








Hoy tuvimos una ruta que me tenía con ganas desde hace días: los 21K de la CAF. Arrancamos temprano, con ese fresquito que solo se siente cuando la ciudad todavía está despertando. Lo mejor fue que en plena Av. San Martín estaba todo parcialmente cerrado por una carrera, así que aprovechamos ese tramo libre como si fuera hecho a la medida para nosotros. Corrimos con ritmo, con energía y con esas conversaciones que solo salen cuando uno va kilómetro a kilómetro disfrutando el momento.
Al terminar la ruta, en vez de despedirnos cada quien a su casa, decidimos seguir celebrando la vida. Nos fuimos directo a Carupanadas a festejar los cumpleaños de Sandra y Carlos. Entre risas, anécdotas y buena comida, se nos pasó el rato sin darnos cuenta. Fue ese tipo de celebración sencilla pero especial, donde uno se siente en familia.
Y ahora cierro mi domingo de la manera que más me gusta: tirada en el sofá, con mi cobijita y el aire acondicionado prendido, viendo en Netflix mis películas favoritas… mis infaltables películas navideñas. No importa cuántas veces las vea, siempre me dejan con el corazón calientito. Así termino este día: cansada, feliz y con espíritu navideño activado. 🎄✨
La felicidad no necesita filtro
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