Mi lado malo es que me alejo sin decir nada después de observar actitudes que no concuerdan con las palabras. Al final, la incoherencia es como un incómodo eco en mi pecho, una discrepancia entre lo que se dice y lo que se hace que no puedo ignorar. Prefiero el silencio del distanciamiento que la hipocresía de la convivencia forzada. Pero entiende que este alejamiento no es una forma de castigo o arrogancia; es, en realidad, un acto de autodefensa, un modo de preservar mi paz interior y mi autenticidad. No deseo estar rodeado de superficialidades o relaciones tóxicas donde las palabras bonitas son solo una fachada para intenciones oscuras.
Creo que las acciones hablan más fuerte que las palabras y es por eso que siempre observo todo con atención. Valoro la coherencia, la honestidad y la integridad, y es con base en estos principios que elijo con quién compartir mi energía y mi tiempo. No se trata de juzgar y condenar, sino de cuidar de mí mismo y de las relaciones que realmente importan. Entonces, si en algún momento me alejo, no es por falta de afecto, más bien por un exceso de respeto hacia mí mismo y hacia la verdad.
Cuando me siento mal por algún motivo, suelo alejarme de las personas. Parece que el aislamiento hace que me cure y consiga manejar mejor mis emociones y pensamientos. Muchas personas no entienden esto e interpretan mi alejamiento como rechazo o indiferencia, pero es justamente lo contrario. Cuando me aíslo, me estoy dando espacio para poder recargarme, reflexionar y volver fuerte y equilibrado. Cada uno tiene su propia manera de procesar el dolor y de curarse, y para mí, la soledad es una aliada en este proceso, permitiéndome reconectarme con mi interior y encontrar claridad en medio del caos.
He llegado a otra conclusión, y es que inicialmente me solía describir como antisocial, pero no, no soy antisocial. No me gusta socializar mucho, apenas interactúo con los demás y no me involucro demasiado en reuniones familiares y de amigos. No es porque sea malo, resentido o antisocial; simplemente soy así. Soy una persona que no tolera la hipocresía y la falsedad de las personas.
Las reglas de mi vida son muy simples: no hago el mal a nadie, no me meto en la vida de nadie, ayudo en lo que puedo a quien lo necesita. De ahí en adelante, el resto recibe de mí el mismo trato que me da, ni más ni menos.
Esta forma de vida puede parecer dura o fría para algunos, pero para mí, es la única manera de vivir con coherencia y respeto hacia mis principios. La coherencia es fundamental porque, sin ella, las palabras pierden su valor y las promesas se desvanecen en el aire. La honestidad, por su parte, es la base de cualquier relación genuina. Si no puedo ser honesto contigo, entonces nuestra relación no tiene cimientos sólidos. Y finalmente, la integridad es lo que me guía a actuar de acuerdo con mis valores, incluso cuando nadie está mirando.
A lo largo de los años, he aprendido que no puedo controlar las acciones de los demás, pero sí puedo controlar cómo reacciono ante ellas. He decidido que la mejor manera de mantener mi paz interior es alejándome de situaciones y personas que no comparten mis valores. Esto no significa que no me importe la gente; de hecho, significa todo lo contrario. Me importa tanto que prefiero no involucrarme en relaciones que sé que serán dañinas para ambas partes.
En mi búsqueda de una vida coherente, honesta e íntegra, he descubierto que la soledad no es mi enemiga, sino una aliada poderosa. La soledad me da la oportunidad de reflexionar, de conectar con mi verdadero yo y de aclarar mis pensamientos y emociones. Es en esos momentos de aislamiento cuando encuentro la fuerza y la claridad para seguir adelante, para tomar decisiones difíciles y para mantenerme fiel a mis principios.
No espero que todos entiendan o compartan mi manera de ver el mundo, pero espero que al menos respeten mi necesidad de vivir de esta manera. La autenticidad es algo que valoro profundamente, y no puedo ser auténtico si no soy fiel a mí mismo y a mis valores. Prefiero ser criticado por ser fiel a mis principios que ser alabado por vivir una mentira.
