Desde tiempos muy remotos hemos sabido de la existencia o de la ocurrencia de distintos fenómenos sociales y de hechos históricos gracias a la escritura. También nos hemos enterado de elementos de gran aporte cultural e histórico gracias a que en algún momento una persona decidió comenzar a escribir lo que conocemos hoy en día como un diario. Es muy probable que esas notas escritas en la penumbra de la noche, solo alumbrado con una lámpara de grasa animal o con una vela; no fueran pensados para informarle a las futuras generaciones o como un legado histórico; sino que simplemente cada vez que mojaban la pluma en la tinta lo hacían más con la intención de aflorar sus sentimientos, de buscar un cauce como canalizar muchas emociones y muchos pensamientos que en aquellas épocas eran difícil de expresar.
Hoy cuando la modernidad nos ha llevado al mundo de lo digital, cuya característica es la inmediatez de la noticia, el envío masivo de largos y extenuantes mensajes de voz creo que se pierde cada día más la facultad de escribir. Sin embargo cada día más, los psicólogos, psiquiatras, los coaches, los terapeutas e investigadores de la conducta humana siguen concluyendo sobre los beneficios que es para un ser humano el poder escribir diariamente sobre sus pensamientos.
Es importante resaltar que no solamente escribir es catártico y liberador de emociones; sino que al escribir también nos permite evaluar el transcurrir de nuestras vidas. El llevar un diario de actividades, un seguimiento por escrito de nuestras acciones en los últimos años nos permite con más facilidad evaluar los resultados. Al momento de evaluar nuestra conducta recuerden ustedes que la mente nos puede jugar trampas. La memoria crea recuerdos que en muchos casos no reflejan la verdad de los hechos acontecidos hace 5 , 10 o 15 años; mientras que las letras plasmadas en una vieja y arrugada hoja que viene acompañadas de lágrimas y de sudor nos van a dar fielmente una visión de lo que aconteció en aquel momento.
Hoy cuando la vorágine de la modernidad nos agobia, cuando el deseo de la inmediatez y rapidez de la información, cuando la inteligencia artificial se apodera cada vez más de los espacios de la creatividad y de la cultura es necesario que toda ser humano se reconecte con la escritura. Es vital que desarrolle un ritual, que tenga una metodología. No tiene que ser nada complicado, la sencillez y la tranquilidad para escribir se va a ver reflejado proporcionalmente en su tranquilidad mental. Como decía hace años un viejo escritor venezolano Kotepa Delgado: Escribe que algo queda.
Since ancient times we have known about the existence or occurrence of different social phenomena and historical events thanks to writing. We have also learned of elements of great cultural and historical contribution thanks to the fact that at some point a person decided to start writing what we know today as a diary. It is very likely that those notes written in the twilight of the night, only lit with an animal fat lamp or a candle; were not intended to inform future generations or as a historical legacy; but simply every time they dipped the pen in the ink they did it more with the intention of bringing out their feelings, to find a channel to channel many emotions and many thoughts that in those times were difficult to express.
Today, when modernity has taken us to the digital world, whose characteristic is the immediacy of the news, the massive sending of long and exhausting voice messages, I believe that the faculty of writing is lost more and more every day. However, more and more psychologists, psychiatrists, coaches, therapists and researchers of human behavior continue to conclude about the benefits for a human being to be able to write daily about his or her thoughts.
It is important to emphasize that writing is not only cathartic and liberating of emotions; writing also allows us to evaluate the course of our lives. Keeping a diary of activities, a written follow-up of our actions in recent years allows us to more easily evaluate the results. When evaluating our behavior, remember that the mind can play tricks on us. Memory creates memories that in many cases do not reflect the truth of the events that took place 5, 10 or 15 years ago; while the letters written on an old and wrinkled sheet of paper that comes with tears and sweat will faithfully give us a vision of what happened at that time.
Today, when the maelstrom of modernity overwhelms us, when the desire for immediacy and speed of information, when artificial intelligence increasingly takes over the spaces of creativity and culture, it is necessary for every human being to reconnect with writing. It is vital to develop a ritual, to have a methodology. It does not have to be anything complicated, the simplicity and tranquility of writing will be reflected proportionally in his mental tranquility. As an old Venezuelan writer Kotepa Delgado used to say years ago: Write so that something remains.
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