Los impactos de una situación como la del covid-19 se aprecian a diferentes escalas. Hay una que tiene más visibilidad y es la que ocurre a nivel de los Estados, de las economías, allí la información es amplia y fluye sin mayores contratiempos. En la otra, la que ocurre puertas adentro, los eventos causados por la pandemia se viven como dramas personales y el conocimiento de la situación se limita a muy pocas personas.
En mi país la cuarentena comenzó en el mes de marzo, en un ambiente de gran opacidad informativa. Los venezolanos nunca sabremos si en ese momento había razones epidemiológicas para declarar una cuarentena, o si esta se decretó por razones políticas, para solapar otro tipo de problemas como el de la insuficiencia de combustibles, que ya por esos días amenazaba con paralizar el país.
El caso es que la cuarentena se decretó de una forma estricta y nos quedamos aislados, cada quien en su pequeño espacio.
En los países normales el aislamiento se hace menos traumático porque existe una logística que permite resolver los problemas relacionados con el suministro básico de alimentos, medicinas, agua potable, gas doméstico, etc. En nuestro caso todos esos insumos se convirtieron en una ausencia que colocó a muchas personas en peligro de muerte.
Al inicio de la pandemia, mi padre de 89 años estaba seriamente afectado de salud, estaba postrado en una cama y dependía prácticamente de las atenciones que podíamos darle un hermano y yo, y ambos vivimos a decenas de kilómetros de su casa.
Al declararse la cuarentena nos quedamos aislados, no había forma de podernos movilizar, no había gasolina para mover los vehículos. Así que mi padre quedó librado a su suerte, solo con la señora que lo acompaña, la que no tiene las fuerzas suficientes para lidiar con él.
Sin posibilidades de ser atendido su existencia se convirtió en un infierno, a los problemas de no poderse levantar de la cama, de no contar con suficientes alimentos y medicinas, se sumó el de la falta de agua y gas para cocinar.
Como era de esperarse su salud se resintió mucho más. Al flexibilizarse la cuarentena y llegar de nuevo el combustible para los vehículos pudimos ir de nuevo a visitarlo, habían pasado más de dos meses desde la última vez que nos habíamos visto.
Para mi sorpresa lo encontré completamente ido, su mente había cambiado de modo radical; apenas me reconoció pero no fue capaz de mencionar mi nombre. Un amigo psiquiatra me comentó que en situaciones de extremo sufrimiento la mente humana puede tener esos efectos, es una especie de mecanismo de defensa en el que la mente se desconecta para que el cuerpo no colapse y pueda seguir funcionando.
Ahora de nuevo el gobierno arreció la cuarentena, puso un alto a la flexibilización, una vez más volvimos a los pequeños espacios, la diferencia es que ahora hay gasolina para afrontar cualquier traslado de emergencia.
El covid-19 ha repuntado con mucha fuerza en nuestro país. La situación es complicada porque la población está muy agotada e incrédula y se le dificulta seguir manteniendo las medidas preventivas, pero ahora sí es verdad que los casos del contagio se han multiplicado.
Entre tanto no nos queda más sino esperar…
Esta es mi participación para el concurso convocado por los amigos de @talentclub. Para participar pincha en este enlace.
Gracias por su tiempo.
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Amigos, muchas gracias por el apoyo.
#posh
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Que duro lo que cuentas, lamento mucho que tu papi esté tan enfermo y esto haya agravado su situación ante la imposibilidad de los cuidados. Mucha fortaleza, eres una mujer valiente y sé que en algún momento los mejores tiempos van a llegar.
Un abrazo
Duro, amiga. Pero tenemos que seguir adelante en cualquier circunstancia. Muchas gracias por la visita y por tus generosas palabras.
Pd. Soy él, no ella, jajaja, no te preocupes, jajaja.
Ay no, que lenta, siempre he sido lenta, pero cuando esto pasa, me siento más lenta aún, ja ja... Discúlpame 😁
Así seguimos @irvinc, lamento que tu padre haya retrocedido luego de tantos cuidados. Has declarado la cruda realidad vivida en nuestro país. Suerte amigo, fuerza.
Saludos, sí es lamentable que haya retrocedido, pero bueno... es lo que hay. Muchas gracias por estar pendiente. Abrazos.
Frente a este tipo de situaciones, es difícil no conmoverse y pensar que dentro de lo mal que lo estemos pasando o que lo hayamos podido pasar, en comparación con el tremendo drama que nos has descrito, debemos sentirnos afortunados por haber podido evadirnos de ese horror. Lamento mucho esa situación y espero que mejore, aunque sea en la medida de lo posible. Mucho ánimo y sobre todo, mucha fuerza.
Sí, acá la situación se complica mucho más por la improvisación. Muchas gracias por la visita, por la generosidad de tus palabras y tus buenos deseos.
Son momentos de mucha calma, de fe y de entregar a Dios todo lo que vivimos, sólo él sabe porqué nos pasan mas cosas a los venezolanos. Esto también pasará y la luz brillará.