Volante y alcohol

in hive.argentina21 days ago

A pesar de la resaca y la lluvia, Juan decidió que debía llegar al trabajo. El reloj marcaba las 7:30 a.m., y su jefe no era conocido por su paciencia. Así que, con una taza de café caliente en una mano y las llaves del Ford Focus en la otra, se aventuró a salir.


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El parabrisas empañado dificultaba la visión, y las luces de los otros autos parecían estrellas distantes en la neblina. Juan encendió la radio, y la voz del locutor sonaba como si estuviera nadando en un charco de alcohol. Pero no le importaba. Estaba decidido a llegar al trabajo.

El Ford Focus zigzagueaba por las calles mojadas. Juan luchaba por mantenerlo en línea recta, pero el alcohol en su sistema tenía otros planes. Las luces rojas y verdes se mezclaban en un caleidoscopio confuso. Los peatones miraban con asombro mientras el Ford Focus pasaba a toda velocidad.


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En una esquina, Juan perdió el control. El Ford Focus derrapó, girando como una peonza. El corazón de Juan latía con fuerza mientras intentaba enderezar el volante. Fue en vano, un auto que venía en sentido contrario lo embistió y Juan terminó incrustado en un local de telefonía celular.

Y así, por las malas, Juan entendió que no es buena idea conducir borracho y amanecido luego de una noche de fiesta y desenfreno. Ese día la premura no le sirvió de nada. Además de perder el trabajo, dañó severamente su auto y el del otro conductor y tuvo que hacerse responsable por los daños ocasionados al local comercial.

El alcohol y el volante no son una buena combinación. Si tomas, no conduzcas.





Fotos tomadas con mi smartphone Samsung Galaxy S22 Ultra.

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