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RE: El Ulises que hay en mí Pintar con Palabras – The Ulysses in me Painting with Words

in Freewriters4 years ago

Me halagas, estimada @versofuster. Siempre he sido una persona de letras, si bien mi formación, por circunstancias de la vida, se vio encaminada hacia el mundo empresarial, del que sólo he sido siempre un simple peón. Si dejamos esto a un lado, podría decirse que siempre he sido una persona autodidacta, en lo que al mundo literario y otros temas se refiere. Desde muy pequeño sentí esa llamada (tal vez fuera a la que se refería Kipling, en su obra Kim de la India, cuando decía aquello de: hay un mundo ahí afuera, ve y descubreló) y ya con cinco o seis años, tuve mis primeros encuentros con el mundo clásico, de la mano de dos libritos que nunca olvidaré: La Odisea, de Homero y un anónimo del Romancero, que es la leyenda de los Siete Infantes de Lara. Los libros siempre han sido mis mejores compañeros y podría decirse que han sido también mis mejores maestros. Sin embargo, sería injusto si olvidara a dos profesores de Literatura de mis tiempos de instituto. Dos polos opuestos, a los que les debo, en parte, mi pasión. Uno, el Señor Montes, camino del ocaso, con el tímpano derecho destruido por un obús que estuvo a punto de matarle en la Guerra Civil y que siempre nos decía, señalándose el sonotoner, que con ese aparato escuchaba hasta el sonido de la hierba que brota del suelo, y con el que aprendí a maravillarme con las leyendas y la poesía de Bécquer (de la que Eugenio d'Ors decía que era como 'un acordeón tocado por un ángel') y otro, de nombre Pedro, aunque no recuerdo su apellido, que era la antítesis del anterior: feo como él solo, desaliñado, con unas greñas de hippy que le llegaban por la espalda, barba y gafas con vidrios como culo de botella, que entre otras cosas nos enseñó aquello de que 'la Literatura está para procurar placer', frase que nunca he olvidado. A este hombre, suelo compararlo con el Señor Keating, de la excelente novela de Kleinbaum, El Club de los Poetas Muertos y su famosa frase latina Carpe Diem, Vive, disfruta el momento, como años más tarde descubrí, también, en un viejo reloj de piedra que hay en Luarca, con un barco (si mal no recuerdo) y otra inscripción latina: tempus fugit, el tiempo vuela. Y vaya si vuela. Me he pasado toda la vida leyendo, escribiendo y podría decirse que también viajando. No tengo laureles que mostrar, salvo alguna pequeña cosa publicada, que no merece la pena ni mencionar, pero sí tengo una gran experiencia con la que compensar otras muchas carencias e intentar imprimir, en la medida de lo que cabe, un estilo propio, que a veces agrada y otras no tanto, pero que procuro hacer siempre con pasión y honestidad. Lo siento, no lo puedo evitar, me gusta escribir y ya ves, me he descuidado y he escrito casi un post. De verdad que te agradezco mucho tu amable comentario. Un afectuoso saludo.

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Deberías escribir una novela. Saludos.