En conclusión, mi alejamiento no es un signo de rechazo o indiferencia. Es un acto de autodefensa, una manera de proteger mi paz interior y de vivir de acuerdo con mis principios. Si alguna vez te encuentras en una situación en la que sientes que necesitas alejarte para preservar tu bienestar, te animo a que lo hagas. No hay nada más importante que tu paz interior y tu autenticidad. La vida es demasiado corta para vivirla de otra manera.
Y así, con la coherencia, la honestidad y la integridad como mis guías, seguiré caminando por este camino, sabiendo que estoy siendo fiel a mí mismo y a lo que realmente importa en la vida.
English
My downside is that I walk away without saying anything after observing attitudes that don't match the words. In the end, inconsistency is like an uncomfortable echo in my chest, a discrepancy between what is said and what is done that I cannot ignore. I prefer the silence of estrangement to the hypocrisy of forced coexistence. But understand that this distancing is not a form of punishment or arrogance; it is, in fact, an act of self-defense, a way of preserving my inner peace and authenticity. I do not wish to be surrounded by superficialities or toxic relationships where nice words are just a façade for dark intentions.
I believe that actions speak louder than words and that is why I always watch everything carefully. I value consistency, honesty and integrity, and it is based on these principles that I choose who I share my energy and time with. It's not about judgment and condemnation, but about taking care of myself and the relationships that really matter. So, if at some point I walk away, it is not out of a lack of affection, but rather out of an excess of respect for myself and for the truth.
When I feel bad for some reason, I tend to withdraw from people. It seems that isolation makes me heal and I manage my emotions and thoughts better. Many people don't understand this and interpret my withdrawal as rejection or indifference, but it is just the opposite. When I isolate myself, I am giving myself space to recharge, reflect and come back strong and balanced. Everyone has their own way of processing pain and healing, and for me, solitude is an ally in this process, allowing me to reconnect with my inner self and find clarity in the midst of chaos.
I have come to another conclusion, and that is that initially I used to describe myself as antisocial, but no, I am not antisocial. I don't like to socialize much, I barely interact with others and I don't get too involved in family and friend gatherings. It's not because I'm mean, resentful or antisocial; that's just the way I am. I am a person who does not tolerate hypocrisy and falsehood in people.
The rules of my life are very simple: I don't do evil to anyone, I don't meddle in anyone's life, I help as much as I can to those who need it. From then on, the rest receives from me the same treatment I get from them, no more and no less.
This way of life may seem hard or cold to some, but for me, it is the only way to live with consistency and respect for my principles. Consistency is fundamental because, without it, words lose their value and promises vanish into thin air. Honesty, on the other hand, is the basis of any genuine relationship. If I can't be honest with you, then our relationship has no solid foundation. And finally, integrity is what guides me to act in accordance with my values, even when no one is watching.
Over the years, I've learned that I can't control the actions of others, but I can control how I react to them. I have decided that the best way to maintain my inner peace is to stay away from situations and people who do not share my values. This doesn't mean that I don't care about people; in fact, it means quite the opposite. I care so much that I prefer not to get involved in relationships that I know will be harmful to both parties.
In my quest for a life of coherence, honesty and integrity, I have discovered that solitude is not my enemy, but a powerful ally. Solitude gives me the opportunity to reflect, to connect with my true self and to clarify my thoughts and emotions. It is in those moments of isolation that I find the strength and clarity to move forward, to make difficult decisions and to stay true to my principles.
I don't expect everyone to understand or share my way of seeing the world, but I expect them to at least respect my need to live this way. Authenticity is something I value deeply, and I cannot be authentic if I am not true to myself and my values. I would rather be criticized for being true to my principles than praised for living a lie.
In conclusion, my distancing myself is not a sign of rejection or indifference. It is an act of self-defense, a way to protect my inner peace and to live according to my principles. If you ever find yourself in a situation where you feel you need to walk away to preserve your well-being, I encourage you to do so. There is nothing more important than your inner peace and authenticity. Life is too short to live it any other way.
And so, with consistency, honesty and integrity as my guides, I will continue to walk this path, knowing that I am being true to myself and what really matters in life.