Siempre debemos rodearnos de todo lo que pueda estimular nuestro desarrollo, nuestra creatividad e impulsarnos a hacer las cosas. Aunque no lo creas, la vida misma también es una fuente de inspiración. A través de nuestra experiencia, de las cosas que vivimos extraordinarias o cotidianas también obtenemos ideas para crear y para realizar cambios. Es importante tener claras nuestras fuentes de inspiración, aunque en muchas ocasiones las ideas afloran cuando tu menos lo esperas.
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