Que inmenso placer leer tus líneas sobre un rectángulo verde que se escapa al acostumbrado diamante donde derramas tus análisis plagados de calidad.
Lo más bonito del futbol, a mi parecer, es la subjetividad en la interpretación del arte que rueda detrás de los conceptos tácticos y técnicos alrededor del balón, y me voy a tomar el atrevimiento de contradecirte en las siguientes líneas no sin antes repasar lo dulce que es leer analogías como: “La mano de Klopp rebosaba en la grama, como un concierto de Gustavo Dudamel en la Ópera de París.” Una delicatessen al paladar de aquel que lee.
Soy madridista desde la gestación en el vientre materno, no podía ser distinto en mi caso; y como madridista sentía una satisfacción tremenda por el hito de conquistar la decimocuarta Copa de Europa ante un Liverpool no menos que infernal en cuanto a su propuesta ofensiva, una que llena el ojo de todo aquel que gusta del futbol. Esa satisfacción, a priori sí que se veía opacada por la sensación de simplemente haber resistido en la figura de Thibaut Courtois; pero eso ha cambiado el día de ayer que me di tiempo de volver a ver el partido, ya en frío, con la atención del analista y sin la intención de aficionado.
Los datos en el deporte son una herramienta maravillosa, una que se debe ligándose al contexto del partido. Aunque Courtois fue el héroe definitivo por sus intervenciones a nivel defensivo, Toni Kroos y Luka Modric han vuelto a ser determinantes para los blancos.
La primera curiosidad estadística es que el Liverpool tuvo la pelota solamente minuto y medio más que el Real Madrid, aunque es cierto que los Reds la tuvieron en una posición mucho más alta que los merengues la mayoría del tiempo. En el contexto de tanta superioridad territorial como la que ejerció el Liverpool, el tridente de Thiago-Henderson-Fabinho, solo dio tres pases hacia delante (54) que el de Casemiro-Kroos-Modric (51). El medio campo del Real Madrid ha estado a la altura de su leyenda y de la asfixiante presión que ejercía el “Heavy Metal” de “Dudamel Klopp”. Los mediocampistas merengues supieron bajar el ritmo con una no tan vistosa música clásica que repercute en la consecución del gol en que liberan a Valverde en la carrera y el uruguayo termina por encontrar a Vinicius, así se explica el acierto del 0-1; atraer y percutir; Modric, genio donde los haya, se gira ante la presión del Liverpool y encuentra el espacio adecuado para lanzar a Valverde.
Hay que destacar también, que el gol de Vinicius cae en un tramo del partido en que el Real Madrid gozo de mayor posesión que el Liverpool (entre el minuto 30’ de la primera mitad y el 15’ de la segunda).
En conclusión, a este punto y para no aburrir a nadie con más conceptos extraídos del análisis en frío del partido, he de decir que gran parte el éxito de este Real Madrid (5 Champions en 8 años) solo puede entenderse desde la presencia de jugadores como Toni Kroos y Luka Modric; el asegurar dicho éxito pasa por la capacidad de encontrar recambios de calidad en sus posiciones al servicio de la Casa Blanca.
El Liverpool mereció más, pero creo que el planteamiento de Ancelotti fue acertado, el Real Madrid terminó empleando sus cartas de la mejor manera posible -poco vistosa, eso sí, pero absolutamente efectiva-.
Gracias por regalarnos tu visión sobre lo acontecido en el Stade De France, querido amigo, insisto; ha sido un placer leerte.
¡Abrazo de gol!
Un gol que surgió de la "suerte del campeón", si reparaste como es debido, el uruguayo disparó a puerta, pero le salió torcido y el balón "consiguió" a Vinicio llegando en carrera (otro suertudo).
Más allá de las circunstancias previas al gol, la realidad es que el Madrid siempre se ha sentido cómodo regalando el balón al contrario, para que, en un descuido, su devastador contraataque pueda hacer lo que siempre ha hecho.
Y, como en el partido, solo hace falta un pestañeo del contrario para verse en desventaja.
Las estadísticas son frías y no indican el desarrollo de la "partitura"; ahora, concuerdo contigo respecto al trabajo del medio campo, especialmente el de Modric.
Ningún otro arquero habría aguantado lo que paró Courtois y para mí, él fue la razón para que Madrid ganara (no creo en los goles por suerte).
El Madrid es justo campeón porque es un juego que se basa en anotaciones para determinar el ganador, pero siempre, un campeón quedará "legitimado" por el fútbol demostrado en cancha a los ojos de los cultores del juego bonito.
Y en eso, Madrid quedó sub-campeón.
Un abrazo y siempre será un honor que nos visites en el blog.
Tienes mucha razón en que el juego bonito, suele legitimar los triunfos del vencedor al menos en los paladares de quienes exigimos estética en las formas del resultado. Courtois ha sido determinante para las aspiraciones del Madrid, no solo en la final en el Stade De France sino en la temporada al completo tanto en LaLiga como en la UEFA Champions League; como lo ha sido Modric y su incombustible calidad o la contundencia e inteligencia de Karim Benzema en el frente de ataque.
Y sí, el Real Madrid es un campeón tan legítimo como el gol -malamente- anulado a Karim Benzema, pero sin duda alguna el Liverpool mereció más esta temporada, merecía la Premier League y no le alcanzó para lograrla y propuso mucho más sobre la grama en Saint Denis, en la final, mereció ganar, pero chocó con un muro de hormigón belga.
El honor es siempre mío, querido amigo. ¡Te abrazo!