Todo a mi alrededor es verde (y cómo me encanta el verde)

in Lifestyle5 months ago
Hey hey hey, amigos de Hive, ¿qué cuentan? En esta ocasión yo vengo a contarles una anécdota que me parece algo entretenida; se trata de mi viaje a Cubiro, un día sábado 9 de septiembre.

Es importante mencionar para la historia la forma en la que surgió este viaje, pues, unos cuantos días antes mi amiga @mgcl512 y yo estuvimos conversando y surgió el tema de que, aunque llevo toda mi vida estando en Lara, no había visitado las lomas de Cubiro, lo que me parecía bastante trágico (hay que añadir un poco de exageración por el bien de la historia jaja). Unos días después, mi amiga me llama emocionada, y me cuenta que su familia estaba planificando un viaje justamente hacia las lomas de Cubiro, para el día sábado, y que por supuesto estaba invitada (¡Qué casualidad! A eso llamo una manifestación exitosa 😂) . Así, solo quedaba organizarme, pues, para el lunes tenía que dar un seminario sobre osteoartrología y no me había estado preparando bien, y no tenía el dinero para pagar por mi puesto. Para esto, encontré la solución: pedir el dinero prestado y pagarlo la semana entrante y relajarme con el estudio, pues, podría estudiar al llegar del viaje.

Ya en las lomas, todo a mi alrededor era verde, hermoso y fresco. La brisa fría y la vista te mantenían en un buen humor constante, y la alegría de los niños retumbaba por todos lados. Los caballos, las fresas con crema, los perritos que descansaban en el césped, los árboles, simplemente hermoso; fui feliz desde que llegué, aunque ya lo estaba desde que supe que podría ir.

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Luego de un rato, los chicos allí propusieron ir al río, lo cual sonaba bien para mí. "La caminata es de una hora", dijeron, pero a quién lo mencionó no le tomaron muy en serio, y decidimos ir. Yo iba pensando "¿Una hora? ¡Puedo soportarlo! Siempre camino incluso por más tiempo cuando voy al centro" qué inocente fui, no tomé en cuenta el hecho de que nos encontrábamos en las montañas, y todo era subidas y bajadas.

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En camino, iba maravillada por el paisaje y los animales, las casas y los caminos. Tomé algunas fotos que parecen de ensueño, salidas de un cuento de hadas. Mientras, iba conversando y a la vez pensando: "¡Todo lo que llevamos de recorrido ha sido de bajada!" E iba anticipando que de regreso seguramente pasaría un rato rudo.

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Cuando llegamos al río, efectivamente llevábamos una hora de camino, y momentos antes de llegar, nos preguntamos si nos habíamos perdido. Al escuchar el agua nos alegramos, y al ver tan hermoso cuerpo acuso, nos quedamos embelesados. Ver el agua cristalina correr, y al tocarla sentir cuán fría estaba, me llenó de mucha alegría. No aguantamos mucho quedarnos sin hacer nada, y así como andábamos nos quitamos los zapatos y decidimos explorar el río, ya la ropa no importaba, se tendría que secar en la hora que nos tomaría el retorno.

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Más adelante, donde el río ahondaba, nos sentamos en las piedras a conversar acompañados del sonido del agua, que también conversaba, y reía con nosotros.

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Momentos más tarde, exploré un poco más y me encontré con esto, ¿Alguien sabe qué es?

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Ya a mediodía, decidimos regresar, pues debíamos almorzar. Subiendo el primer tramo confirmé mis sospechas: Era un rudo camino, y me estaba costando un montón. Allí me di cuenta de que mi sentido común había fallado por completo, e incluso, me dio risa pensar que, como promotor de salud (como sabrán por mi introducción, soy estudiante de medicina, y un importante rol que cumplimos, es el de promotor de la salud), no había tomado las precauciones necesarias antes de emprender el viaje: hidratación, protección solar, análisis de la situación.

