"Hay más felicidad en dar que en recibir"
Estas palabras las escuchamos innumerables veces y quizás hasta ahora muchos de nosotros no hemos meditado en ellas, o realmente no hemos experimentado su verdadero significado, añadiendo a esto que es una cita Bíblica.
En estos tiempos de confinamiento por la pandemia, puedo decirles que son muy pocas las veces que salgo de casa por el temor al contagio, aunque el año pasado presenté covid-19 y estuve muy delicada, sigo con mis cuidados de forma rigurosa, ya que soy de defensas bajas y estoy propensa a contraer cuantos virus asoman sus narices por casa, como dirían muchas personas que conocen mi situación, "eres como un pavo chiquito."
Pero en realidad, ¿Qué tiene esto que ver con la frase de inicio? Bueno les cuento, hace como tres semanas, me comprometí a visitar a una persona muy querida, que estaba pasando por momentos de angustia y necesitaba una amiga que la escuchara. Me ofrecí porque para mí es una persona muy especial y tengo muchas cosas que agradecerle.
Como siempre resulta en mí, soy muy organizada en cuanto a algunas cosas, una de ellas es cuando voy de salida de viaje al campo, a la playa o en esta ocasión a hacer esta visita. Pienso en todo, en lo que me gustaría tener a mano por muy simple que sea para hacer el momento grato.
Ese día preparé una sopa de pollo, pensando que la tristeza quita el apetito y quizás a ella le sería oportuno tomarse una sopa, así resultó, le avise con tiempo que llevaría almuerzo para comer juntas. Preparé mi envase con la sopa para dos y una porción de comida para completar, de pollo frito, arroz y tajadas, también llevé algo de casabe, típico de los venezolanos, quienes acompañamos las comida con él.
Nuestra cita era a la 1 p.m. y allí estaba yo puntual, lo primero que hice fue decirle ¡vamos a comer!, porque tenía mucha hambre y eso es algo que me descompone, suelo comer puntual a las 12 del medio día, pero ese día quería hacerlo todo con ella. Les cuento que no le tome foto a la comida por la misma razón, moría de hambre. Ambas disfrutamos de comer con tanto deseo, al parecer ese día su apetito estaba afilado como acostumbramos a decir, ya que en los días anteriores la tristeza le impedía probar bocados.
Para esta cita amistosa pensé en cosas que al verlas quizás algunos se rían, todas fueron significativas para ella y me hicieron muy feliz.
Llevaba conmigo un bolso lleno de sorpresas, teniendo en mente que pasaría con ella alrededor de 4 horas.
Después de la comida aparecieron estos dos mangos dudu que sirvieron para quitar de nuestra boca el sabor de la comida, estaban súper dulces y jugosos, los disfrutamos al máximo.
Sabiendo que me tocaría consolarla, llevé conmigo un pañito, unas gotas para lubricar nuestros ojos pensando en todo lo que lloraríamos juntas, pero les tengo otra sorpresa, ella se río esa tarde de todas mis ocurrencias, cada vez que salía algo de mi bolso yo le decía déjame tomar las fotos.
Aquí les muestro las evidencias.
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Qué les quiero trasmitir con esta experiencia, que para dar no necesitamos grandes cosas, que cuando tengamos algo que compartir, lo hagamos pensando primero en lo feliz que nos hará hacerlo y lo grato que será para la otra persona recibirlo.
Otra cosa que quiero referir es que estos bombones de chocolate, el platanito y las cotufas fueron regalos de mi hijo Jonathan, son cosas que me encantan y que me los pude haber comidos yo sola, pero no fue lo que decidí, preferí compartirlos con muchas personas, entre ellas, esta amiga.
Las gomitas y las galletas también fueron obsequios de unas personas muy especiales, pero que también preferí compartir, ¿por qué? Porque sencillamente me siento feliz al hacerlo y me encanta ver la sonrisa en los rostros de quienes los reciben.
Si leyeron hasta el final les agradezco su tiempo y los invito a ser felices dando aunque sea algo simple o de poco valor, el verdadero tesoro está en la recompensa que sientes en hacerlo.
Que linda eres. Tienes razón. Cuando damos siempre tenemos las manos abiertas y las bendiciones del cielo cuando caen también caen en nuestras manos. Se feliz.
Gracias cariño, por tus hermosas palabras.
Cuando damos sin esperar recibir nada a cambio, realmente somos felices y no nos
concentramos tanto en nuestros problemas! Saludos cordiales!
Gracias por compartir tus ideas, amplían aún más la idea del escrito, qué se resume en ser feliz.
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