En mi época de púber y adolescente, los mejores momentos para carcajearme, eran cuando descubría algo gracioso, sobre todo prohibido o presente en situaciones especiales, preferiblemente los novenarios, sea de quien fuere, sólo porque en mi sector, había un muchacho que tenía problemas en un ojo y le llamaban "Bizcocho". Ese joven no se pelaba ningún velorio y lo cumbre era, que lloraba como si el muerto fuese algún familiar suyo. Era todo un show, era dramático! Una prima mía y yo, sentaditas, todas ""modositas, en un rincón cerca de la puerta, con sólo ver a Bizcocho, nos moríamos de la risa. Se ponía los zapatos más rotos que tenía y cuando tocaba rezar las letanías...El muy pillo, sacaba su feo dedo gordo cual gusano, y disimuladamente, nos hacía señas con su único ojo "bueno". Suficiente razón para sacarnos la risa estruendosa.
Una vez una señora mayor, la viuda en este caso, obstinada de escuchar nuestras risitas burlonas y carcajadas desde afuera, se levantó de su asiento al lado de su esposo muerto, y nos ¡Ha lanzado el librito guía del Rosario!... Acto seguido, nos gritaba, _ ¡Fueraaa bichos! ¡Herejes! Con la misma, salimos en carrera, "Patica , pa’ qué te quiero " y más atrás, venía Bizcocho. (Sabíamos que esto trascendería y con malas consecuencias. ) Al día siguiente, al regreso de la escuela, ¿A quién creen que encontramos en el camino?... pues...¿A quién más? Al ¡Mismísimo Bizcocho! Enseguida nos recordamos de las palizas de la noche anterior con una rama que al rozar la piel, picaba. Era la mata de verbena. Ese día, estaban también,, todos los amiguitos de la cuadra . Comenzamos a cantar nuestra estrofa vengadora... y cantadito muy fuerte para que todos los vecinos escucharan... entonamos : _"Bizcocho sin sal, Bizcocho sin sal, si miras derecho te doy un real". Esa fue una de mis graciosas historias.
Ahora bien, cuando digo que mis hijos me han enseñado a reír, es cierto porque son dibujantes de memes y humoristas de hecho y desde muy pequeños. Me temo que heredado de su abuelo, mi padre.
Debo decir que de este programa radial, “El poder de la Risa”</> transmitido a través de @hispapro y facilitado profesionalmente por @lisfabian, he obtenido un gran refuerzo a mi poco conocimiento del significado de la risa.
Traje a colación la historia de Bizcocho, pues estando presente en El Poder de la Risa hice un esbozo de todo cuanto allí sucedió y me redescubrí, al ver la participación de todos, beneficiándonos, y además disfrutando, gracias a las intervenciones de los presentes. Ciertamente aprendí a reír y a diferenciar, el "reír del sonreír" Una estruendosa, y la otra prudente, pero sutil. Que la risa en positivo, es divertida y desbordada, y la que es en negativo, es la malintencionada, irónica, fingida.
Concluyo que cuando era una adolescente, por supuesto que reía a carcajadas, pero esa risa era una “expresión negativa”, producto de la burla y la mala intención ¡Cosas de muchachos! A mi me sirvió para curarme inicialmente, fue la paliza con “Verbena” ¡Jajajajajajajaj!Me tomé libertad de mostrarles una Foto con la cual hice una publicación, perteneciente a mi álbum familiar. Espero les guste y provoque "sonreír" al ver sus rostros tan felices. Esas son las sonrisas que me enamoran, pero no me hacen carcajear, me hacen sonreír
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Guao! Que emoción que toda la experiencia del programa te haya movido ese despertar de recuerdos y llegar a ese insight sobre el poder de la risa y la sonrisa.
Qué cómicas esas travesuras de la infancia,son esos recuerdos de alegrías compartidas los que podemos usar en momentos difíciles para subirnos el ánimo.
La foto de los niños bellísima! Pura inocencia y alegría detrás de esas sonrisas 💞
Gracias por participar esta semana, un abrazote 🤗
¡Hola @miriannalis!Gracias a ustedes, quienes cada día hacen que la vida de nosotros los creadores de contenidos, nos sintamos felices por cada una de sus iniciativas. Trataré de participar más. Cariños. Me encantaron tus observaciones.