Se trata de un muchacho joven que adaptó una bicicleta para poder recoger y llevar los cilindros hasta la casa de la gente. Ese servicio ya lo venía prestando otro muchacho de la comunidad, que fue el primero en instaurar la distribución de gas puerta a puerta entre nosotros. A los otros distribuidores hay que llevarles las bombonas hasta sus pequeños centros de acopio.
La gran novedad con este nuevo distribuidor es que comenzó a recibir el pago en bolívares, vía pago móvil y a la tasa del Banco Central de Venezuela.
El otro distribuidor que hace las entregas casa por casa cobra sus servicios en divisas, lo que crea una gran dificultad a los usuarios. A medida que ha ido aumentando la devaluación se ha hecho más difícil conseguir los dólares en físico.
Otros prestadores del servicio también reciben bolívares pero no a la tasa oficial, sino acudiendo a uno de los tantos promedios que se han ido poniendo de moda a medida que el mercado paralelo se ha convertido en la alternativa real para ajustar el precio, con relación al dólar, de nuestro devaluado Bolívar.
Ante esta nueva oportunidad hablé con mi esposa. Nosotros veníamos comprando el gas a la primera señora que comenzó con el negocio de la distribución, tenemos años usando sus servicios y en los momentos complicados, cuando era muy difícil conseguir una bombona, ella siempre tuvo la gentileza de reservarnos alguna. Mi esposa y yo nos sentimos muy agradecidos y comprometidos con ella.
Pero las condiciones han ido cambiando, en verdad que con el paso del tiempo se me está volviendo más complicado cargar la bombona hasta la casa de la señora. Así que después de conversarlo mucho hemos decidido hablar con el muchacho para solicitar sus servicios. Con él tenemos que pagar un dólar más, pero la gran ventaja es que nos busca la bombona en el interior de nuestra casa y la deja en el sitio que le indiquemos. Ese agregado tiene un valor que bien justifica el dólar que cobra de más.
Entre tanto la competencia continúa en este creciente mercado de distribución de gas doméstico. Pueda ser que más adelante cuando haya más gente interviniendo en el negocio puedan comenzar a ajustarse los precios hacia la baja.
Gracias por tu tiempo.
In previous posts, I have mentioned the competition that exists between individuals for gas distribution in my community.
It all starts with a chronic failure in the distribution plans implemented by the authorities, which have become completely dysfunctional, leaving people with no way to obtain timely service. Sometimes the time between one operation and another is up to four months, which upsets people because they cannot count on a service that is indispensable in everyday life.
This prolonged vacuum became unsustainable over time, and there was an urgent need to resolve it somehow. The answer came from resourceful people who saw gas distribution as a profitable business opportunity.
Step by step, a system emerged in which people from the community contacted gas delivery drivers, and together they agreed to create a business that works for both parties. The result of this alliance has been a substantial improvement in the delivery of gas cylinders, with the time between ordering and delivery reduced to less than a week, and in some cases to overnight.
Of course, this type of service provided by individuals is much more expensive than that provided by official operators. But even so, despite paying a higher price for the gas service, people value and appreciate the timeliness of these deliveries, an alternative that has been multiplying at the rate of a growing and unmet need.
This week, another one of these spontaneous distributors appeared on the market. They are usually people from the same neighborhood who manage to make the right contacts with the trucks and with someone who has space available to serve as a temporary storage facility for the cylinders.
This is a young man who adapted a bicycle to be able to collect and take the cylinders to people's homes. This service was already being provided by another young man in the community, who was the first to establish door-to-door gas distribution among us. The other distributors have to take the cylinders to their small collection centers.
The big news with this new distributor is that he started accepting payment in bolivars, via mobile payment and at the Venezuelan Central Bank rate.
The other distributor who made door-to-door deliveries charges for his services in foreign currency, which creates a great difficulty for users. As devaluation has increased, it has become more difficult to obtain physical dollars.
Other service providers also accept bolivars, but not at the official rate. Instead, they use one of the many averages that have become popular as the parallel market has become the real alternative for adjusting the price of our devalued bolivar in relation to the dollar.
Faced with this new opportunity, I spoke with my wife. We had been buying gas from the first lady who started the distribution business. We have been using her services for years, and in difficult times, when it was very hard to get a gas cylinder, she was always kind enough to reserve one for us. My wife and I are very grateful and committed to her.
But conditions have been changing, and in truth, over time it has become more difficult for me to carry the cylinder to the lady's house. So, after much discussion, we have decided to talk to the young man to request his services. With him, we have to pay an extra dollar, but the big advantage is that he fetches the cylinder from inside our house and leaves it where we tell him to. That added service is well worth the extra dollar he charges.
Meanwhile, competition continues in this growing domestic gas distribution market. It may be that later on, when more people get involved in the business, prices may begin to adjust downward.
Thank you for your time.
Translated with DeepL.com (free version).
Comunidad Be Entrepreneur
Hola, @irvinc
La necesidad es la madre de muchos emprendimientos como el que señalas. Insólito para un país petróleo. Pero por otro lado, confío en que la experiencia sea una base para tiempos mejores, donde la competencia sana desplace a monopolios inútiles.
Saludos.