"No, Nat. Ni un rastro", respondió Paul Pent, quien regresaba junto con George Brauller del bosque.
"¡Mierda!"
"En estos últimos años los lykaios o han estado evolucionando o alguien ha estado teniendo experimentos exitosos", reconoció lord Henry Pierce, duque de Pembroke, mientras revisaba su arma. "Son cada vez más listos".
Nathaniel estaba frustrado y temeroso. Aquél lykaios no era uno común; su abuelo, el duque, había descubierto que algunos prominentes miembros de la Alianza Licantrovampírica financiaban un experimento secreto que permitiría convertir al vampiro en una copia del vamplobyon, el híbrido licantrovampírico más temible y poderoso que se haya visto jamás. Para ello, el vampiro debía beber la sangre infectada del lykaios; los científicos que participaban en el experimento buscaron la forma de paliar los efectos de la Locura de Licaón sin éxito. La bestia escapó, asesinó a cuanto pudo y se asentó cerca de la periferia de Londres; todo se salió de control, y hasta empeoró cuando se descubrió que los fallecidos resucitaban como muertos vivientes hambrientos de sangre y destrucción. La familia Fairchild y sus aliados buscaron el modo de matarlos: tenían que cortarles la cabeza.
Su tía Mirrimah fue la primera en comprobarlo dada su experiencia. Estaba en un pueblito de Somerset cuando la segunda víctima del lykaios, dada por muerta, apareció ensangrentada y bajo la forma de un licántropo enloquecido. Le bastó a la vampiresa una hora para eliminarlo y media hora para evitar que otros más resucitaran.
Pero Nathaniel no estaba muy tranquilo. Había dejado en casa de su padre a su esposa Yelena, una vamplobyon auténtica y en estado avanzado de embarazo. Hubiera preferido dejarla en Londres bajo el cuidado de las chicas de su prima Lenora y de la señora Goodnight, quien era una partera experimentada. Sin embargo, Yelena había insistido en venir con él para asistirlos en lo que pudiera, aunque fuera ; Hvitserk, su padre, logró convencerla de que se quedara en Whitering Heights y de que, si no regresaban al anochecer, se fuera a una zona segura con la señora Parsons.
Un grito lo sacó de sus pensamientos. Uno de los Cuervos Rojos llegó corriendo a ellos. Nathaniel se sintió intranquilo cuando el joven les dijo que habían visto a la bestia cerca de Luton...
Cerca de Whitering Heights.
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