Good evening friends, may God bless you, today I share with you a biblical passage, specifically where the Christian belief in life after death and the hope of resurrection is explained. The apostle Paul, who wrote these writings guided by the Holy Spirit, uses a powerful metaphor when he compares our earthly body to a “dwelling place” or “tabernacle,” and when he refers to our heavenly body as a “building, a house not made with hands.” , eternal, in the heavens."
The passage says like this:
Because we know that if our earthly dwelling, this tabernacle, were dissolved, we have a building from God, a house not made with hands, eternal, in the heavens. And for this reason we also groan, desiring to be clothed with that our heavenly habitation; for thus we will be found clothed, and not naked. For we who are in this tabernacle also groan in anguish; because we would not like to be stripped, but rather clothed, so that what is mortal may be absorbed by life. But the one who made us for this very purpose is God, who has given us the guarantee of the Spirit.
2 Corinthians 5:1-5
Amen.
Although our earthly body is temporary and mortal, God has prepared an eternal home for us in heaven. This belief comforts Christians in the face of the reality of physical death, since they know that there is a life beyond this earthly existence.
The text also mentions that we long to be clothed with our "heavenly habitation," meaning that we wish to be transformed into our heavenly state, where we will be fully clothed and not naked, symbolizing spiritual purity and wholeness.
The passage goes on to talk about how those who are in this earthly "tabernacle", that is, in our current bodies, long to be freed from the limitations and weaknesses of mortal life. This longing to be “clothed” with our heavenly abode is a reflection of believers' desire to experience the fullness of life in communion with God.
Finally, it is mentioned that God has given us "the earnest of the Spirit", which refers to the Holy Spirit as a guarantee or advance of the eternal life that awaits us. This promise strengthens the faith of believers and gives them the assurance that their hope in the future life is not in vain, but is guaranteed by the faithfulness and power of God.
Buenas noches amigos, que Dios les bendiga, hoy les comparto un pasaje bíblico, específicamente donde se explica la creencia cristiana en la vida después de la muerte y la esperanza de la resurrección. El apóstol Pablo, quien escribió guiado por el Espíritu Santo estos escritos utiliza una metáfora poderosa al comparar nuestro cuerpo terrenal con una "morada" o "tabernáculo", y al referirse a nuestro cuerpo celestial como un "edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos".
El pasaje dice así :
Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos. Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial; pues así seremos hallados vestidos, y no desnudos. Porque asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia; porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. Mas el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado las arras del Espíritu.
2 Corintios 5:1-5
Amén.
Aunque nuestro cuerpo terrenal es temporal y mortal, Dios ha preparado una morada eterna para nosotros en el cielo. Esta creencia consuela a los cristianos ante la realidad de la muerte física, ya que saben que hay una vida más allá de esta existencia terrenal.
El texto también menciona que anhelamos ser revestidos con nuestra "habitación celestial", lo que significa que deseamos ser transformados en nuestro estado celestial, donde estaremos completamente vestidos y no desnudos, simbolizando la pureza y la plenitud espiritual.
El pasaje continúa hablando sobre cómo aquellos que están en este "tabernáculo" terrenal, es decir, en nuestros cuerpos actuales, anhelan ser liberados de las limitaciones y debilidades de la vida mortal. Este anhelo de ser "revestidos" con nuestra morada celestial es un reflejo del deseo de los creyentes de experimentar la plenitud de la vida en comunión con Dios.
Finalmente, se menciona que Dios nos ha dado "las arras del Espíritu", lo que se refiere al Espíritu Santo como una garantía o adelanto de la vida eterna que nos espera. Esta promesa fortalece la fe de los creyentes y les da la seguridad de que su esperanza en la vida futura no es en vano, sino que está garantizada por la fidelidad y el poder de Dios.
