Good afternoon friends, may God bless you.
Today I share with you a passage from the sacred scriptures where we are called to a life of total surrender to God, renouncing the model of the world and allowing God to transform our minds and lives so that we can live in harmony with His will and purpose. It is a call to a life of worship, service and or blessing God in all areas of our existence.
So, brothers, I ask you to respond to the great goodness that God has shown us. Offer your bodies to him as a living sacrifice. Live only for God and be pleasing to him. Such worship is their true purpose as reasonable human beings. Do not live according to the model of this world. Better let God transform your life with a new way of thinking. This way they will be able to understand and accept what God wants and also what is good, perfect and pleasing to him.
Romans 12:1-2
We see how Paul urges the brothers to respond to divine goodness by offering their bodies as a living sacrifice. This metaphor suggests that the Christian life involves a total commitment to God, similar to sacrifice in the Old Testament, but now living and continuing. This sacrifice involves not only outward actions, but the total dedication of oneself to God in thought, word, and deed.
Then, we are exhorted to live exclusively for God, seeking to be pleasing to Him in all our actions and decisions. This life of devotion and service to God is presented as the true purpose of our existence as reasonable human beings. It involves a conscious and rational understanding of our relationship with God and the responsibility we have towards Him.
The passage goes on to warn against conformity to the pattern of this world. Instead of blindly following the norms and values of secular society, believers should allow God to transform their minds and lives. This transformation involves a radical change in the way we think and live, adopting a perspective and lifestyle that reflect the values of the Kingdom of God.
Finally, we are promised that by allowing God to transform our minds, we will be able to discern and accept God's will, as well as what is good, perfect, and pleasing to Him. This involves a complete renewal of our understanding and appreciation of God. what is truly valuable and worth pursuing in life.
Buena tardes amigos, que Dios les bendiga.
Hoy les comparto un pasaje de las sagradas escrituras donde se nos llama a una vida de total entrega a Dios, renunciando al modelo del mundo y permitiendo que Dios transforme nuestras mentes y vidas para que podamos vivir en armonía con Su voluntad y propósito. Es un llamado a una vida de adoración, servicio y o bediencia a Dios en todas las áreas de nuestra existencia.
Entonces, hermanos les pido que respondan a la gran bondad que Dios nos ha mostrado. Ofrézcanle sus cuerpos como sacrificio vivo. Vivan sólo para Dios y sean agradables a él. Tal adoración es su verdadero propósito como seres humanos razonables. No vivan según el modelo de este mundo. Mejor dejen que Dios transforme su vida con una nueva manera de pensar. Así podrán entender y aceptar lo que Dios quiere y también lo que es bueno, perfecto y agradable a él.
Romanos 12:1-2
Vemos como Pablo insta a los hermanos a que respondan a la bondad divina ofreciendo sus cuerpos como sacrificio vivo. Esta metáfora sugiere que la vida cristiana implica un compromiso total con Dios, similar al sacrificio en el Antiguo Testamento, pero ahora viviente y continuo. Este sacrificio implica no solo acciones externas, sino la dedicación total de uno mismo a Dios en pensamiento, palabra y obra.
Luego, se nos exhorta a vivir exclusivamente para Dios, buscando ser agradables a Él en todas nuestras acciones y decisiones. Esta vida de devoción y servicio a Dios es presentada como el verdadero propósito de nuestra existencia como seres humanos razonables. Implica una comprensión consciente y racional de nuestra relación con Dios y la responsabilidad que tenemos hacia Él.
El pasaje continúa advirtiendo contra la conformidad al modelo de este mundo. En lugar de seguir ciegamente las normas y valores de la sociedad secular, los creyentes deben permitir que Dios transforme sus mentes y vidas. Esta transformación implica un cambio radical en la forma en que pensamos y vivimos, adoptando una perspectiva y un estilo de vida que reflejen los valores del Reino de Dios.
Finalmente, se nos promete que, al permitir que Dios transforme nuestras mentes, seremos capaces de discernir y aceptar la voluntad de Dios, así como lo que es bueno, perfecto y agradable a Él. Esto implica una renovación completa de nuestra comprensión y apreciación de lo que es verdaderamente valioso y digno de búsqueda en la vida.