Así, el regreso se convirtió en una lucha por supervivencia (nuevamente, un poco de drama para el entretenimiento 😂); cada subida era más empinada y le pedía a mis pulmones que soportaran la carga. Evidentemente, no estoy acostumbrada a la altura, y me estaba costando un montón. Un poco antes de la mitad del trayecto, tuvimos que pedir agua en una casa, ¡Qué amable gente! Aún les estoy agradecida.

Subiendo y subiendo, cada vez más y más empinado, iba pensando en aquella canción de Hannah Montana: la película, la famosa The Climb, y cómo se adaptaba a mi situación, aquí un fragmento:

There's always gonna be another mountain
I'm always gonna wanna make it move
Always gonna be an uphill battle
Sometimes I'm gonna have to lose
Ain't about how fast I get there
Ain't about what's waiting on the other side
It's the climb

Traducción:
Siempre habrá otra montaña
Siempre voy a querer hacer que se mueva
Siempre habrá una batalla cuesta arriba
Algunas veces tendré que perder
No es acerca de cuán rápido llegue
No es acerca de lo que está esperando en el otro lado
Es la escalada

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Una de las chicas y yo deseábamos tanto que algún lugareño pasara con su Jeep y decidiera darnos un empujón hacia la entrada de las lomas. Pasaban y pasaban motos, y nada que se asomaba aquella esperanza. Luego de un tiempo, apareció. Un chico pidió el empujón y... ¡No aceptó! Lo que dijo fue inaudible para mí, pero tocó seguir luchando con The Climb repitiéndose en mi mente.

Luego de una hora y unos cuantos minutos, finalmente llegamos, y el alivio fue enorme. Me eché en la grama y me reí tanto, esta historia seguramente quedará de anécdota en las reuniones, hasta me invitaron al senderismo de La Olla, sólo por reírse de mí jajaja.

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Esta fue una gran aventura, la vida me presentó la oportunidad y felizmente la tomé. Como le dije a mi amiga "tengo mil cosas que estudiar, pero fingí demencia 😂", las oportunidades muy difícilmente se presentan más de una vez, y como me dijo una compañera de estudio una vez: dentro de tu vida estudias, pero no hagas de tu vida únicamente el estudio, disfrútala. Y si se preguntan por el seminario, al final tuve que posponerlo, pues, al día siguiente me estalló un resfriado y no aguantaba el dolor muscular jaja.

En fin, la deshidratación me respiró en la nuca, estuve sobreexpuesta al sol, mi ropa quedó revolcada, pisé excremento de vaca, en un momento del camino la brisa fue tan fuerte que casi pierdo mis pestañas postizas, y me enfermé... Pero valió completamente la pena, y sí, volvería a ir al río, pero esta vez, tomando las previsiones correspondientes.

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Y bien, amigos de Hive, espero que hayan encontrado esta historia interesante, al igual que las fotos que les traje (tomadas con mi moto e40) espero que les gusten tanto como a mí, ¡nos leeremos en otra ocasión!

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Sort:  

Que día tan genial, hace siglos no voy a Cubiro, me encanta conectar con la naturaleza y respirar aire fresco. Aunque no soy demasiado fan del senderismo admito que a veces es necesario. Y siento que ya es hora de visitar algun lugar natural.

Me encantaron las fotos,

Saludos querida @fmar07

!PIZZA

Así es! Realmente hacen falta más días así, el senderismo es rudo pero siempre deja buenas anécdotas para contar.

Gracias por leer, saludoss!!

Fuaaa, siempre que trato de recordar Cubiro, en mi mente solo hay caballos y cachapas jaja, pero todas esas fotos geniales muestran toda una aventura, recordaré llevar agua y un jeep si voy otra vez algún día, pa reírme de la gente que vaya subiendo a pata por esas lomas... okno JAJSJ

Lleva un Jeep y agua y me llevas a mí también 😂. Qué mágico es Cubiro!